La hora del recreo.
¡¡Qué gran momento!!
Por muy aplicados que fueran algunos, me atrevería a decir que era el momento favorito de la jornada escolar para la inmensa mayoría (especialmente un servidor, que fui un estudiante regulero con una especial aversión a las matemáticas ^_^). No solamente era el momento del esperado bocadillo, sino que era algo que esperábamos con ilusión para pasar el rato con los amigos en cualquiera de los juegos que tanto nos gustaban, ya fueran chapas, canicas, el trompo, jugar al “pilla-pilla” (o al “pares-pares” como yo lo conocí), al fútbol, o al “churro va” (que en mi colegio llamaban “ceba” y los maestros llegaron a prohibirlo por lo peligroso que era para la espalda).
No obstante, también era el momento del “trapicheo” y de hacer negocios con los cromos para tratar de ampliar nuestras colecciones. Algunas llegaron a ser tremendamente populares, como las de David el Gnomo y Willy Fog que regalaba Danone. Por lo que era muy común pasear por el patio de la escuela en mi querida Ciutadella de Menorca, y ver grupitos de tres o cuatro niños haciendo piña mientras hacían intercambios usando las populares palabras “Tengui-Falti” (o el clásico “sile-nole”), que me parece se usaban en casi toda España.
A la vista queda que entre los ochenta y los noventa las colecciones se pusieron muy de moda. Pero no solamente las de álbumes para cromos que comprábamos en el quiosco, sino de multitud de objetos diversos que gozaron de una gran popularidad en su momento.
Pues de esto trata precisamente el post de hoy, de estas pequeñas cosillas que apilábamos ya fuera por moda, afición, o por este espíritu coleccionista que muchos de nosotros terminamos conservando incluso en nuestra madurez.
Espero que te guste.
– “Bollycao te ofrece las 60 mejores aventuras de SEGA”. Ay, Bollycao, Bollycao… muchos pensaréis que la nostalgia me afecta demasiado, pero no puedo quitarme de la cabeza la idea de que cuando yo era niño, este popular bollo industrial relleno de crema de chocolate, que Panrico empezó a vender en 1970 pero que lo petó por todo lo alto en los ochenta y noventa, estaba mucho más bueno que el producto que tenemos actualmente.
Sea como sea, esta popular merienda hacía furor entre la chavalería de aquel momento. No solo por el producto en sí, que también, sino porque siempre regalaban cromos coleccionables. Y es que una vez tenías uno en tus manos, no podías evitar ir rápidamente a abrir el sobre de color blanco que encerraba en su interior el ansiado cromo para ver que te salía.
Así, en 1992, aprovechando que la Mega Drive era la 16 bits que pegaba más fuerte (ya que la Super Nintendo no saldría en España hasta junio de este mismo año), Bollycao lanzó una colección de cromos con carátulas de juegos para las consolas Master System, Game Gear, y Mega Drive. Estos cromos se podían pegar en un poster de tamaño considerable que ejercía de álbum y que se podía conseguir en las papelerías, quioscos, y tiendas. Además, estos cromos fueron especialmente buscados porque… bueno… ahora no sé exactamente si era al completar la colección o al conseguir 15 cromos distintos y enviarlos por correo, pero la cosa era que entrabas en el sorteo de videoconsolas SEGA.
Por si esto fuera poco, con los cromos de esta colección también entraba de regalo una segunda pegatina con una de las letras del alfabeto y la imagen de Sonic the Hedgehog.
– “TOI”: Si hablamos de las colecciones de cromos popularizadas por Bollycao, forzosamente tenemos que hablar de los “TOI”, un marcianito cabezón de lo más simpático con dos antenitas verdes que siempre aparecía con un pequeño recuadro de texto indicando que estaba haciendo en aquel momento (como si la imagen no fuera obvia). De este modo podíamos encontrar algunos como “Toi tudiando”, “Toi felis”, “Toi depre”, y así, muchísimos más.
El creador de este genial personaje es el diseñador Jordi Català, que en un principio lo creó para que formara parte de la sección cómica “La canya dolça” (La caña dulce) de Joaquim Coca para El Periódico. Sin embargo, en este curioso periodo de tiempo entre finales de los ochenta y principios de los noventa, Bollycao propuso crear una colección de pegatinas dedicadas a este personaje, y dichos cromos se convirtieron en todo un pelotazo. La popularidad de “TOI” subió como la espuma y no fueron pocas las revistas (como la Super Pop, Pronto, y demás) que trataron de subirse al carro para aprovecharse de su fama.
Si lo piensas bien, parece algo terriblemente sencillo, pero creo que fue algo muy revolucionario e incluso adelantado a su tiempo. “TOI” desprende una aparente sencillez en su forma que es como una especie de emoticono en sí mismo, esto sumado al lenguaje que usa tan lleno de abreviaturas, saltándose letras, con un número limitado de caracteres para que pudieran caber en el cuadrito, mucho antes de que todos lleváramos un móvil en el bolsillo y empezara a usarse el “lenguaje” SMS.
Incluso con el paso del tiempo, parece que este personaje sigue en buena forma y su creador no descarta su próxima aparición en futuras campañas comerciales. Se creó una exposición en el Colegio Oficial de Diseño Gráfico de Cataluña para conmemorar los 30 años del personaje, el cual actualmente luce una estética más acorde a los nuevos tiempos, pero conservando el carisma de sus inicios. ¡Anda que no tuvimos TOIs pegados en nuestras carpetas y libros!
– “Los chinitos de la suerte”: “Son los chinitos de la suerte, los auténticos chinitos de la suerte. Toca madera, toca madera, toca madera… ya. ¡Póntelos!”.
Y de este modo, a ti también se te ha quedado grabada en la cabeza la musiquilla del anuncio de televisión que los anunciaba.
Básicamente eran pequeñas figuras de madera pintadas a mano, por lo que cada una de ellas era única (o eso nos decían), y aportaba fortuna a quien lo llevara encima, siempre dependiendo del color de su hilo. De esta manera, se dice que los de color rojo servían para atraer el amor, el negro para la pasión (¿¿??), el amarillo para la economía, el rosa favorecía la amistad, del blanco se decía que ayudaba en la salud, mientras que el azul atraía la suerte en los estudios.
Ahora no recuerdo exactamente su precio, pero creo que los pequeñitos costaban diez pesetas cada uno, mientras que los de mayor tamaño valían como cuatro o cinco duros. En España fueron todo un acontecimiento que gozó de gran popularidad, pues no eran pocos (tanto niños como adultos) que confeccionaba pulseras con ellos, los llevaba atados a mochilas, carteras, estuches y demás. Incluso siguen estando a la vente actualmente online.
El origen de este singular amuleto de madera está inspirado en un modelo parecido de origen chino que se realizaba en calabazas secas, y al que se le añadían inscripciones que supuestamente aumentaban su eficacia.
Un objeto de coleccionismo muy parecido a los “chinitos de la suerte” y que gozó de un éxito más modesto, fueron los “chupetes de la suerte”, los cuales estaban hechos en plástico de vivos colores y en un formato muy parecido tanto en tamaño como en precio.
– “La pandilla basura”: Vale… esto va a ponerse bastante asqueroso. Aunque me he contenido bastante con las imágenes y no voy a enseñar lo más fuerte que he encontrado al respecto, todos aquellos que seáis de ánimo sensible, escrupulosos, o estéis comiendo al momento de leer este post, os aconsejaría que pasarais directamente al siguiente apartado. Quien avisa no es traidor.
Antes de hablar de los siguientes protagonistas de este post, es necesario hacer un poquillo de historia y hablar levemente de lo que en España conocimos como “Muñecas Repollo”, o Cabbage Patch Kids en su país de origen. Estas fueron unas muñecas diseñadas por el empresario Xavier Roberts que posteriormente fueron vendidas y distribuidas por la empresa norteamericana Coleco, consiguiendo un grandísimo éxito.
Entonces, en el año 1985, entra en escena la empresa Topps y pone todo patas arriba. Dirigidos por Len Brown, los dibujantes Mark Newgarden y Art Spiegelman, en colaboración con el diseñador John Pound, deciden crear unos cromos que hicieran parodia de estas dulces muñecas que os comentaba antes. De este modo nacieron los Garbage Pail Kids, que nosotros conocimos como La pandilla basura.
En lo que se refiere a mecánica, era una colección de cromos corriente. Es decir, uno iba al quiosco, compraba el álbum, unos cuantos sobres con cromos al azar, y la finalidad era conseguir todas y cada una de las distintas imágenes hasta completarlo, para lo cual era de mucha ayuda el intercambiarlas con otros niños en el recreo.
Pero en cuando uno dedicaba un mínimo de atención a las imágenes de dichos cromos, era cuando la cosa cambiaba totalmente, pues en ellas aparecían personajes parecidos a las Muñecas Repollo en situaciones de lo más escabrosas, salvajes, y muchas veces hasta crueles, convirtiendo escenas de mocos y sangre (entre otros fluidos) en un festival de mutilaciones, muertes, desgracias, y deformidades de todo tipo, acompañadas de un pie de página con un nombre de chiste que tuviera cierta rima e hiciera referencia a lo que estábamos viendo.
Ni que decir que estos personajes tuvieron una muy buena recepción, cosechando gran popularidad y éxito, hasta el punto que varias publicaciones regalaron cromos para darse imagen de transgresoras, o simplemente aprovecharse de esta fama (como ocurrió con Super Pop, que lanzó su propia colección al respecto). Por si esto fuera poco, La pandilla basura llegó a tener su propio show animado y su película life action, que hoy en día es considerada como una de las peores películas de la historia (si decides verla que sea bajo tu responsabilidad… yo me lavo las manos). Ni que decir que algo así sería totalmente impensable de ponerse a la venta hoy en día, mientras que en los ochenta, a pesar de que fueron motivo de fuerte polémica, fue algo acogido con carcajadas de asombro y asco a partes iguales… eran otros tiempos.
– Cromos de la serie “Oliver y Benji”: Y por último, pero no por ello el peor, creo que el tema de este post exige que os hable si o si del álbum de cromos dedicado a una de las series de animación más importante en la infancia de muchos de nosotros.
Pero antes, debemos trasladarnos a Japón, concretamente a la mágica fecha del 13 de octubre de 1983. Momento en que se estrenó el anime de un famoso manga dedicado al fútbol y que fue conocido como Captain Tsubasa, que llegaría años más tarde (casi a finales de los ochenta) a España con el nombre de Oliver y Benji. Dicha serie de animación fue emitida a principios de los noventa en TeleCinco, todos los días laborales antes de la última edición de las noticias.
Si no viviste este momento en carne propia, debo decirte que esta legendaria serie de animación triunfó como no te puedes hacer idea en nuestro país. Miles y miles de niños cenaban viendo esta serie, tarareaban la canción de la intro, vestían camisetas con la cara de los personajes del show, y fueron fans del NewTeam antes que serlo del Barça o el Madrid. Incluso me atrevería a decir que esta serie entusiasmó con fuerza a personas que, ni entonces ni ahora, mostraron afición alguna al llamado deporte rey.
Como podréis imaginar, una producción de tanto éxito no podía tardar en tener su propia colección de pegatinas, la cual nos llegó gracias a la Editorial Panini (la cual se especializó en colecciones de este tipo en aquellos tiempos). Terminar la colección implicaba conseguir las 240 imágenes distintas que la completaban, y pegarlas en un álbum cuyo coste apenas llegaba a los veinte duros.
Ni que decir que lograr terminarlo era toda una hazaña, y que actualmente se han revalorizado cosa seria, convirtiéndose en un preciado artículo de coleccionista.
¿Llegaste a tener alguna de estas colecciones?
Bueno pues, hasta aquí llega este post.
Antes de pasar a la recomendación de la semana, quisiera hacer una pequeña reflexión. Y es que al momento de escribir estas líneas, lo cierto es que todos estamos pasando por un momento francamente difícil debido a la situación del coronavirus covid-19. Pero sin embargo, siguen produciéndose accidentes y otras enfermedades de manera regular todos los días. Por lo que una vez más quiero señalar la gran labor que están realizando desde la Fundación Juegoterapia, cuya finalidad me parece más que admirable al tratar de hacer que los niños afectados de cáncer sufran este difícil proceso de la forma más amena posible. La idea salió en 2010, cuando a su fundadora Mónica Esteban se le ocurrió darle una PlayStation a un niño ingresado por un tratamiento de quimioterapia. En un ambiente tan atemorizante como este, echar unas partidas cambió el modo en que este joven aventurero vivió su experiencia. Desde entonces, Juegoterapia se dedican a recoger consolas y videojuegos para donarlos a los hospitales, además de recaudar donativos de socios, y voluntariado, para crear jardines, áreas de juegos, y hasta cines para los niños con cáncer. Te dejo el link directo con todas sus actividades, proyectos, información, y modos en que se puede colaborar con su gran labor. www.juegaterapia.org/
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Como siempre, te recuerdo que puedes visitar el apartado de “Relatos” para disfrutar de distintas historias de terror, fantasía, y ciencia-ficción (que voy escribiendo cuando el tiempo me lo permite *^_^*), y que acostumbro a publicar nuevo contenido todos los domingos, de modo que, si nada lo impide, volvemos a vernos el próximo día 13 de diciembre.
Sin más que añadir, cuídate mucho y pásalo bien.
Salud, ánimo, y éxito.
¡¡FELIZ AÑO NUEVO 2021 PARA TODOS LOS AMIGOS, SIMPATIZANTES, COLABORADORES, Y MUY ESPECIALMENTE A LOS LECTORES DEL BLOG TALLOPIS-ESCRIBE.COM!!
GRACIAS POR HACER DE ESTE AÑO ALGO ESPECIAL Y POR ESTAR AL OTRO LADO DE LA PANTALLA.
UN ABRAZO BIEN GRANDE.
Hola
Una cosa interesante sobre la promoción de los cromos de Sega en los Bollycaos era que uno de los premios era un reloj con un holograma de Sonic, de esos pocas muestras han quedado para la posteridad, pero yo tuve uno… del que solo conservo el holograma. Hablé en su momento de esto aquí. bit.ly/3mTEL1s
¡¡ Hola David 😀 !!
Admito que no me acordaba del reloj *^_^*, así que muchas gracias por esta información y tu aporte :D.
¡Eres un fenómeno!, me parece fantástico que todavía conserves el holograma del reloj y vengas a bien a compartir la imagen con todos nosotros :D. Y es que tu blog es una pasada, me encanta porque tienes cada post y cada artículo que vale oro puro. Queda bien recomendado desde aquí el blog de sicosepia.wordpress.com y que todo el mundo vaya a visitarte, porque de verdad que eres un crack :D. Gracias por pasarte *^_^*
Un abrazo bien grande 😀
Gracias a ti por la recomendación.
Un placer 🙂
Hola, crack. La de recuerdos que me traes con esta entrada, madre mía. De lo que más me dio a mí, fue por los chinitos de la suerte, los llevaba colgados de la pulsera del reloj y me lo tenía que quitar en clase porque me molestaban para escribir. Lo de los cromos de Bollycao, a un amigo mío le tocó el Mega CD, creo que era esa misma promoción, sino fue en otra pero seguro que era en Bollycao. Lo curioso del asunto es que le llegó la versión americana (mucho más bonita que la que salió en España) y todavía no se había comercializado aquí, lo que nos hizo flipar a todos los amigos, bendita intro del Sonic CD. El resto de los «items» que nombras también los recuerdo perfectamente, los «toi» pegaron muy fuerte, y vaya tela lo de la Pandilla Basura.
Genial como siempre, un fuerte abrazo crack.
Ah! y Feliz 20121!!!
¡¡Hola compa :D!!
Ostias que fuerte y que bueno lo de tu amigo, menuda suerte con que le tocara semejante regalazo con los Bollycao. Porque terminar el poster de cromos o reunir 15 puntos era pan comido (nunca mejor dicho), lo complicado era ganar el sorteo. Con razón estabais todos flipando con la Mega-CD, como para no estarlo.
Recuerdo haber tenido algún que otro «chinito de la suerte» y admito que eran la mar de simpáticos a la par que vistosos. Aunque lo que a mi me dio fuerte de verdad, fue con la colección de cromos de «Oliver y Benji» así como la serie en general. De pequeño era muy fan de este anime, y curiosamente, con el paso de los años pues no he salido nada futbolero XDXD. Si recuerdo muy vivamente la «fiebre» de los Toi, porque realmente el personaje arrasó y no le faltaron imitadores, mientras que la «Pandilla Basura»… bueno, eran otros tiempos XDXD.
Un abrazo bien grande y muchas gracias por tu genial comentario :D. ¿Recuerdas alguna otra moda propia de estos años? 🙂 Recuerdo que existió una colección de cromos sobre la serie de animación inspirada en la película «TeenWolf».
Sí, recuerdo unas pulseras de silicona de colores que tenían un cometido similar al de los chinitos de la suerte, cada color daba suerte en un aspecto. También pegaron bastante fuerte, por lo menos aquí, en Valencia. A mí me pasó como a ti con Oliver y Benji, me encantaba la serie y tampoco me gusta el fútbol.
Un abrazo, crack. A ver qué nos has preparado esta semana.
¡¡Hola José A. Granero !! ¿Qué tal te va todo compa? 😀 Como siempre, eres más que bienvenido ^_^
Ostras, pues ahora me ha llamado mucho la atención estas pulseras que mencionas O_O, y admito que no tenía idea de su existencia (o eso o no me acuerdo *^_^* que también puede ser). Buscaré al respecto para ver que tal eran, pero sin duda los «chinitos de la suerte» pegaron muy fuerte.
De verdad, gracias por comentar que a ti te pasaba lo mismo con «Oliver y Benji» jajajajaja, lo cierto es que me alivia bastante saber que no soy el único a quien ocurría tal cosa. Mira que lo he intentado de verdad, que he visto partidos de fútbol enteros para ver de que va todo esto, pero chico, no hay manera… a cada cual lo que le gusta, y así cada uno con lo que le apasione, que todo es muy de respetar. Eso si, de pequeño vivía para esta serie y me encantaba hasta el punto de tener como un tesoro cierta camiseta que me regalaron con la imagen de los personajes de la serie jejejeje ^_^.
Un abrazo bien grande y gracias de todo corazón por tu apoyo y tus simpáticos comentarios *^_^*