Manga/Anime: Detective Conan.

  Como introducción a este post, y aprovechando la fama de longevo que tiene el título que hoy vengo a presentaros, se me ocurrió que sería una buena idea hablar brevemente sobre cuales son actualmente los cómics y series de animación japonesas con mayor cantidad de capítulos.

  En mi mente empezaron a venir títulos como la muy conocida por todos Oliver y Benji (o Captain Tsubasa en su versión original), y mi queridísima One Piece, por aquello de las veces que he tenido que aguantar la típica frasecita de “¿cómo sigues esto con lo largo que és?”. Incluso pensé que Naruto no quedaría en mal lugar en un hipotético ránking de los animes/mangas con mayor cantidad de capítulos o tomos.

  Pues queridas buenas gentes… investigando al respecto, me he quedado de piedra.

  Resulta que los personajes cuyo universo contienen mayor cantidad de episodios, son los pertenecientes a las familias Fuguta e Isono que aparecen en el anime Sazae-San (cuya popularidad en el país del Sol Naciente es arrolladora). De hecho, esta manga, originalmente creada por Machiko Hasegawa, cuenta con el World Record Guiness por ser la serie más larga del mundo… no solo de animación, o exclusivamente dibujo animado, sino serie en general. ¿Su cifra? 8100 capítulos.

  El segundo lugar de este podio sobre los tres animes más largos ha supuesto un duro golpe para este que te escribe, pues se trata de una serie que (con todo el respeto si a ti te gusta), nunca he podido tragar. De verdad que lo siento, pero no le puedo de ningún modo. Se trata de Doraemon, el gato cósmico, con la friolera cantidad de 2517 episodios en total (sigh…).

  Finalmente, la medalla de bronce es para Ninja Boy Rantaro (no confundir con Ninja Hattori), que en nuestro país se ha podido ver en algunos canales autonómicos, y cuya cantidad de capítulos asciende a 1878.

  Finalmente, el protagonista de este post acaba en un discretito 15º puesto con sus 988 capítulos registrados actualmente y sus 26 películas (incluyendo un espectacular cross over con Lupin III), aunque es probable que termine subiendo algún que otro escalón, pues actualmente sigue en emisión en su país de origen, dónde sus personajes son verdaderas celebridades.

  Pero me estoy adelantando a los acontecimientos.

  Sin más preámbulo, te dejo con la trama de 名探偵コナン Meitantei Konan, también llamada Case Closed, y más conocida como Detective Conan.

  Par ello debo presentarte primero a su indiscutible protagonista: Shinichi Kudo, el cual resulta ser uno de los detectives más prestigiosos y de mejor talento de todo Japón pese a que todavía es un estudiante de secundaria. Es un chico más bien ambicioso y un tanto engreído, muy maduro para su edad, pero poseedor de una capacidad analítica, así como unas dotes de observación realmente impresionantes que le permiten salir airoso de todos los casos a los que se enfrenta.

  Hasta que una noche, ocurre algo absolutamente imprevisto.

  Shinichi se encuentra disfrutando de la feria con su amiga de la infancia y campeona de kárate Ran Mouri (aunque los dos están secretamente enamorados el uno del otro desde hace tiempo). Ambos lo pasan en grande en las atracciones, los juegos de habilidad, y el algodón de azúcar, gozando de la mutua compañía, hasta que Shinichi observa un comportamiento sospechoso por parte de un individuo vestido de negro y aspecto intimidante.

  Incapaz de resistirse a su instinto investigador, y desoyendo los consejos de Ran, nuestro protagonista decide seguir sigilosamente a este sujeto patibulario hasta un apartado rincón de la feria, situado tras las paradas del lugar y lejos del público.

  Oculto tras una esquina, nuestro protagonista observa como este misterioso sujeto está hablando con un individuo importante, al que chantajea de pagar una importante cantidad de dinero a cambio de no difundir cierta información comprometedora. Shinichi decide que lo mejor es avisar a las autoridades sobre lo que acaba de ver, pero desgraciadamente ya es tarde para él. Pues un tercer sujeto, compinche del criminal espiado por el protagonista, le ataca proporcionándole un fuerte golpe en la cabeza que le deja aturdido. El chantajeado logra huir, pero los dos Hombres de Negro, sin saber hasta que punto les habrá escuchado el joven, deciden que lo mejor para ellos es asesinarle allí mismo, por lo que le hacen tragar una cápsula con el veneno experimental APTX 4869, que supuestamente no deja huellas, y le dejan tirado en aquel apartado lugar, dándole por muerto.

  No obstante, el efecto de esta sustancia termina siendo muy distinto al esperado. Pues, en lugar de irse al otro barrio, Shinichi se ve rejuvenecido, de modo que conserva todas sus facultades mentales y recuerdos, aunque su cuerpo vuelva a ser el de un niño de primaria. Por supuesto, nuestro héroe se da cuenta enseguida de que, si los Hombres de Negro descubren este imprevisto, trataran de matarle nuevamente y puede que incluso tomen represalias contra sus seres queridos para cerciorarse de que no queda testigo alguno de lo ocurrido, por lo que Shinichi decide tomar una nueva identidad. Combinando los nombres de los célebres autores de novelas de detectives, por un lado Sir Arthur Conan Doyle (creador de Sherlock Holmes), y por el otro a Ranpo Edogawa (creador del personaje Kogoro Akechi), el joven detective pasa a llamarse Conan Edogawa para pasar desapercibido y empezar una nueva vida.

  De hecho, Conan/Shinichi decide aprovechar las circunstancias y elabora un arriesgado plan para poder seguir investigando a los Hombres de Negro, desbaratar sus planes, y encontrar un antídoto que le devuelva a su estado original. Para ello, se las ingenia para ser acogido en la casa de su amiga Ran, aprovechando que su padre es el detective Kogoro Mouri… el cual no tiene fama de ser especialmente bueno que digamos, pero por su oficio, es fácil que Shinichi logre obtener mayor información sobre sus enemigos. De este modo, nuestro protagonista, va a la escuela con otros niños, viviendo en la casa de la chica que tanto ama y su padre, los cuales no sospechan nada en absoluto.

  Además, Shinichi cuenta también con la ayuda de un muy buen amigo: el profesor Hiroshi Agasa, el cual no solo es una de las pocas personas que conoce la verdadera identidad de nuestro protagonista, sino que además le proporciona valiosos inventos con la esperanza de que le ayuden a conseguir su objetivo. Entre ellos destacan las zapatillas con potencia de puntapié regulable, las gafas para escuchar conversaciones a distancia (tras esconder un micrófono previamente), el reloj lanzador de dardos anestesiantes, la pajarita emisora-imitadora de voces, un turbo-monopatín a energía solar, y unos tirantes que le proporcionan la facultad de levantar objetos pesados, entre otros muchos.

  Lo que no sabe Conan, que se las ve muy felices con su nueva identidad, los juguetitos que le entrega Agasa, y confiando excesivamente en sus facultades (se ve que el muchacho no tiene abuela), es que la búsqueda de los Hombres de Negro le traerá mucho más tiempo del que se cree, y que sus planes atañen a altas esferas que jamás podría haber llegado a pensar que estarían involucradas, además de afectar a diversos personajes que añaden mayor complejidad a la historia a medida que van apareciendo.

  Mientras tanto, y para no perder facultades, decide ayudar a su “padre de acogida”, el “torpe” detective Kogoro Mouri, a resolver sus propios casos sin que nadie llegue a sospechar de su intervención en los mismos.

  Si quieres saber cómo se desarrolla esta trama, ya sabes lo que te toca, porque demasiado te he contado ya sobre el argumento de este anime.

  Una característica que suele tener esta serie, y que tiende a hacer mucha gracia a sus seguidores, es el hecho que Detective Conan se ve seriamente afectado de un recurso argumental que muchos llaman cómicamente “El síndrome de Jessica Fletcher” (personaje protagonista de la serie Se ha escrito un crimen), pues allá dónde van Kogoro, Ran, y Shinichi, tiende a aparecer alguien asesinado. De hecho, la inmensa mayoría de los episodios tienden a ser casos autoconclusivos que no necesariamente siguen la trama de la serie, y en dónde muchas veces se lleva a cabo la misma dinámica: los protagonistas van a alguna parte, aparece un cadáver, se establece que ha sido un asesinato, Kogoro Mouri no da pie con bola la mayor parte de las veces, el protagonista reúne las pistas necesarias para llegar a la verdad mientras Ran le busca por todas partes, Shinichi/Conan usa la pajarita imitadora y el reloj adormecedor con Kogoro para poder hablar a través de él (como si fuera un ventrílocuo), desarrollar las pistas y resolver el caso ante la admiración de todos los presentes.

  Los demás capítulos se dividen en lo duro que le parece a Shinichi el tener que hacerse pasar por un niño de verdad y jugar con sus compañeros de clase (a los que logra convencer de jugar a ser detectives e incluso comparte con ellos algún que otro invento del profesor Hiroshi Agasa), y algunos capítulos ocasionales en dónde la trama de fondo avanza un poco, o bien termina liándose un poco más.

  Sin embargo, la serie no se hace repetitiva ni pesada. Los casos que se llevan a cabo en cada uno de los episodios eran presentados de forma evidente (se olía la tostada sobre quien sería la víctima a un kilómetro), pero una vez metidos en el asunto, la trama era desarrollada de forma muy inteligente, casi como si fuera un acertijo lógico o adivinanza, invitando a los espectadores de todas las edades a fijarse en todos los detalles, tratar de hilar las pistas, descubrir que ha ocurrido, y jugar a descubrir quién es el culpable y como lo hizo, mientras el episodio nos deleita con las peripecias de los distintos personajes. Me acuerdo por ejemplo de cierto episodio en que el asesino dejó a la víctima malherida y esta tuvo tiempo de escribir el nombre de su atacante con sangre en letras bien grandes en un mueble con cajones, de modo que para cuando el villano del episodio descubrió esta treta, ya era tarde para limpiarlo eficazmente y decidió cambiar todos los cajones de sitio, pareciendo simpes salpicaduras sobre el mueble.

  Si, he dicho sangre y asesinatos. A lo largo de la serie no se oculta ninguna de las dos cosas, además de que también se nos presenta algún que otro triángulo amoroso, así como situaciones puntuales un tanto maduras y emotivas. Pero eso no era un problema para este show de Detective Conan, sino una ventaja, pues logra conservar una cierta inocencia que fascinaba a los más pequeños mientras animaba a estar atentos y pensar, al mismo tiempo que cautivaba a las audiencias más adultas a seguir la serie. La cual además de tener altas dosis de intriga y plantear las tramas de manera muy atrayente e inteligente, era muy divertida a la par que estaba cargada de un sutil pero efectivo sentido del humor constante que arrancaba más de una sonrisa, como los pensamientos de Conan y las constantes meteduras de pata de Kogoro Mouri, que en varias ocasiones causó que nos diéramos más de una palmada en la frente entre carcajadas. Que por cierto, tengo que decir que el personaje de Kogoro es uno de los puntos más fuertes de la serie, y no lo digo porque este personaje sea mi favorito del show (seguido del profesor Agasa), sino porque me parece que está perfectamente calculado a nivel argumental, dando la falsa imagen de que su única finalidad es la de aportar comicidad a la serie, pero sorprendiéndonos con ocasionales golpes de auténtica genialidad y muy buenas deducciones logradas por su cuenta, aparte de un arrojo, y valentía considerables cuando se toma las cosas en serio, además de ser capaz de tomar decisiones que solo una verdadera buena persona podría llevar a cabo, siendo el personaje que más vemos evolucionar a lo largo de la serie.

  Y bueno, la serie tiende a cocerse a fuego lento… puede que demasiado, presentando así los cambios, nuevos personajes, y crecimiento de los personajes con cuentagotas, pero oye, ahí están todos estos ingredientes. Tarda lo suyo, pero de vez en cuando te sorprendía introduciendo alguna novedad a la trama, y por el modo en que se desarrollaban los acontecimientos que sirven de telón de fondo a la serie. Como recordándonos a los espectadores que no bajemos la guardia, al mismo tiempo que servían para aumentar el interés en lo que va ocurriendo.

  Por todo lo dicho, es fácil darse cuenta que el creador de esta historia, Gosho Aoyama (dibujo y guion), ha pegado un auténtico pelotazo con este que sería su sexto trabajo. Y aunque algunos de los anteriores, como Yaiba, Magic Kaido, y Chotto Matte fueron publicadas con éxito en la célebre revista Shukan Shonen Sunday, con una buena acogida, no cabe duda de que su obra más famosa tanto dentro como fuera de las fronteras niponas es este Detective Conan. La cual fue publicada por primera vez en la mencionada publicación el 19 de enero de 1994, aunque todavía tardaría casi dos años en llegar a la pequeña pantalla (está claro que Detective Conan no hace nada deprisa), siendo el anime emitido por primera vez en la cadena NTV el 8 de enero de 1996 gracias a los estudios TMS Entertainment. Mientras que por aquí lo conoceríamos un poco más tarde, gracias de nuevo a las cadenas autonómicas.

  Además, y como es de esperar, la popularidad de la serie la llevó a crear todo tipo de merchandising para los fans, incluyendo sudaderas con la frase “Solo hay una verdad”, camisetas, figuras, relojes, posters, ya hablamos al principio de sus 26 películas, réplicas de la droga experimental APTX4869 en forma de caramelos, peluches, mochilas, llaveros, y por supuesto videojuegos. No menos de 8 títulos que se vieron lanzados para Nintendo DS, 3DS, Wii, y PS2 (los cuales se quedaron mayormente en Japón).

  En definitiva. Si tienes ganas de sacar a pasear a este detective que todos llevamos dentro, te quieres enganchar a una serie bien larga, tienes ganas de reírte, y pasarlo bien con un anime/manga muy interesante a la par que divertido, no puedes perderte este Detective Conan.

   Y hasta aquí llega este post.

  Antes de pasar a la recomendación de la semana, quisiera hacer una pequeña reflexión. Y es que al momento de escribir estas líneas, lo cierto es que todos estamos pasando por un momento francamente difícil debido a la situación del coronavirus covid-19. Pero sin embargo, siguen produciéndose accidentes y otras enfermedades de manera regular todos los días. Por lo que una vez más quiero señalar la gran labor que están realizando desde la Fundación Juegoterapia, cuya finalidad me parece más que admirable al tratar de hacer que los niños afectados de cáncer sufran este difícil proceso de la forma más amena posible. La idea salió en 2010, cuando a su fundadora Mónica Esteban se le ocurrió darle una PlayStation a un niño ingresado por un tratamiento de quimioterapia. En un ambiente tan atemorizante como este, echar unas partidas cambió el modo en que este joven aventurero vivió su experiencia. Desde entonces, Juegoterapia se dedican a recoger consolas y videojuegos para donarlos a los hospitales, además de recaudar donativos de socios, y voluntariado, para crear jardines, áreas de juegos, y hasta cines para los niños con cáncer. Te dejo el link directo con todas sus actividades, proyectos, información, y modos en que se puede colaborar con su gran labor. www.juegaterapia.org/

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  Sin más que añadir, cuídate mucho y pásalo bien.

  Salud, ánimo, y éxito.