—–«Holmes tomó el sombrero de mis manos y lo contempló con aquel aire tan introspectivo en él.
–Hay algunas deducciones muy claras y otras que presentan, por lo menos, un alto grado de probabilidad. Por supuesto, salta a la vista que el propietario es un hombre de buen nivel intelectual, y también que hasta hace menos de tres años gozaba de una posición acomodada aunque en la actualidad atraviese malos momentos. Era un individuo previsor, pero ahora lo es menos, lo cual parece indicar una regresión moral que, unida a su declive económico, podría indicar que sufre alguna influencia maligna, probablemente la bebida. Eso explicaría el hecho evidente de que su esposa ha dejado de amarle. Sin embargo, todavía conserva cierto grado de amor propio. Es un hombre que lleva una vida sedentaria, sale poco de casa, se encuentra en mala forma física, un hombre de edad madura y el pelo gris que se ha cortado hace pocos días y en el que se aplica una loción de lima. Esos son los datos más evidentes que se deducen del sombrero. Además, dicho sea de paso, es poco probable que disponga de gas en su casa.
–Sin duda está usted bromeando Holmes.
–En absoluto«.—–
——–
De niño me encantaba el mundo de <<He-Man y los Amos del Universo>>.
Entre figuras de acción, edificios y vehículos que solían caer en contadísimas ocasiones especiales, como Navidades y cumpleaños, llegué a disponer de una colección con que crear mis propias historias mientras jugaba tan alegremente. Incluso construía “cámaras de cine” con bloques de Tente para fantasear que estaba rodando una película con los muñecos a modo de “actores”, y ni que decir que me quedaba absorto ante la tele cuando daban su serie animada de la productora Filmation.
A esto, tenía el añadido de estar suscrito a la revista postal <<Club He-Man>> a la que uno podía hacerse miembro al enviar la tarjeta incluida en los juguetes, por lo que no había sorpresa más agradable que regresar a casa durante el descanso de mediodía en el colegio para comer, y encontrarme con dicha publicación entre el correo.
Ojeaba las páginas una por una antes de lanzarme de lleno a su lectura, y lo pasaba en grande con su contenido: cómics exclusivos, novedades sobre futuros lanzamientos de MOTU… pero por raro que parezca, una de las cosas que más me gustaban eran los pasatiempos (obviamente basados en el planeta Eternia y quienes lo poblaban), así como unas pequeñas historias que proponían enigmas lógicos sencillos a los lectores.
¿Qué le voy a hacer si ya por entonces me chiflaban estas cosas? Prácticamente todo título de entretenimiento que proponga un misterio a resolver me atrae como la miel a las moscas. Tanto es así, que pronto me aficioné a cuanta obra de ficción que planteara algún tipo de enigma, eso además de intentar resolver puzles, acertijos, adivinanzas y juegos de ingenio. Que se me daban y siguen dando regular en el mejor de los casos, todo hay que decirlo, pero me encanta cuando al final se muestra la solución tras haber hecho varias cavilaciones.
Por lo que no creo que resulte una sorpresa cuando, estando en secundaria, me entregase de lleno a descubrir las peripecias del que se tiene como el más grande detective ficticio de todos los tiempos y dejarme llevar por su método deductivo.
¡Saludos, oh buenas gentes lectoras que vivís en el universo al otro lado de la pantalla!
Que ganas de tener nuevamente el placer de saludarte y poder invitarte a que me acompañes en otro viaje interdimensional. Para esta ocasión, nos aguarda la era victoriana de un universo muy parecido al nuestro, el cual sería creado por el escritor sir Arthur Ignatius Conan Doyle y habitado por todos los personajes que rodean a la legendaria figura de Sherlock Holmes.
Para lo cual, te animo desde ya a que respires hondo, te acomodes en tu asiento favorito, te quites los zapatos si te es posible, pongas los pies en alto y te sirvas de una agradable bebida que te acompañe a lo largo de la lectura, e incluso no estaría de más que agarraras una lupa por si se tercia la búsqueda de pistas con que resolver algún caso criminal, pues esto ya empieza.
Sin más dilación, sé más que bienvenido/a a otro post de Tallopis-Escribe.
Que comience el juego.
—–“Mientras cada individuo puede ser un enigma insoluble, un conjunto de ellos se comporta con exactitud matemática”.—–
Como no podía ser de otro modo, vamos a empezar con la trama presente en este mundo de novela policíaca para ponernos en situación.
Para ello, viajaremos hasta una versión paralela de Londres ¿El año? 1878. En la capital inglesa cae la niebla mientras los carruajes tirados por caballos recorren las calles en medio de una época de grandes cambios a todos los niveles y, puede que precisamente por ello, de lo más convulsa. El imperio británico está en todo su apogeo mientras mantiene una paz relativa con las grandes potencias al mismo tiempo que se encuentra involucrada en varios conflictos armados con otros países, la educación en todas las clases sociales empieza a ser un hecho y la economía se encuentra en alza mientras se desarrollan grandes avances tanto médicos como científicos e industriales. Y sin embargo, los fumaderos de opio, los barrios de chabolas, las enfermedades, la delincuencia, y acontecimientos nefastos como la Gran Hambruna Irlandesa que estalló en 1845, son hechos muy presentes.
Es en este escenario donde conocemos al doctor Watson, quien narra en primera persona las historias literarias que lo darían a conocer, y que en este de momento de la narración se encuentra recién llegado a la ciudad tras una serie de dramáticos acontecimientos que le afectaron profundamente. Por lo que su único deseo es empezar una existencia de paz y calma (pues lo llevas claro majete).
Tras un tiempo vagando, sin amigos ni familia y con una paga de veterano militar que le da lo justo para ir tirando, el bueno de Watson se encuentra casualmente con un viejo colega apellidado Stamford a quien le pregunta si por casualidad sabe de algún alojamiento apañado de precio al que mudarse.
“Caramba”, exclama Stamford. “Es la segunda vez hoy que me hacen esta pregunta. ¿No estarías dispuesto a compartir alojamiento para dividir gastos?”. Sin comprometerse demasiado, Watson se muestra abierto a esta posibilidad y Stamford se dispone a presentarle a su posible futuro compañero de piso.
Ignorándolo él entonces, pero sabiéndolo nosotros ahora, Watson estaba a punto de mudarse al 221 B de Baker Street y dar un giro imprevisible a su vida, originado por el increíble individuo al que iba a conocer.
Permíteme que te presente algunos de los variopintos personajes que pueblan este universo:
–Sherlock Holmes: El primer encuentro de Watson con quien se convertiría en su mejor amigo es, como poco, chocante. Stamford le condujo hasta los laboratorios de un hospital cercano en donde les abordó un individuo totalmente extasiado que, sin darles tiempo a decir ni mu, les presentó muy emocionado su último descubrimiento, probeta en mano, y con las manos pálidas manchadas de sustancias químicas (ya puedo imaginarme a un estupefacto Watson arqueando una ceja y preguntando “¿No será ese chalado con quien pretendes que viva?” con la mirada).
En palabras de Stamford, “es un químico de talento tan extraordinario que varios profesores se quedan atónitos con él, pero que sin ser mala persona, peca de excéntrico, ser un tanto frío, y dedicarse a ramas del saber muy dispares con excesiva pasión”. Un individuo sobre los seis pies de alto (1’82 metros aproximadamente), y cuya delgada figura pronunciaba su estatura. De mirada aguda y penetrante, fina nariz semejante a un ave de presa que le daba un cierto aire de determinación, barbilla prominente, y cuyas manos manejaban con gran destreza los instrumentos del laboratorio.
Se trataba de Sherlock Holmes. Quien desde el primer momento ya muestra su firme resolución en convertirse en el mejor detective asesor de todos los tiempos, para lo cual se entrega obsesivamente a la idea de llenar su mente con la mayor cantidad de conocimientos posibles que le ayuden en el ejercicio de su profesión (como anatomía, grafología, leyes o literatura de corte sensacionalista), e ignorando deliberadamente todo lo demás. De hecho, a los pocos días de su convivencia con Holmes, el doctor descubre que su coinquilino desconoce cosas sabidas por todo quisqui como son los planetas del Sistema Solar o el modelo heliocéntrico de Copérnico según el cual la Tierra gira alrededor del Sol. Agradecido porque su nuevo compañero le revelara estos datos, Holmes afirma como si nada que hará lo posible por olvidarlo al considerarlo unos conocimientos que nada le aportan.
«Dice usted que giramos alrededor del Sol. Que lo hiciéramos alrededor de la Luna no afectaría ni un ápice a cuanto soy o hago«.
Como ya supondrás con esta sagacidad que te caracteriza, ante esta afirmación Watson lo flipa en colores. Y más aún cuando se evidencia que Holmes tampoco tiene ni la más remota idea acerca de materias como filosofía, literatura clásica o astronomía, ni quiere tenerla. Pero ojo cuidado, porque esto no le exime de ser un dotado violinista, entregado melómano, un boxeador de lo más competente pese a su aparente figura escuálida, destacado maestro del disfraz, y un diestro espadachín. Por no olvidar su habilidad de observación y deducción lógica casi sobrehumana… esto cuando no pasa por uno de sus episodios depresivos y le da por no hablar durante días (de lo cual él mismo advierte a Watson mientras le ruega que no se lo tome como algo personal), le da algún que otro empujón a la botella, fuma su pipa medio amodorrado, o cae en la lamentable adicción a la cocaína.
Tampoco ayuda que Holmes sea un histriónico de manual, dotado con la socarronería de quien se cree el más listo de la habitación (que suele serlo) y a veces saque su lado más irónico o incluso un tanto misántropo. Sin embargo, no es de alardear ni es precipitado en sus conclusiones que solo formula cuando está realmente seguro, reconoce abiertamente cuando está perdido en un caso o enigma, mantiene el honor y las buenas formas ante todo, e incluso llega a sonrojarse cuando alguien halaba sus sorprendentes capacidades detectivescas.
–Doctor John H.Watson: Y pensar que este buen señor solo quería un poco de tranquilidad… A nuestro querido Watson se le acostumbra a reconocer como la comparsa, el eterno secundario sin más función que aplaudir las ocurrencias a su compañero de mayor protagonismo, además de retratársele como un sujeto un tanto torpe, puede que un poco cándido, y que se describe a sí mismo como extremadamente perezoso. No obstante, bajo toda su bonachonería se encuentra todo un hombre de acción muy ducho en el manejo de armas de fuego, de buen raciocinio, firme en sus acciones, médico de entregada vocación y excelente cronista que nos relata con detalle las aventuras de Holmes, por no olvidar que es un amigo fiel.
Watson estudió en Barts y se licenció en medicina por la Universidad de Londres en 1878, asistiendo después a los cursos en Netley como requisito para ingresar en el ejército. Posteriormente, sería destinado al 5º regimiento de Fusileros de Northumberland como ayudante del médico castrense, viajando así a la India cuando estalló la segunda guerra de Afganistán. Siendo este momento en que resultó herido de gravedad por un disparo recibido en el hombro, haciéndole añicos el hueso y provocándole daños en la arteria subclavia. Sin duda Watson habría perecido ahí mismo de no ser porque su asistente Murray lo puso a salvo y llevó de regreso a las líneas británicas. Sin embargo, durante su hospitalización en la base de Peshawar contrajo tifus y por varios meses se temía por su vida, por lo que al recuperarse de este casi segundo encuentro con la Parca, los oficiales destacados en el lugar decidieron que era mejor para él dar por cumplido su servicio militar y que volviera a Inglaterra.
Poco más tarde, en <<El Signo de los Cuatro>>, conoció a Mary Morstan y con la que empezó a tener una relación romántica correspondida, hasta el punto en que terminaron casándose al concluir el caso.
–Irene Adler: Algunos hay que pueden presumir de haber vencido a Sherlock Holmes (cosa que ha ocurrido hasta en cuatro ocasiones que yo sepa), lo cual es algo que él mismo admitiría. A regañadientes, sí, pero no lo negaría. Aunque ninguno de cuantos se han anotado este tanto reciben al mismo tiempo la admiración del detective de Baker Street, a excepción de Irene Adler Norton.
Presentada como una mujer elegante y grácil en sus movimientos, a la par que encantadora y de extraordinaria belleza, conocemos esta antagonista de mente muy despierta, que no villana, durante <<Un Escándalo en Bohémia>> (relato incluido en el recopilatorio <<Las Aventuras de Sherlock Holmes>>). Aunque antes de esto, tiene toda una vida en la que visitó varios países tras abandonar su Nueva Jersey natal para convertirse en una destacada cantante que llegó a actuar en la Ópera Imperial de Varsovia y La Scala de Milán solo con veintipocos años… ¡casi nada oiga!
A raíz de su único enfrentamiento con Irene, aunque posteriormente sería mencionada en cuatro ocasiones más, Holmes guardó en la cadena de su reloj una moneda que ella le dio y conserva a modo de recuerdo. Aunque cabe matizar que su “relación” no es del tipo amor/odio al estilo de Bruce Wayne y Selina Kyle (pues el frio Sherlock seguro sentiría repeluses ante la sola idea del romanticismo), sino que más bien se trata de un profundo respeto ante un destacado contrincante que hace el juego mucho más interesante.
Por todo eso y más, la mujer que consiguió derrotar a Sherlock Holmes es un personaje aclamado por muchos fans del material original.
–Inspector G.Lestrade: ¡Pobre Lestrade! Con que frecuencia es motivo de burla este agente de Scotland Yard en tantas reinterpretaciones que se ha hecho del universo literario de Conan Doyle para diversos medios. En cierta ocasión, Holmes bromea a sus espaldas diciendo que el día menos pensado necesitará ayuda para encontrar el lugar en el que trabaja, y que junto a su rival, el inspector Tobias Gregson, ambos forman “la flor y nata de un pelotón de torpes”.
Pero rompiendo una lanza a su favor, ¿cómo no va a parecer Lestrade despistado si constantemente se comparan sus habilidades con las de Sherlock?
De orígenes humildes que destacan en su forma de hablar sin adornos, pero no por ello careciendo de formas correctas, aspecto ratonil similar a una comadreja en su fisonomía, pálido, delgado y de ojos oscuros, lo cierto es que Lestrade cuenta con una dilatada carrera llena de éxitos durante sus más de veinte años en servicio cuando aparece por primera vez. Eso por no dejarme en el tintero que, no pocas veces, este agente de la ley tan fan del trabajo sobre el terreno por encima del puramente intelectual, ha dado con pistas valiosas o descartado varias posibilidades que impedían encontrar la solución final a cada caso en que participa junto a Holmes y Watson.
Además, hasta nuestro protagonista ha admitido alguna vez que el inspector es astuto, enérgico, rápido y perseverante. Aparte de tener un punto a su favor de lo más interesante como personaje al ser prácticamente el único que muestra una evolución en su persona con el paso del tiempo, empezando como un sujeto un tanto resentido y abiertamente despectivo con los métodos el residente en Baker Street, para acabar observándose en él cualidades como la amabilidad, un cierto ingenio, sentido del humor y ganas de aprender. Al final, es incluso capaz de emocionar sinceramente al detective con sus palabras y hasta compartir con él una abierta camaradería en forma de afecto mutuo.
–Profesor James Moriarty: ¡Guarda la cartera y vigila tu espalda buena persona lectora! Pues nos encontramos ante el mayor cerebro criminal jamás creada para universo literario alguno, y que en este que nos ocupa representa el mal absoluto bajo la forma de un destacado catedrático en matemáticas de fulgurante carrera, autor de prominentes ensayos académicos, pero que realmente es la mente maestra y diabólica que dirige los hilos con tal destreza que resulta prácticamente imposible acusarlo de nada en concreto ante las autoridades. Dotado de un intelecto privilegiado, tan perverso como brillante, Moriarty expande los tentáculos de su propia organización por todas partes y en la que acoge a varios delincuentes que operen como sus marionetas para perpetrar todo tipo de fechorías desde las sombras. Un villano VILLANO de verdad, de esos que no solo busca salirse con la suya impunemente, y que sabe muy bien como conseguirlo, sino que encima quiere que los demás pierdan, contando con todos los medios a su alcance para ello.
No obstante, el despiadado Moriarty es una rara avis entre los malhechores de la ficción, pues si bien la mayoría tienen la función de crear el conflicto que genera la historia, que nos llevemos las manos a la cabeza pensando “¡pero que tiparraco/a más mala gente por Dios!” con sus actos, y que así el héroe tenga una razón para darle de palos hasta en el DNI durante el clímax de la narración, eso no es lo que ocurre exactamente con Moriarty. Pues si tenemos en cuenta la principal motivación de este sujeto en el relato en el que aparece, su destino era salirse con la suya aunque fuera perdiendo la vida, constituyendo al mismo tiempo una fuerza imparable dispuesta a apostar el todo por el todo… y ganar. Con una victoria pírrica, vale, es cierto, pero ganar al fin y al cabo.
Con todo esto, no es de extrañar que, aún apareciendo en solo dos ocasiones (<<El Problema Final>> y <<El Valle del Miedo>>), además de ser nombrado en otras cinco, ese tío malasombra sea considerado la némesis de Holmes hasta elevarlo a la categoría de archienemigo en tantas reinterpretaciones de este universo literario.
Y bueno, estos serían los principales, aunque hay otros muchos que aportan su granito de arena a todo el entramado, como Billy el Botones, la señora Hudson que ejerce de arrendataria y ama de llaves del 221 B de Baker Street, o el pequeño Wiggins, los cuales podemos conocer a través de todos los títulos con autoría de Conan Doyle acerca de Holmes y su mundo.
A saber:
-<<Estudio en escarlata>>. Novela publicada originalmente por fascículos en la revista Beeton’s en noviembre de 1887, aunque algunas fuentes teorizan que pudo ser en 1888.
-<<El Signo de los Cuatro>>. Segunda novela, aparecida por primera vez en formato episódico para el Lippincott’s Monthly Magazine en febrero de 1890.
-<<Las Aventuras de Sherlock Holmes>>. Relatos de The Strand Magazine recopilados para este volumen en octubre de 1892.
-<<Las Memorias de Sherlock Holmes>>. Más aventuras cortas de The Strand Magazine reunidas en este libro de 1894 y que incluye <<El Problema Final>>.
-<<El Sabueso de los Baskerville>>. Novela lanzada por entregas en The Strand Magazine y posteriormente unidas en 1902. En la cronología de la narrativa, acontece antes de <<El Problema Final>>.
-<<El regreso de Sherlock Holmes>>. Publicado en 1905, podemos teorizar que este recopilatorio aúna historias previamente publicadas en The Strand Magazine ya que su ilustrador fue Sidney Piaget, el cual aportó su arte en los dos títulos anteriores para la misma publicación.
-<<El Valle del Miedo>> o <<El Valle del Terror>>. Novela que también vio la luz en The Strand Magazine antes de ser comprendida en este volumen de 1915.
-<<Su Último Saludo en el Escenario>>, también conocido como <<Los Recuerdos de Sherlock Holmes>> o <<Su Última Reverencia>>. Más relatos unificados en un solo libro y que sería publicado en 1917. No puedo asegurarte que fueran originalmente publicados en The Strand Magazine ya que su ilustrador no era Sidney Piaget, sino el germano Richard Gutschmidt. Según la cronología de este universo, estas son las últimas aventuras de Holmes, pues al término de estas, el personaje decide jubilarse para pasar sus últimos años en el campo.
-<<El Archivo de Sherlock Holmes>>. Nuevos relatos cortos, aunque narrativamente van antes de <<Su Último Saludo en el Escenario>>. La primera edición de este recopilatorio data de 1927, pero ni idea de dónde aparecieron por primera vez. Si sabes algo al respecto, te agradecería muchísimo que lo compartas en la Caja de Comentarios.
Y bueno, todo esto está muy bien, pero llegados a este punto cabe preguntarse, ¿qué hay del autor?
—–«La vida es infinitamente más extraña que cuanto la mente del hombre pueda inventar. No osaríamos concebir ciertas cosas que resultan verdaderos lugares comunes de la existencia. Si nos fuera posible salir volando por esta ventana, agarrados de la mano, revolotear por sobre esta gran ciudad, levantar suavemente los techos y observar las cosas raras que ocurren, las coincidencias extrañas, los proyectos, los contraproyectos, y los asombrosos encadenamientos de circunstancias que se elaboran a través de las generaciones, generando los resultados más «outre», nos resultarían trasnochadas e infructíferas todas las obras de ficción«.—–
Como comentamos al principio, la mente creativa tras estos conocidísimos personajes no era otro que Sir Arthur Ignatius Conan Doyle.
¡Y vaya si era todo un sujeto!
Con el material que existe sobre su vida, estaríamos a poco de poder decir que las andanzas de sus personajes podrían palidecer ante sus propias experiencias.
¿Crees que exagero? Perfectamente comprensible, no te lo puedo reprochar lo más mínimo. Este que te escribe habría pensado lo mismo si me lo hubieran dicho hace unas semanas. Pero como a veces ocurre, la realidad puede echarle un pulso a la fantasía.
Pero me estoy liando.
La cosa es que vino a este mundo el mayo de 1859 en Picardy Place en Edimburgo (Escocia), y durante sus primeros años de vida lo tuvo muy crudo, ya que su padre Charles Altmond estaba atrapado en el mal vicio de pelearse con la botella, que no solo acostumbra a ser una batalla perdida, sino que se dejaba en ello más dinero del que podía permitirse. Vamos, que en casa de Doyle estaban con una mano delante y la otra atrás.
A raíz de eso, la madre Mary Foley tuvo que buscar el medio de darle al callo lejos de su esposo para poder dar una vida mejor tanto a Arthur como a sus hermanos Innes y Connie. Aparte de lo ya escrito, lo cierto es que Mary era una destacada lectora que enseñó a sus hijos el valor de la literatura, siendo esta una influencia muy positiva para ellos. Posteriormente, en 1868, y con el apoyo económico de sus tíos, Doyle pudo ingresar en el colegio jesuita Stonyhurst Saint Mary’s Hall en Lancashire (noroeste de Inglaterra) para recibir una buena educación, demostrando en sus años de secundaria que tenía muy buenas aptitudes para el deporte, destacando especialmente como jugador de cricket (al que sería un gran aficionado toda la vida) y fútbol.
Y ojo cuidado, porque cuando comenzó la carrera de medicina en la universidad de Edimburgo, allá por 1876, tuvo un encuentro que cambiaría su vida al asistir a las clases de anatomía forense impartidas por el catedrático Joseph Bell, quien resulta que era todo un crack en cuanto a deducción y observación, lo cual es casi seguro que fue una gran inspiración para Doyle de cara a su futura creación literaria más conocida.
Sherlock Holmes aún no existía, pero la idea empezaba a brotar.
Cinco años más tarde, se graduó en medicina y, siendo un espíritu inquieto con sed de aventura como era, no dudó en comprar un pasaje en el buque S.S. Mayumba que zarpaba rumbo al África Occidental para prestar sus servicios como médico. Aunque no estuvo mucho tiempo, pues tras fallar la sociedad comercial que abrió con un amigo suyo, abrió una consulta en Portsmouth (sur de Inglaterra)… en la que no se asomaba ni el Tato. Sin embargo no todo fue perdido, pues mientras la camilla no hacía más que criar telarañas, Doyle aprovechaba para pulir su técnica de escritura con intención de convertirse en un autor de renombre, e incluso tuvo tiempo para casarse en 1885 con su amada Louis Hawkins de quien tuvo dos hijos: Mary Louise y Arthur Kingsley.
Con dos bocas más que alimentar, Doyle trató de ejercer nuevamente la medicina, ahora como oftalmólogo, pero nuevamente la cosa fue un fracaso y en su consulta solo entraba el polvo. Dada la situación, ¿Por qué no seguir trabajando en sus ambiciones literarias?
Y así llegamos a la fecha mágica: Noviembre de 1887, momento en que (ahora sí que sí), nacía el personaje de Sherlock Holmes con la publicación de <<Estudio en Escarlata>>.
Había nacido una estrella.
El público se volvió loco con el detective de Baker Street. En poco tiempo, Doyle se encontró con que había revolucionado la novela policíaca de tal manera que se acabaría convirtiendo en un autor de fama internacional mientras el dinero entraba en su casa a punta pala. Fue algo bestial, tanto, que acabaría por ser el escritor mejor pagado de su generación mientras el público pedía cada vez más y más y MÁS de su nuevo personaje.
Era algo increíble. El sueño de todo escritor hecho realidad. Un milagro que le llevó de la miseria a la abundancia. Simplemente ideal.
¿Estás pensando que quizás es demasiado bonito para ser cierto? Pues… acertaste de lleno.
Poco después de <<Estudio en Escarlata>> publicaría la novela histórica <<Micah Clarke>>,<<El Relato de J. Habakuk Pheson>>, y <<El Misterio de Cloomber>>, pero en comparación con la primera aventura de Holmes, las ventas de todas estas fueron bastante flojas. Lo cual fue un disgusto para Doyle, pues su mente tan creativa hervía por explorar nuevos horizontes, arriesgarse con nuevas direcciones, tocar diversos géneros. Pero no, la gente solo quería más aventuras de Holmes. “Bueno, pues demos al público lo que pide y ya se cansarán”, puede que pensara.
De este modo, en 1890 llegaría la segunda novela de su personaje estrella, <<El Signo de los Cuatro>>. Pero la sherlockmanía estaba lejos de cesar. De hecho fue todo lo contrario. Más fama, más fans, más dinero… pero cero recepción para la demás variedad artística que buscaba este autor. En este punto, Doyle empezaba a vislumbrar la obsesión que había creado entre los lectores con su obra y ya estaba un pelín hasta las narices de que solo le pidieran a Holmes. Pero siguió adelante, aunque esta vez sería con el formato de relatos cortos que acabarían formando <<Las Aventuras de Sherlock Holmes>> en 1892, al mismo tiempo que publicó otros trabajos que a duras penas se comieron un colín.
La situación no cambió, Doyle llegó al hartazgo y optó por tomar una decisión drástica.
¿La gente quería a Holmes? Muy bien. Pues les daría a Holmes… metido en un cajón de pino.
De este modo, empezó la publicación de las historias cortas que en 1894 formarían <<Las Memorias de Sherlock Holmes>>, siendo la última de ellas <<El Problema Final>> y para la que Doyle crearía el personaje de James Moriarty con intención de que asesinara al detective. Así, durante una violenta pelea a puñetazos en las cataratas de Reichenbach (Suiza), héroe y villano se precipitaron al vacío para encontrar la muerte.
¿Problema resuelto? Ni por asomo.
¡No veas la que se armó! Fue todo un escándalo que derivó en montones de cartas por parte de fans y editores enfurecidos que no pedían, EXIGÍAN, a veces de formas muy agresivas, el retorno de Sherlock. Fíjate como fue la cosa, tan insostenible e insoportable, que en 1900 Doyle puso tierra de por medio para participar como médico voluntario en la guerra de los Boers en Sudáfrica, a raíz de lo cual escribió una crónica en que se relataba a sí mismo como un gran defensor de su país, y se ve que esto agradó al rey Eduardo VII (recién ascendido al trono en enero de 1901), quien además era un fan acérrimo del trabajo de Doyle y le concedió el título de Sir en 1902.
Pero el monarca debió ser el único que estaba satisfecho, pues la gente seguía en su empeño de que Doyle resucitara al detective de la calle Baker. Vale, pues “ni pa ti ni pa mi”, no devolvería la vida a Holmes, pero si escribió una historia temporalmente anterior a <<El Problema Final>>. Esta no fue otra que <<El Perro de los Baskerville>>, uno de sus mejores trabajos. Las aguas se calmaron un poco, pero las protestas no desaparecieron y los nuevos trabajos de Doyle siguieron sin tener buena acogida, así que el personaje regresó oficialmente de entre los muertos con los relatos que compusieron<<El Regreso de Sherlock Holmes>>. Doyle no estaba contento, ni un poquito, y menos que lo estuvo cuando en 1906 fallecía su esposa Louis a causa de la tuberculosis. Y aunque ya por entonces tenía sentimientos correspondidos con la presunta medium Jean Elizabeth Leckie, el autor permaneció fiel a Louis y guardó un año de luto antes de casarse con Jean, de la cual tuvo tres hijos: Jean Lena Annette, Denis Percy Stewart y Adrian Malcolm.
No obstante, la tragedia no tardaría en visitar nuevamente al autor. Pues a lo largo de 1918, durante la Primera Guerra Mundial, su hermano Innes y su hijo Kingsley fallecieron. Este fue un golpe devastador para Doyle que, desolado, se introdujo en el movimiento espiritista popularizado por Allan Cardec durante la época, y del que sería un gran seguidor el resto de su vida. De hecho, el autor se convirtió en todo un experto en el tema y publicó varios libros al respecto e incluso llevó a cabo numerosos viajes al extranjero para dar conferencias sobre ocultismo. Siguió intentando cultivar otros géneros literarios que no calaron y el dinero para poder costear sus nuevos intereses en lo que se refiere al contacto con el más allá empezaba a escasear. Vamos, que necesitaba pasta.
Pero Doyle tenía una “máquina mágica de generar billetes” llamada Sherlock Holmes. De modo que se lanzó a publicar las historias que acabaron formando <<El Archivo de Sherlock Holmes>> en 1927. ¿Qué el personaje se había retirado en <<Su Último Saludo Sobre el Escenario>> de 1917? No hay problema. Bastaba con que fueran historias anteriores a este hecho y arreglado. Al fin y al cabo, esto ya le había servido cuando la “muerte” del detective y <<El Perro de los Baskerville>>.
Al final, Doyle falleció de un infarto a los 71 años de edad en 1930, y dedicando las últimas palabras que pronunciaría a su esposa: “Eres maravillosa”.
Dejando a un lado su personaje más conocido, escribió decenas de obras de ficción, incluyendo aquellas protagonizadas por el profesor Challenger como <<El Mundo Perdido>> (1912), varios libros de historia, tres libros de viajes, dos de criminología, tres poemarios, obras de teatro, y mucho más que sería imposible de plasmar aquí.
Entre 1923 y 1924, escribiría lo siguiente en su autobiografía:
«Creo que es difícil encontrar una vida más variada que la mía en cuanto a experiencias y aventuras. He conocido la pobreza y cierta prosperidad económica. He departido con muchos de los hombres más notables de mi tiempo. He disfrutado de una larga carrera literaria. He practicado muchos deportes, entre ellos el boxeo, el billar, el automovilismo, la aeronáutica y el esquí, y he sido el primero en introducir este último en Suiza para desplazamientos largos. He ejercido de médico en un ballenero durante siete meses en el océano Ártico, y después en un barco comercial por la costa de África Occidental. He participado en tres guerras: la de Sudán, la de Sudáfrica y la guerra con Alemania. Mi vida ha estado pespunteada de aventuras de toda suerte. Finalmente, me he visto obligado a dedicar mis últimos años a contar al mundo el resultado de treinta y seis años de estudio del ocultismo, a fin de hacerle ver la trascendental importancia de esta cuestión. Con esta misión he recorrido más de cincuenta mil millas y pronunciado conferencias ante más de trescientas mil personas, además de escribir siete libros sobre el tema. Tal es la vida que cuento detalladamente».
Para rematar el asunto, hasta existe un asteroide, el 7016 conandoyle descubierto en 1991, bautizado así en su honor. Lo cual sumado a todo lo dicho, ya es evidencia suficiente de que alcanzó a ser un autor reconocido universal y atemporalmente gracias al impacto de su obra.
Conclusionando: Ya se puede buscar y rebuscar por todas partes, y te podrá gustar más o menos (siendo ambas opciones de lo más respetables), pero difícilmente encontraremos un personaje tan destacado en la cultura popular como es Sherlock Holmes. Tanto, que incluso en tiempos recientes existen comunidades de fans de lo más activas que realizan una más que notable labor en la difusión de los libros en que aparece, como son las muy recomendables webs Sherlock Holmes Page (en perfecto castellano y desde dónde te puedes descargar todos sus títulos sin problemas tanto en PDF como EPUB), Conan-Doyle.com, o las buenas gentes del Círculo Holmes, quienes publican boletines trimestrales además de organizar actividades en diferentes ciudades españolas.
Y es que la influencia ejercida por Sherlock Holmes parece no tener límites.
En posts anteriores ya tuve el gusto de escribirte sobre la película ochentera <<El Secreto de la Pirámide>>, la entrañable serie animada de Miyazaki (a.k.a. <<El Holmes de Perros>>), o como el mangaka Gōshō Aoyama se basó en Conan Doyle y el escritor japonés Ranpo Edogawa para crear <<Detective Conan>>. Pero eso es solo la punta del iceberg.
De hecho, hay otros autores que se han servido de este personaje para sus propios textos, como ocurre en <<Sherlock Holmes contra Drácula>> (1978) de Loren D. Estleman, o <<Arsène Lupin Contra Sherlock Holmes>> (1908) de Maurice LeBlanc. Eso por no olvidar todas las veces que le hemos visto homenajeado en el mundo de la animación a través de programas como <<Super Mario Bros Super Show>> (con el episodio número 18 <<Las Aventuras de Sherlock Mario>>), en <<The Real Ghostbusters>> con el capítulo <<My Dear Winston>> de la quinta temporada, o con su propia serie de corte futurista <<Sherlock Holmes en el Siglo XXII>>.
Y si ya entramos en películas… apaga y vámonos. Para ponerlo en corto, el detective de Baker Street tiene el record Guinness para el personaje que más veces ha aparecido en la gran pantalla (se calcula que entre 250 y 300 películas distintas desde que el actor Basil Rathbone tomó este rol por primera vez en 1939), y por delante de figuras como Drácula, Napoleón o Jesucristo. Y si añadimos al recuento formatos episódicos como el <<Sherlock>> protagonizada por Benedict Cumberbatch (genial como Doctor Extraño para el MCU) o <<Elementary>> con la actriz Lucy Liu como Watson, pues no veas.
A esto añádele cómics de editoriales como DC o Charlton, cerca de 30 videojuegos, podcasts temáticos, parodias a porrillo como la del film <<El Hermano más Listo de Sherlock Holmes>> (1975) del desternillante Gene Wilder, o que sirviera de inspiración para personajes como mi admirado Profesor Layton (confirmado por Akihiro Hino en calidad de CEO para la desarrolladora Level 5), la cinta de Disney <<Basil, el Ratón Superdetective>> (1986), o la serie <<House M.D.>>, con tantísimas similitudes respecto al universo literario de Conan Doyle que no pueden ser coincidencia, acaba saltando a la vista que Sherlock Holmes es todo un ícono que ha trascendido tanto su medio como su tiempo para seguir generando un destacado interés por parte del público y que, aún con todas sus peculiaridades, sigue contando con legiones de entregados admiradores de diversas generaciones en todo el mundo que lo mantienen tan vivo como en su debut hace 137 años al momento de escribirte estas líneas.
Lo cual es un mérito reservado en exclusiva para los más grandes.
¡Y hasta aquí llega el post!
¿Pero qué opinas tú al respecto del viaje que acabamos de realizar? ¿Has leído alguno de sus libros? ¿Conoces algún dato que se me haya escapado y crees que debería haber incluido? Para todo aquello que quieras compartir, ya sabes que me encanta leerte y que la Caja de Comentarios está a tu entera disposición. Así que dale caña.
Como Recomendación, quería hablaros nuevamente acerca de una de estas iniciativas solidarias que tanto me gustan, y que vienen a señalar que el frikismo no es incompatible (ni mucho menos) con realizar buenas obras que benefician a quienes más lo necesitan. Me estoy refiriendo a VIDEOJUEGOSPORALIMENTOS.ORG, una asociación sin ánimo de lucro que cambia videojuegos y periféricos a cambio de alimentos no perecederos para repartir entre las familias en riesgo de pobreza o exclusión social. Nada de dinero. Solo kilos de alimentos y te llevas un juego para casa, además de contribuir a una noble causa. ¿Qué más se puede pedir? En su web podréis encontrar una amplia descripción de su actividad y presencia en próximos eventos para que puedas ir a hacerles una visita.
De nuevo, quiero recordarte que tú eres la otra mitad de este blog, y sin ti no existiría Tallopis-escribe. ¡GRACIAS POR ESTAR AL OTRO LADO DE LA PANTALLA!
También quiero mandar un AGRADECIMIENTO ESPECIAL a todas las buenas gentes lectoras de bien que colaboran con el blog a través de la CAFETERÍA DE TALLOPIS-ESCRIBE, comprando mi libro de relatos cortos de ciencia-ficción <<Los Otros Tú>> o mi novela <<Wae’hazu: El libro de Niel>>. ¡¡Mil gracias por vuestro apoyo y ayuda en lograr que esta bitácora salga adelante!! Todo lo aportado servirá para sufragar los costes del blog, invertir en mejoras, novedades, y nuevos proyectos.
Si te gusta mi trabajo, te agradecería enormemente que le dieras al botón “Me gusta”. También puedes suscribirte al blog mediante el widget que se encuentra en la parte derecha del post para estar al corriente de nuevos viajes dimensionales, y que compartas este post en tus redes sociales. Todo lo cual me resulta de gran ayuda para seguir adelante y traerte nuevos escritos.
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¡¡Estate atento a mis redes sociales para estar al día de futuros viajes temporales-dimensionales!! Hasta entonces, ánimo, salud, éxito y un abrazo bien grande.
Caso cerrado.
¡Pero que ganas teníamos de poder volver a cruzar otro de los portales dimensionales hacia este tu blog,compa!
Y menudo temazo del que hablas en este pues no puede haber un homenaje tan grande a este gran clásico que es Sherlock Holmes.
Fíjate que ya sabíamos lo extenso que puede llegar a ser el universo que rodea a este famoso detective pero no imaginábamos la cantidad de productos derivados e inspirados sobre este que pueden llegar a existir.
Lo de House es una de las pocas cosas de las que ya teníamos conocimiento al leer sobre el tema ya que es una de nuestras series favoritas de siempre pero no deja de ser una gran anécdota muy curiosa.
Y mira el primer contacto que tuvimos fue gracias a la serie animada de Ghibli y a raíz de ahí y gracias a la biblioteca local pudimos empezar a leer alguna novela debidamente adaptadas para la edad que teníamos y ya algo más mayores empezar con los verdaderos clásicos.
Lo dicho,menudo trabajazo de investigación que te has marcado cual Holmes para traernos este pedazo de post.
Ya con ganas de volver a cruzar más portales y ver con lo que nos sorprendes.
Un abrazote grande,compa y nos seguimos leyendo sin falta.
¡Bienhallado excelso Presstartcook!
Si es que ya no sé como agradecerte las bellas palabras que siempre me dedicas y el apoyo que das al blog! De verdad, millones de gracias *^_^*-
Mira que tenía ganas de hacer una entrada sobre libros, ¿y qué mejor que el gran Holmes y su autor Arthur Conan Doyle? Pero desde luego no me esperaba que el tema diera para tantísimo. Y lo que me dejé en el tintero para no alargarme más que de costumbre. Pero con lo de las películas me he quedado de piedra, ¡qué barbaridad!
¡Que grande «House»! Me alegro que te gustara *^_^*. En su momento también vi la serie y me parecía de lo más divertida, pero también muy humana. Aunque pobre Wilson, lo que tiene que aguantar XD XD . Pero desconocía por completo que hubiera tantas similitudes entre ambos universos O_o. Enorme tú al estar ya al tanto de eso. Y si, es toda una suerte que hubiera versiones de Holmes adaptadas a un público más joven, y ni que decir que (una vez más), las bibliotecas locales demuestran su gran labor.
Millones de gracias, sinceramente. Alguna idea me ronda ya para la próxima…
Si no hablamos antes, espero tengas unas muy felices fiestas.
Un abrazo bien grande y nos seguimos leyendo.