“Jumanji.
Un juego para los que buscan, quizás, un modo de dejar su vida atrás.
Tire los dados para mover.
El doble da otro turno.
Quien llegue primero a la meta, gana”.—————————————————————————————–
Selváticos saludos, oh buena persona lectora que vives en el universo al otro lado de la pantalla.
En alguno que otro post ya he tenido ocasión de contarte como descubrí los juegos de rol gracias a un amigo del colegio. Lo cierto es que bien pronto descubrí el potencial creativo y de diversión que puede aportar este apasionante hobby por aquellos que se atrevan a vivir la experiencia de protagonizar historias fantásticas mediante un juego de mesa en que la interpretación y la imaginación toman un papel tan importante. De modo que durante mis años del instituto participé, como jugador y director de juego, en multitud de campañas de lo más entretenidas.
El tópico acostumbra a encasillar estos juegos en una ambientación de fantasía medieval. Ya sabes, “tu el bárbaro, tu el arquero, acróbata, magos, y el caballero”. Sin embargo, las opciones que ofrecen los diversos manuales comerciales ofrecen una amplia variedad de universos en los que ambientar las partidas que van desde el salvaje oeste, un mundo gobernado por varios clanes de vampiros, ofrecer la posibilidad de trabajar en una franquicia local de cazafantasmas, e incluso corre por ahí un libro de lo más interesante llamado SeaPunk Unleashed al que tengo muchas ganas de pillar, y que ofrece la posibilidad de vivir grandes aventuras de piratas en un mundo de fantasía steampunk.
Sin embargo, durante mi adolescencia en Menorca, lo de obtener libros por internet sonaba a ciencia-ficción y la posibilidad de comprar manuales de rol en la isla era más bien escasa, por lo que mis amigos y yo empezamos a modificar el poco material que teníamos para diseñar nuestros propios universos para jugar, todos ellos basados en historias previas que nos llamaran la atención. De modo que cosa que nos molaba, cosa que tratábamos de llevar a nuestras partidas, empezando por videojuegos como el arcade Revolution X o el F-Zero de SNES, ambientaciones a lo Resident Evil, películas de la franquicia Indiana Jones, e incluso series de animación como Gargoyles.
Pero como máster, siempre se me quedó la espinita clavada de dirigir una partida inspirada en la película sobre la que hoy quiero escribirte y que en su momento me dejó maravillado. No solo lo pasé en grande viéndola, sino que en mi mente ya se perfilaba la imagen de esta partida que nunca llegó a producirse. Imagen que se hizo aún más fuerte en mi cabeza después de participar en cierta scape room temática que hay en la población catalana de Mataró (¡que bien lo pasé ese día y como nos reímos los de mi grupo!).
Sin más dilación, paso a narrarte la trama de esta película, no sin antes darte la bienvenida al blog y sugerirte que te acomodes, te prepares una bebida a tu elección para acompañar la lectura, y que tengas a mano tu sombrero salakot de explorador.
El portal ya está abierto para que lo cruces. Solo me queda desearte que te guste el post y que disfrutes del viaje.
“Advertencia a los aventureros.
No empiecen si no piensan terminar.
Las horribles consecuencias de este juego terminarán cuando un jugador llegue a Jumanji y repita su nombre luego”.—–
En esta ocasión visitaremos un universo alternativo muy parecido al nuestro, para centrarnos en la ciudad de Brantford (New Hampshire-Estados Unidos).
¿El año? 1969.
La ciudad experimenta un gran crecimiento económico gracias a la principal industria local, la producción de calzado que se lleva a cabo en la Fábrica Parrish, dirigida por Sam Parrish (Jonathan Hyde), un triunfador hombre de negocios de carácter un tanto arisco que proviene de una familia muy importante en la zona. Y es que el apellido Parrish cuenta con un rancio abolengo que ha influido poderosamente en Brantford a través de varias generaciones, remontándose hasta el general Angus Parrish en el año 1700 o incluso antes. Vamos, que Sam forma parte de uno de estos clanes antiquísimos y pomposos lleno de individuos notables y de cuadros con rostro tan severo como malrollante.
Y en lo que se refiere a la empresa de Sam, es tal el crecimiento de la marca de zapatos Parrish que esta no no solo luce orgullosa el lema “Cuatro generaciones de calidad” en su fachada, sino que las obras para un nuevo edificio de oficinas que pueda atender la expansión del negocio están en marcha.
Todo parece ir a las mil maravillas para el exitoso Sam Parrish. Un negocio más que próspero, contar con el respeto de sus conciudadanos, un pedazo de casoplón inmenso, una bella e inteligente esposa, dinero a punta pala… todo lo que muchos desearían.
Sin embargo, su hijo Alan (Adam Hann-Byrd) no parece compartir su misma suerte y las cosas no le van precisamente bien que digamos. No solo por ser incapaz de poder dar ni dos pasos sin que alguien le reconozca por ser hijo de quien es, sino que encima sufre acoso en el colegio de manera constante por el apellido que tiene y la fama de este en la ciudad. Lo cierto es que Sam ama realmente a Alan, aunque a su manera… Vamos, que le falta un poco de empatía y constantemente le recuerda a su hijo como se supone que debe ser y lo que se espera de él, cosa que el chico no puede digerir del todo bien debido a su falta de experiencia ante la vida, por lo que ambos tienen una relación de lo más tensa.
Un día en que al pequeño Alan le dan otra ración de tortas en el colegio (cinco contra uno… así ya podrán, ya), este decide refugiarse en la fábrica de su padre. Entonces, en las obras cercanas a la misma, percibe el misterioso sonido de tambores tribales que solo él parece oír. De repente, se queda misteriosamente solo en una zona de las obras, escuchando la percusión cada vez más cerca, hasta que se topa con un misterioso cofre enterrado dentro del cual se encuentra un extraño juego de mesa con pinta de tener muchísimos años de antigüedad, fabricado con madera, marfil, y un reluciente cristal verde en el centro del tablero. Entusiasmado por la artesanía del juguete, o quizás atraído por una serie de fuerzas misteriosas que el chico no puede explicar, Alan no duda ni un momento en llevárselo a su casa.
Sin embargo, lo que allí le espera no es una alegre velada de juegos de mesa, sino una fuerte discusión con su padre, el cual pretende ingresarle en un internado dónde él mismo estudio de pequeño, el Colegio Cliffside para muchachos, con la intención de que allí “Alan se haga un hombre y se enorgullezca de su apellido”, pues el edificio del dormitorio principal lleva el apellido Parrish en honor a las generaciones anteriores de la familia que también pasaron por allí. Padre e hijo terminan dejándose llevar por la ira, soltando duras palabras originadas por las emociones del momento, por lo que Alan decide fugarse de casa.
Pero justo en este momento, el pequeño se encuentra que en la puerta de entrada se encuentra su única y mejor amiga Sarah Whittle (Laura Bell Bundy). Entusiasmado por la visita, el chico olvida momentáneamente su enfado y le muestra el extraño juego que ha encontrado en las obras de la fábrica. Sarah, que ya tiene unos pocos añitos más, observa el juego con desgana y lanza los dados con desdén sobre el tablero.
Entonces ocurre lo increíble. La ficha en forma de animal avanza tantas casillas como marcan los dados sin necesidad de que nadie la toque, y en el extraño cristal en el centro del tablero aparece un desconcertante escrito: “De noche vuelan, es mejor huir. Estos seres alados, no hacen reír”. Un estremecedor sonido se escucha por la chimenea asustando a los dos chicos, y entonces Alan, sobresaltado, lanza los dados sin querer sobre el tablero. Tras lo que aparece una nueva frase en el tablero de juego: “En la jungla vas a esperar, hasta un cinco o un ocho sacar”.
Al mismo tiempo que una numerosa bandada de murciélagos invade la casa y atacan a la joven, Alan es literalmente absorbido por el tablero de juego sin dejar rastro alguno tras de sí y ante la atónita mirada de Sarah, que se larga corriendo y gritando calle abajo mientras es perseguida por los animales que han aparecido misteriosamente.
Veintiséis años después, en 1995, la antigua casa Parrish recibe huéspedes otra vez tras largos años de permanecer abandonada. Sus nuevos ocupantes son el pequeño Peter Sheperd (Bradley Pierce) y su hermana mayor Judy (una jovencísima Kirsten Dunst que muy probablemente muchos de vosotros recordéis como la Mary Jane en trilogía de Spiderman protagonizada por Tobey Maguire), quienes han quedado huérfanos hace muy poco y llevan la tragedia cada uno a su manera. Por supuesto los dos hermanitos no están solos, sino que se mudan a la antigua casa Parrish con su tía Nora (Bebe Newirth) quien hace lo que puede para cuidar a los dos atormentados chicos al mismo tiempo que pretende convertir la gigantesca casa en un lujoso hotel. Sin embargo, los chicos empiezan a escuchar misteriosos tambores por la casa y terminan descubriendo el misterioso juego en el desván. Tras unas pocas tiradas, pronto descubren que el tablero es capaz de soltar tremendas amenazas por toda la ciudad en forma de plantas carnívoras, ponzoñosos mosquitos, e incluso mortales estampidas. Por lo que si quieren evitar un peligro mayor y lograr que todos estos peligros desaparezcan deberán llevar jugar hasta el final de la partida, para lo cual tienen que encontrar a los dos jugadores que empezaron todo en 1969, el desaparecido Alan Parrish (Robin Williams) y la traumada Sarah (Bonnie Hunt). Pero por si los feroces animales salvajes que salen del juego y amenazan toda Brantford no fueran suficientes, del tablero también emerge un misterioso cazador obsesionado con cazarles a tiros, el temible Van Pelt (también interpretado por Jonathan Hyde que hace de Sam Parrish).
Y hasta aquí te puedo contar. ¿Qué mortales peligros deberán afrontar Peter y Sarah para lograr salvar sus vidas?, ¿Qué le pasó a Alan? ¿Dónde ha estado Sarah todo este tiempo? ¿podrán detener el temible poder de Jumanji? Si quieres saber la respuesta a estas preguntas y saber como termina este embrollo, ya sabes que te toca ver la película si nunca lo has hecho, porque yo no te lo voy a contar.
“He visto cosas que solo se ven en las pesadillas.
Cosas que no podéis ni imaginar. Cosas que no podéis ni ver.
Hay cosas que te persiguen de noche, luego algo grita, y les oyes comer, y ruegas a Dios que tu no seas el postre.
¿Miedo? Vosotros no sabéis lo que es el miedo”.——————————————————————————–
Dirigida por el señor Joe Johnstone, quien también se pondría a dirigir producciones como El Capitán América: El Primer Vengador (2011), El Guardián de las Palabras (1994), o Cariño, he encongido a los niños (1989), esta película familiar que hoy vengo a presentarte fue estrenada en 1995 (el mismo año en que Judy y Peter llegan a la casa). Y aunque eso de que sea para todos los públicos puede ser un tanto discutible debido a unas pocas escenas que pueden resultar perturbadoras para el público infantil, lo cierto es que fue todo un pelotazo de los gordos que logró recaudar más de 26o millones de dólares frente a los 65 que contó con su presupuesto, además de que su fama siguió subiendo como la espuma, pudiendo considerarse como una película de culto que actualmente sigue teniendo una gran popularidad. Como muestra del buen recuerdo que dejó y de su impacto entre el público, a la vista está el abundante merchandising y derivados existentes en forma de juegos de mesa sacados por MB y otras compañías jugueteras, reproducciones fieles del tablero que vemos en la película que fueron relanzados en 2018 (los originales usados en el film son un objeto de coleccionista que valen una pasta larga y cuyo precio de venta llega a superar los 50.000 dólares), un videojuego con varios minijuegos para PC que fue llamado Jumanji: A Jungle Adventure Pack, las dos secuelas protagonizadas por Dwayne Johnson “The Rock”, una serie animada de tres temporadas que fue emitida en diversas cadenas, y su correspondiente guiño en la serie Los Simpsons, concretamente en el capítulo “Cólera al volante” (temporada 10 episodio 15), dónde podemos ver como Homer grita “Jumanji” pensando que esto le serviría para escapar de un peligro.
Y ya que menciono esta curiosa palabra que da nombre al film, mientras me documentaba para poder escribirte este post finalmente he podido saber que significa “Jumanji”. Al parecer, proviene del idioma africano zulú y significa literalmente “Muchos efectos”, que es precisamente lo que causa este poderoso juego de mesa embrujado en las vidas de los personajes que se atreven a jugarlo. Curiosamente, durante el año anterior (2020) esta palabra tomó una nueva acepción cuando muchos usuarios de diversas redes sociales propusieron que antes de las campanadas del 31 de diciembre se gritara “Jumanji” como modo de despedir el año, y bromear con la idea de que así se terminaran o revertieran los duros acontecimientos que vivimos debido a la pandemia.
Pero volviendo a lo que a nosotros interesa en este post, ¿de dónde proviene la trama de esta película? Si te soy sincero, siempre creí que se trataría de una idea original para esta película, pero resulta que se basa en un libro infantil del mismo nombre que fue publicado en 1981, siendo escrito e ilustrado por el autor norteamericano Chris Van Allsburg, el mismo que escribió Zathura (2002), La escoba de la viuda (1992), Mal día en Riverbend (1995), y Polar Express (1985) entre otros muchos libros. Curiosamente, en un principio Allsburg no estaba interesado en ceder los derechos del libro para la película, pero se ve que tras el éxito de la misma le cogió gustillo al asunto y otros de sus libros terminaron adaptándose a la pantalla grande, como Polar Express (2004) y Zathura (2005). Por otro lado, es bastante gracioso saber el autor tuvo la idea para escribir Jumanji un día en que estaba jugando al Monopoly cuando era pequeño, y en su mente infantil pensó que podría ser muy divertido si existiera un juego de mesa en que al caer en una casilla donde se decía que algo sucedía, esto también afectara a la vida real. Pero volviendo a la película, aunque esta se toma muchas licencias respecto al libro, esta conserva varios elementos de la misma además de la idea de base, así como los personajes de Judy y Peter , o mostrar una conclusión que invita a pensar en un retorno del peligroso juego.
Por otro lado, el señor Chris Van Allsburg terminó participando en los primeros borradores para el guión de la película y echando una mano a los encargados de escribirlo: Jim Strain (que trabajó en películas como Bingo en 1991 y Space Warriors del 2013), Greg Taylor (Prancer de 1989 o Harriet la espía de 1997), y Jonathan Hensleigh ( guionista en películas como El Santo de 1997 además de Armaggedon de 1998 y The Punisher de 2004).
En este momento del post me veo obligado a ser sincero y escribir que el guión me da la sensación de que tiende a ser un tanto irregular en varios momentos, mostrando varios fallos puntuales en forma de personajes al corriente de cosas que nunca se les dice ni pueden averiguar, errores al contar las casillas, pequeños comentarios que se dan por supuestos a partir de ciertos detalles muy sutiles y que pueden desconcertar al espectador… pero bueno, cosas peores hemos visto en el cine y tampoco es que esta sea una película que uno va a ver para deleitarse con los diálogos, aparte de que en general cumple con su cometido e incluso cuenta con líneas bastante interesantes que llaman la atención y pueden provocar más de una risa. Por otro lado, los años no es que le hayan caído muy bien a los efectos especiales y la animación en CGI (¡y eso que fueron creados por una empresa de peso en el mundillo como es Industrial Light & Magic!), y lo mismo se podría decir de los animatrónicos y maquillaje elaborados por el equipo de Alec Guillis y Tom Woodruff Jr (tres horas duraba la caracterización que luce el joven actor Bradley Pierce para sus últimas escenas como Peter), que con el tiempo y en comparación con las producciones actuales se les ve mucho el plumero. Pero siendo justos, recuerdo quedar impresionado en lo que a todos estos factores se refiere cuando vi esta película por primera vez en su estrenó por aquí en España en 1996. Y dicho sea de paso, si hay tanta gente por ahí (entre los que me incluyo) que tardaron tanto tiempo en darse cuenta de que el actor que interpreta al obsesivo cazador Van Pelt y el padre de Alan son el mismo… pues oye, algo harían bien en esta película en lo que a caracterización de ambos personajes se refiere y señal que Jonathan Hyde le puso ganas en la interpretación de ambos roles.
Y hablando de los actores, no puedo evitar la sensación de que algunos secundarios sobreactuan un poquillo (como el caso del actor David Alan Grier y sus inusuales gritos al interpretar al personaje del policía Carl Bentley), pero en general creo que el equipo de casting hizo un gran trabajo. Y si bien algunos roles estaban más o menos claros, como el caso de Bonnie Hunt para la versión adulta de Sarah o Bradley Pierce en el papel de Peter (me encanta esta sonrisa de sorpresa que esboza cuando Alan adulto lo abraza o cuando suelta la improvisada frase “por supuesto que sabrá dónde está Sarah, es una psíquica” con toda naturalidad), lo cierto es que otros roles exigieron una búsqueda más concienzuda, como es el caso de Judy, para el cual también audicionó una jovencísima Scarlett Johansson pero que al final fue Kirsten Dunst quien se terminó llevando el gato al agua. Pero el que trajo mucha miga, fue encontrar el actor adecuado para interpretar al Alan Parrish adulto. Ojo con esto porque dicho papel se le ofreció a celebridades de mucho renombre como Tom Hanks (que dices “bueno, Tom Hanks todavía habría dado el pego”), hasta otros como Harrison Ford, Michaell Keaton, Sean Connery, Bryan Cranston (sí, sí, Brian Cranston, el mismo que hizo de Walter en la serie Breaking Bad años más tarde), Rupert Everett, Mel Gibson… pero todos rechazaban el papel, que finalmente fue a parar a manos del mítico Robin Williams.
Personalmente debo decir que me cuesta mucho imaginar a otro actor para este rol y que me encantan los trabajos de este buen señor, el cual se las pinta solo para hacernos reír a carcajadas al mismo tiempo que consigue emocionarte hasta el punto de casi te salta una lagrimilla gracias a papeles como el que lleva a cabo en El club de los poetas muertos de 1989 (¡grandiosa!), Good Morning Vietnam de 1987 (¡apoteósica!), Señora Doubtfire (1993), Popeye (1980), El hombre bicentenario de 1999 (¡pedazo de película), o El indomable Will Hunting (1997). Eso además de llevar grandes doblajes (mítico su Genio de Aladdin para la película animada de Disney), papeles enteramente dramáticos como en Más allá de los sueños (1998), o incluso de tinte oscuro y thriller como Insomnio (2002) o un sorprendente papel de villano en el film Retratos de una obsesión de 2002. Pero para este que te escribe, ninguna logró emocionarme tanto como Patch Adams (1998), de verdad que no puedo describir con palabras hasta que punto llegó a impactarme esta película y el increíble trabajo que realiza este actor. Si es que encima se le veía un tipo que realmente parecía ser tan cercano como amigable, con su eterna sonrisa, esa mirada tierna que invita a pensar en una persona que ha padecido lo que solo él sabia, y encima era un declarado fan de los videojuegos (mítico anuncio para el Legend of Zelda de Nintendo 3DS en compañía de su hija llamada Zelda en honor a esta gran franquicia). Por ello, por todo su trabajo y lo que inspiraba, no puedo más que escribir que, donde quiera que fuera la esencia de este hombre tras su trágico fallecimiento en agosto del 2014… ¡Muchísimas gracias Robin!
Y menos mal que el amigo Robin aceptó el papel protagonista en Jumanji, pues su extenso repertorio le viene que ni pintado a una película simpática y divertida que pretende ser familiar pese a contar con momentos de gran tensión o incluso un poco tétricos. Pues no solo encontramos grandes dosis de aventura y humor, sino que también hay espacio para un cierto toque trágico en las vidas de los cuatro jugadores, sutiles lecciones de fondo para cada uno de ellos, momentos de introspección personal, y el romance que pudo haber sido entre Alan y Sarah. Como decía antes, todo el elenco principal logra hacer un trabajo más que correcto, pero es que Jumanji sin Robin Williams… no sería Jumanji.
Por otro lado, no puedo evitar dedicar un espacio de este post que te estoy escribiendo al uso de CGI y los diferentes animatrónicos que aparecen en esta producción, como el león, las arañas, o los cocodrilos. Aquellos de vosotros que me leéis desde hace un tiempo (gran suerte la mía al poder contar con vuestra compañía *^_^*) ya sabéis que tengo debilidad por los efectos especiales a la antigua usanza a base de elementos reales vistos en pantalla, mucho ingenio, y trabajo artesanal, así como las complejas caracterizaciones con disfraces y maquillajes prostéticos, por lo que la presencia de elementos computerizados, lo cual solo favorece aún más que en varias ocasiones arqueara una ceja al ver esta película de nuevo por lo mal que ha envejecido en este sentido (y es que el CGI de hace 26 años no era lo que es actualmente ni de broma), pero lo cierto es que en algunas escenas se logran efectos de lo más interesantes y dignos de elogio, como es el caso del crecimiento de la planta trepadora o la escena en que la estampida de animales salvajes rompe la pared de la biblioteca. Mucho cuidado con esta escena porque la pared fue derribada realmente con un rinoceronte de acero movido con un sistema hidráulico, y al que posteriormente se añadieron todos los demás animales con CGI. Bastante impresionante, desde luego.
Conclusionando. En esta película hay alguna que otra escena en dónde las actuaciones son un tanto exageradas para mi gusto, hay varios errores de trama, guión, y algunos efectos no han soportado el inclemente paso del tiempo. Pero ahora llega este momento que tanto me gusta de plasmar un contundente “¡¿Y qué?!” de los gordos. La película sigue siendo tremendamente divertida y emocionante, una muy buena elección para una fría tarde de invierno de mantita y peli con que pasarlo en grande con las aventuras de los cuatro sufridos jugadores de Jumanji. De hecho, esta última semana la he vuelto a ver para prepararme adecuadamente el post y la he vuelto a disfrutar cosa seria. Las secuencias de aventura, humor, y aquellas con tintes más dramáticos están muy logradas, la decadencia que muestra la ficticia ciudad de Bradford como reflejo de la vida de los jugadores adultos está realmente bien conseguida, la historia llama la atención, y sobre todo, es una película con un ritmo equilibrado que se deja gozar al mismo tiempo que en todo momento se conserva el misterio alrededor del poderoso tablero de juego. ¿Cómo se creó? ¿que antigüedad tiene? ¿cuál es su propósito? Nunca se dice y te puedes llevar un añadido extra del visionado de esta peli al teorizar sobre todo ello.
Por si fuera poco, a lo largo de la película se producen varios guiños interesantes, como cuando Alan Parrish adulto hace referencia al juego de mesa Cluedo, podemos ver un Monopoly en el desván, bien cuando los monos salvajes se quedan un rato viendo una secuencia de la película El mago de Oz de 1939, o cuando se puede escuchar la sintonia de la serie La isla de Guilligan, entre otros.
Vamos, que entre una cosa y la otra queda más que recomendada si no la has visto nunca, o si te sientes aventurero y quieres volver a disfrutar de esta producción.
Y hasta aquí llega este post.
Pero, ¿qué tu que decir al respecto? ¿has visto esta película anteriormente? ¿qué te pareció? ¿te atreverías a jugar Jumanji? Ya sabes que me encanta leerte y que puedes dejarme tus impresiones en la caja de comentarios.
Como recomendación de la semana, esta vez quiero traerte algo nuevo y distinto: el videojuego Kind Words (lo fi chill to write to). Aunque eso de “videojuego” puede no ser exacto, pues la finalidad de este título no es otra que la de enviar palabras de ánimo, apoyo, y aprecio a los demás jugadores de forma totalmente anónima por ambas partes. Nadie sabe a quien irá a parar, ni nadie sabe quien escribió el qué. Al momento de escribir estas líneas el juego solo está disponible en inglés, por lo que hay que ser más o menos ducho al dominar la lengua de Shakespeare para poder participar, pero lo cierto es que cuenta con una comunidad increíblemente positiva y receptiva alrededor de todo el mundo. Además, el juego también te ofrece la posibilidad de publicar cartas públicas para que otros te respondan con consejos o frases de motivación y apoyo, así como el ofrecerte que tu puedas responder las de otros, pudiendo ganar objetos decorativos para el cuarto de tu avatar en el proceso. La verdad que jugarlo es una experiencia enriquecedora y muy interesante que tira por el suelo la creencia popular de que en las redes solo destacan los haters y las malas maneras. Al fin y al cabo, recibir unas palabras amables siempre logra que el día mejore.
Puedes encontrarlo en webs como Steam a un precio realmente reducido y tiene pocos requerimientos. En verdad creo que es una idea de estas que te hacen pensar en la existencia de buenas personas al otro lado de la pantalla, y bastante simpática.
De nuevo, quiero recordarte que tú eres la otra mitad de este blog, y sin ti no existiría Tallopis-escribe. ¡Gracias por estar ahí!
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También puedes seguirme en twitter, dónde publico nuevo contenido casi a diario: twitter.com/tallopis
Y ya me despido de ti hasta el próximo domingo 5 de diciembre. No sin antes recordarte que ya está disponible en formato digital mi libro LOS OTROS TÚ: Relatos de ciencia-ficción y terror en otros universos.
Espero que te guste.
Hasta entonces, te deseo feliz semana. Cuídate mucho y pásalo bien.
Salud, ánimo, y éxito.
¡Todavía podemos oír los tambores después de leer este gran post.
Y es que estos nos han activados grandes recuerdos pues esta fue una de aquellas películas que recordamos visualizar con gran cariño, ya que la pudimos ver en el cine de verano de nuestra localidad junto a nuestra abuela, tras dar un buen paseo vespertino y comprar mogollón de chuches con las que acompañar esta gran película. De esos recuerdos que te llenan de cariño años después y que te sacan una sonrisa solo con ver el cartel de esta.
Unos años más tarde pudimos hacernos con el VHS gracias a esa colección de fascículos denominada` Cine Familiar, puesto que no pudimos acceder a ella en el videoclub, pues todas las veces que intentamos adquirirla siempre estaba alquilada.
De tanto verla quisimos hacernos con el propio juego de Jumanji, siendo imposible tras preguntar en varias jugueterías y obtener respuesta negativa en todas ellas. Esto hizo que tirásemos de imaginación y fabricásemos nuestra propia versión con cartulinas, una caja y los tableros que venían en las galletas Tosta Rica promocionando la película. El resultado fue un poco chusto pero nos dio varias horas de risas, entretenimiento y buenas meriendas gracias a las mencionadas galletas xD.
¡Gracias de nuevo por abrirnos el cajón de esos buenos recuerdos con tan maravillosos post como este, amigo!
¡Nos leemos en el siguiente sin falta!
Un abrazote.
PD: A partir de ahora intentaremos escribir los comentarios desde el PC pues el del post del Domingo anterior se quedó en el limbo gracias a nuestro patata móvil ¡Mil perdones!
¡¡Hola Presstartcook :D!!
Como siempre, un placer que vengas de visita por aquí *^_^*. Y nada de pedir perdones hombre, estás perdonado y absuelto de todos los cargos. Además, con eso de escribir desde el móvil, a veces pasa lo que pasa.
Chuches en abundancia y seres queridos con los que compartir una buena peli. Se mire como se mire, es combinación ganadora y me ha encantado que compartieras tan bello recuerdo. De verdad que da gusto leer historias tan encantadoras como esta y me encanta saber que guardas tan feliz recuerdo de esta película y la experiencia que te permitió vivir. ¡Eso es felicidad!
Aparte que me he quedad maravillado de saber que intentasteis crear un juego de Jumanji con vuestra cuenta. Eso me ha causado una sonrisa de esas bien grandes, pues me has trasladado a un recuerdo propio, pues de pequeño pasaba horas enteras haciendo manualidades para confeccionar juguetes y juegos de mesa… que me salían auénticos churros, pero oye, como lo disfrtuaba.
Por otra parte, no recordaba esta colección que comentas de Cine Familiar, pero menos mal que gracias a ella lograsteis haceros con la película y disfrutarla cómodamente en casa, porque esto de ir al videoclub y que todas las copias estuvieran pilladas durante semanas, era un clásico que muchso hemos vivido.
Gracias a ti por todo el apoyo que siempre das al blog y por tan geniales comentarios. De verdad que siempre es un placer leerte, aquí y en tu genial bitácora.
Un abrazo bien grande !!!