Como consecuencia de diversos derroteros por el que nos lleva la vida, estuve viviendo varios años en Murcia. Concretamente en la ciudad de Lorca, famosa por su procesión de semana santa, sus puentes, y sus dulces típicos, así como el terremoto que afectó gravemente la localidad. Además, en este lugar tuve la suerte de disfrutar de su precioso casco antiguo y de las deliciosas elaboraciones de “Pedro’s Pizza” (que buenas estaban y como las añoro).
No solo eso, sino que además tuve la oportunidad de visitar distintas localidades cercanas como Totana, Alcantarilla, Murcia (capital de la provincia), e incluso hacer una escapadita a Almería.
Y como de costumbre, ya me estoy liando.
La cosa es que, por televisión, tuve la ocasión de conocer la cadena autonómica Canal Sur además de su espacio infantil La Banda, en dónde un día vi lo siguiente.
Acabas de ver la intro de la serie que nosotros conocimos como Cosas de locos, pero que en su versión original japonesa se llamaba Osomatsu Kun (おそ松くん). Este anime que vengo a presentarte en este post, en realidad es el segundo de este nombre y con estos personajes. El primero es un trabajo de Studio Zero y fue emitido en la cadena MBS desde 1966 hasta 1967, contando con un total de 104 episodios.
Mientras que su segunda serie (en la cual me voy a basar para este artículo), vino de mano de los estudios Pierrot y fue emitida en la cadena Fuji TV entre 1988 y 1989, llegando a alcanzar la cifra de 88 episodios.
Incluso existe una tercera serie llamada Mr.Osomatsu que empezó a emitirse en 2015.
Todos estos están basados en el manga creado por el artista mangaka Fujio Akatsuka (que pinta de majo y gracioso tiene este hombre, en serio). Cuyo manga en cuestión es uno de los más antiguos que existe, y apareció por primera vez en la revista Shōnen Sunday el 15 de abril de 1962, terminando sus andaduras siete años más tarde, pero apareciendo posteriormente en diversas revistas. Y con todo lo dicho, supongo que uno ya puede hacerse una idea de la popularidad y el éxito que llegó a tener esta obra de humor absurdo en tierras niponas.
Tanto el manga original como el anime del que vengo a hablarte en este post, contaban una serie de historias cómicas autoconclusivas sin ningún orden canónico aparente entre ellas (no puedo opinar de la tercera serie porque no la conozco). Y cuya trama se dividía en dos grupos principales.
–Osomatsu-Kun: En este se narran las divertidas peripecias de los Matsuno, siendo los principales protagonistas los idénticos hermanos sextillizos de la familia: Todomatsu, Karamatsu, Jyushimatsu, Osomatsu, Choromatsu, e Ichimatsu. En su día a día, vivirán disparatadas aventuras al enfrentarse a los dos “antagonistas” del show: el pequeño Shibita (un crio bastante gamberro de armas tomar y de cabeza durísima), y de su primo mayor al cual admira y apoya en todos sus planes, el señor Koneho (un vividor muerto de hambre que pasó un tiempo viviendo en Francia y que siempre trama diversas estrategias para darse la gran vida sin dar ni golpe, famoso por sus prominentes dientes y su característico grito “Sin” o “Sieeee” en la traducción española). Aparte, encontramos a diversos personajes como por ejemplo el pequeño Hatabo Dajoo (o “Hatabo Metenabo” como fue conocido por aquí), la niña Tetoko Metoko (un pelín pijilla y de quien todos estaban enamorados), o el polivalente y sabio señor Gayumbos, el cual hacía tanto de inventor, como médico, que de maestro, o incluso representaba en ocasiones a Dios.
–Rerere no tensai Bakabon: O como se les llamaba por aquí, la familia Tontobón (conocidos popularmente como los Tontobobo). Esta singular familia estaba compuesta por el patriarca Papá Tontobón (que la mayoría de las veces era el protagonista del episodio con sus tonterías y peripecias), la dulce y comprensiva Mamá Tontobón, el hermano mayor Tontobón hijo (tan “listo” como su padre y con el que discute a menudo por diversas ridiculeces), y Hajime, el pequeño de la familia que es prácticamente un genio pese a ser solo un bebé. A esta singular familia se le unen personajes totalmente tronchantes por lo absurdo de sí mismos, como el policía señor Honkan (al cual le encanta disparar al aire con su pistola mientras amenaza de arrestar a todo el mundo), y el extraño Rerere no Ojisan, un hombre (o al menos creo que es un humano, porque en esta serie y con estas orejas vaya usted a saber) de edad indeterminada que se pasa el día barriendo y murmurando con su extraña sonrisa.
Todo ello presentado por el singular Canguila, un cruce animal entre una anguila y un perro (aunque tenga cara de gato), que con frecuencia da diversos consejos a los niños que ven el programa, como lavarse bien las manos y no ver la televisión muy de cerca.
Con todo lo dicho, ya podéis imaginar que la serie es un despliegue de humor absurdo y surrealista que presenta las situaciones más disparatadas y originales que podáis imaginar. Lo cierto es que me bastaron unos pocos episodios para llegar a apreciar esta serie, seguirla con ganas, e incluso llegar a comprarme un recopilatorio con los primeros 40 episodios en el Salón del Manga de Barcelona de hace unos años (qué pena haberlo perdido con tanta mudanza… sigh).
Es un disparate mayúsculo tras otro, un no parar de reír al mismo tiempo que uno se sorprende de cómo se pueden llegar a generar unas tramas tan estúpidamente brillantes y como el autor puede llegar a manejar tan ágilmente unos personajes sobre cuyo sentido común, lucidez, y vergüenza nunca se supo ni se llegó a saber. De verdad es que se trata de un humor tan surrealista y tan idiota (en el buen sentido), que es tan original como tronchante. De verdad, que hartón de reír. Aparte que las tramas de cada capítulo no dudan en añadir nuevos personajes secundarios tan disparatados como los habituales para dar más fuerza a la historia de cada capítulo, y es que hay episodios que son realmente delirantes. Entre mis preferidos hay algunos como El señor Koneho se hace escritor, El extraterrestre, Hincharse de comer es para morirse, El presidente de la salsa picante, Koneho quiere ganar las elecciones, La predicción del adivino, y Mentir es divertido.
Al mismo tiempo que, aunque se le notan un poquillo los años, la estética general tanto de los personajes y de los escenarios, muchas veces ya es suficiente para hacer reír al espectador debido al modo de dibujo tan personal que presenta tanto el manga como el anime.
Sin embargo, tengo que decir que me duele haber encontrado un defecto a esta serie, y es que a veces puede ser terriblemente irregular en su ejecución. Como aspirante a escritor soy el primero en admitir que no siempre se tiene la misma inspiración (¡ojalá siempre bajaran las musas cuando se las llama!), y que a veces le pilla a uno el toro y tiene que lidiar con lo que se tenga entre manos aunque a veces por dentro te dé hasta reparo pulsar el botón “Publicar”, pero la verdad es que a este show le encuentro varios altibajos en calidad argumental de un capítulo a otro. De modo que al verla por primera vez y sin saber que te vas a encontrar en el siguiente episodio, te puedes llegar a encontrar con un capítulo realmente increíble que te va a hacer reír hasta decir basta, o encontrarte con un episodio más bien regulero y hasta flojo en comparación con los demás. De hecho, incluso hay capítulos puntuales en los que la trama no se vuelve un tanto floja en lo que a humor se refiere, sino ya incluso directamente emotivos y dramáticos sin aviso alguno, que si bien sirve para que alguno de los “antagonistas” muestre una cara amable que lo haga ver como un ser con su corazoncito frente a la audiencia, y capaz de ser bueno con los demás de vez en cuando, me parece un tanto fuera de sitio en una serie como esta. Aunque por otro lado entiendo que si esta serie que pretende ser amable y “family friendly”, de vez en cuando pueda venir bien este desahogo dramático para apreciar más a algunos personajes, pero personalmente me parece que a veces está un poco fuera de sitio.
Por suerte, esto tiende a ser en momentos muy puntuales, pero no deja de quitar que a no siempre termines riéndote del mismo modo. Lo cual se nota especialmente al ver la serie de forma regular o si se visualizan diversos capítulos de un tirón, y es aquí en donde se puede apreciar esta irregularidad que comentaba antes, al margen de estos pocos capítulos más emotivos.
Aún con todo esto, no puedo de menos que recomendar la serie e invitarte a que veas algún que otro capítulo si tienes la oportunidad de hacerlo, pues como la suerte te acompañe, las risas están más que aseguradas con estos personajes tan poco ortodoxos y tan divertidos.
Y hasta aquí llega este post.
Como recomendación de la semana, no puedo parar de hablaros acerca de la estupenda tienda Seminous, en dónde no solo podréis encontrar cantidad de merchandising frikinal del bueno y en abundancia, tanto en figuras como carteras, llaveros, peluches, y demás, sino que además compran, venden, y cambian tanto videojuegos como películas. Eso por no hablar de su variedad en productos retro como consolas y accesorios. Aún estoy alucinando de haberme encontrado una Game Boy original en perfecto estado, además de una variada selección de juegos para esta consola y otros formatos que harán maravillas a los gamers de pro que saben apreciar los títulos de ayer. Podéis contactar con ellos a través de su pagina Facebook (seminousbarcelona), o visitar su tienda física en c/Sèquia Comtal número 5, muy cerca del metro del Clot y al lado del mercado del Clot. Aparte de que siempre he sido partidario de los pequeños comercios, lo cierto es que la tienda está muy currada y vale la pena.
Ya solo me queda recordaros que acostumbro a publicar nuevo contenido todos los domingos, de modo que si nada lo impide, volvemos a vernos el próximo día 5 de julio.
Para terminar, pedirte que si has disfrutado el post, me sería de mucha ayuda si le dieras al botón “Me gusta” y lo compartieras en tus redes sociales así como con tu familia y seres queridos. También decirte que puedes participar activamente en el blog dejándome tus sugerencias para la “recomendación de la semana” (si conoces algún evento o local interesante relacionado con el frikismo cerca de dónde vives), así como tus aportes para la sección de “Fechas frikis” y “Curiosidades” al margen de cualquier cosa que quieras compartir conmigo y los demás lectores, todo ello lo puedes hacer a través de la “Caja de comentarios”. También puedes apoyar al blog mediante la aplicación “Invítame a un café” que se encuentra en la barra de widgets. Todo ello me sería de gran ayuda para seguir adelante con “tallopis-escribe.com”.
Sin más que añadir, cuídate mucho y pásalo bien.
Un especial saludo si me estás leyendo mientras desayunas :).
Salud, ánimo, y éxito.
Umm… No he visto ninguno de estos animes, la estética de algunos de ellos me recuerdan a Doraemon. Creo que les daré una oportunidad tras acabar con RWBY. Gracias por la recomendación.
¡¡Hola juanjo121!!, ya veo que tu blog «http://mundoanimecritico.blogspot.com/» es tan activo como siempre. ¡Eres grande!, ¿como te va todo?
Mmmm… ahora que lo dices, una estética ciertamente parecida a Doraemon en sus inicios igual si que tiene, como un cierto parecido en la fisonomía y modelado de algunos personajes, o quizás porque ambos son de finales de los 60. Aunque ya te aseguro que tanto «Osomatsu Kun» como «Rerere no tensai Bakabon» tienen un universo y ambientación mucho más irreverentes e informales respecto a la serie del gato cósmico.
Personalmente, con «Cosas de locos» he llegado a reírme muchísimo, pero eso del humor es algo tan personal… solo te puedo animar con tu idea de darle una oportunidad, y que juzgues por ti mismo.
Gracias por tu visita y por tu simpático comentario compa 😀
Un abrazo bien grande.