“¡Chiqui, ya estoy aquí!”
——–
“Un meteoro tres veces mayor que la Tierra se dirige hacía nosotros con peligro de colisionar, lo que supondría la extinción total de la vida sobre el planeta. ¿Nos lo confirman? ¡No señor!”.
——–
Corría el año 1819 cuando al sacerdote y geólogo amateur William Buckland (originario de la entonces Devonshire y actual Devon al sur de Inglaterra), le cayeron en sus manos unos restos encontrados en una excavación cercana a Stonesfield (Oxfordshire), y que incluían varias vértebras, un cacho de fémur y una mandíbula que todavía conservaba unos dientarros enormes entre otras piezas. El amigo Buckland se quedó ojiplático perdido por semejante hallazgo y se pasó los años siguientes estudiándolos a conciencia, hasta que en 1824 publicó un artículo de carácter oficial en el que bautizaba a la criatura propietaria de estos fragmentos como Megalosaurus bucklandii (“gran lagarto”).
Pues bien, ignorándolo él entonces pero sabiéndolo nosotros ahora, aquel descubrimiento acabaría siendo el primer fósil de dinosaurio catalogado de la historia. Como ya imaginarás con esta sagacidad que te caracteriza, esto fue un acontecimiento que impactaría de forma bestial (nunca mejor dicho) en la sociedad victoriana. Principalmente por la novedad que suponía, pues no solo el término “dinosaurio”, que se podría traducir como “reptil monstruoso”, todavía no existía (de hecho no sería acuñado hasta 1842 por el paleontólogo Richard Owen), sino que encima fue toda una revolución científica, ya que el pionero en el campo de la evolución Charles Darwin aún no había publicado su trabajo <<El Origen de las Especies>> (1859), por lo que el tema era prácticamente desconocido.

Pero no acaba ahí la cosa, pues al descubrirse que estos restos tenían millones de años de antigüedad, se obtuvo por fin una idea de cuan antigua puede ser la propia Tierra. Eso por no olvidar que Buckland, al ser un hombre de fe, se dio cuenta enseguida de que aquellos trozos de hueso eran una prueba empírica de que muchas explicaciones religiosas igual iban “un pelín” desencaminadas.
Vamos, que el asunto fue un bombazo de los gordos. Tanto, que no tardó en desatarse una auténtica “dinosauriomanía” que trastocaría por completo la visión del tiempo geológico, daría pie al debate sobre la transformación de la vida, se convertiría en el inicio de la paleontología como ciencia reconocida, y encima daría para infinidad de exposiciones, libros, recreaciones como la del Crystal Palace Park de Londres, e incluso obras de ficción como <<Viaje al Centro de la Tierra>> (1864) del gran autor Julio Verne, así como servir de inspiración para uno de los primeros trabajos que se conoce en el mundo de la animación con el cortometraje <<Gertie the Dinosaur>> (1914), de Winsor McCay, en colaboración con el Museo de Historia Natural de Nueva York.

Y así hasta tiempos más recientes, pues si hablamos de fiebres culturales ocasionadas por estas lagartijas así como grandes, no podemos olvidar el revuelo que se armó a finales de los ochenta y principios de los noventa con títulos que incluyen la franquicia de películas <<En Busca del Valle Encantado>>, series como <<Denver: El Último Dinosaurio>> y <<Las Aventuras de los T-Rex>> o <<Cadillacs & Dinosaurs>>, basada en el cómic <<Xenozoic Tales>> de Mark Schultz.
Eso además de todo lo que implicaron tanto los libros como películas de <<Jurassic Park>>, incluyendo las galletas <<Dinosaurus>> de la empresa Artiach que, “casualmente”, (codazo codazo guiño guiño) se empezaron a comercializar en España el mismo año de estreno del primer film sobre este universo ideado por el escritor Michael Crichton (¡eso es tener visión de negocio oiga!).

En definitiva: Toda una cultura dino-pop que sigue muy vigente, tal y como demuestra la serie <<Primal>> (2019) del gran animador Genndy Tartakovsky, destinada al público adulto.
Sin embargo, hubo una serie muy especial protagonizada por estos seres y que siempre ha ocupado un lugar especial en el recuerdo para tantos que tuvieron la suerte de poder verla en su momento. Esta es, ni más ni menos, que… <<Dinosaurios>>.
¡Saludos, oh buenas gentes lectoras que vivís en el universo situado al otro lado de la pantalla!
Que alegría más grande estar aquí de nuevo contigo para presentarte el post del mes de abril, para lo cual solo me queda recomendarte que te relajes, respires hondo, te quites los zapatos si te es posible, pongas los pies en alto y disfrutes de una agradable bebida que te acompañe a lo largo de la lectura, pues el portal en forma de post con destino al año 60.000.003 a.C. (en pleno periodo mesozoico) ya está abierto para ti a la espera de que te animes a cruzarlo.
Espero que lo disfrutes, y cuidado con los bichos.

«Algún día todo esto te pertenecerá, porqué tú, tu hermano y tu hermana, tuvisteis la suerte de nacer dinosaurios, y los dinosaurios gobiernan el mundo. Y lo gobernarán por siempre”.
Estrenada el 26 de abril de 1991, esta serie de 65 capítulos (de 24 a 25 minutos cada uno) repartidos en cuatro temporadas, estaba prevista de lanzarse en la cadena estadounidense CBS, aunque al final se emitió en la ABC gracias al trabajo de Michael Jacobs Productions, Touchstone Productions y Walt Disney Television (que también fue la distribuidora a través de la subsidiaria Buena Vista International), que al conservar todavía los derechos de la misma, se puede ver en su plataforma de streaming al momento de escribirte estas líneas.
Pero ojo al dato, pues si todo este tinglado fue posible es gracias especialmente a la labor de Jim Henson Productions y Creature Shop. Pues si bien <<Dinosaurios>> es una creación de Michael Jacobs y Bob Young, el plan original fue cosa del maestro titiritero Jim Henson (a quien debemos los <<Teleñecos>>, <<Fraggle Rock>> o la película <<Dentro del Laberinto>> entre otras creaciones), quien junto al ilustrador William Stout pretendía hacer un largometraje llamado <<The Natural History Project>> protagonizado por marionetas con forma de dinosaurios, así que empezó a trabajar en esta idea allá por 1988. Desgraciadamente, Henson falleció en 1990, un año antes de salir al aire la serie inspirada por su proyecto y sin poder ver los frutos dados por el mismo. Razón por la que antes de empezar el primer episodio podemos ver un cartel a modo de homenaje hacía su persona, y tampoco se hace extraño que su hijo Brian sea el productor ejecutivo.

Pero me estoy liando.
¿De qué trata la serie <<Dinosaurios>>?
Pues en realidad parte de una idea muy sencilla que ya hemos visto en otras muchas series: ser un espejo de la sociedad norteamericana de su época y la estructura familiar de la clase media, solo que añadiendo un destacado toque de humor para mostrarnos las peripecias de sus personajes, que en esta ocasión no son otros que los miembros del clan Sinclair y que fueron diseñados por Kirk R.Thathcer.
Permíteme que te los presente.
–Earl Smith Sinclair (que curiosamente es un megalosaurio como el estudiado por William Buckland). El padre de nuestra familia protagonista cumple con todos los estereotipos que te puedes imaginar: aficionado a los deportes desde su sillón, fumador, apasionado de la cerveza, teleadicto, torpe, despistado, de buen comer, perezoso, gruñón, simple… en fin, ya sabes.


Además, Earl trabaja desde hace años como derribador de árboles para la empresa Wesayso (“Porque Yo lo Digo // Nosotros lo Decimos«) a las órdenes de Bradley P.Richfield, un gigantesco triceratops perteneciente a la élite social de Pangea que no solo obtuvo el puesto de CEO tras devorar a su predecesor (aunque los triceratops sean vegetarianos), si no que además disfruta enormemente al gritar, maltratar y aterrar a sus subalternos sin perder ocasión alguna para restregarles que su vida está rodeada de lujos y privilegios en comparación. Si estás pensando que Richfield tiene pinta de ser el villano de la serie, dispuesto a TODO para cumplir con sus pérfidos propósitos, estás en lo cierto.


Y sin embargo, a lo largo de todo el show podemos ver que Earl vive muy preocupado por los suyos, haciendo cuanto esté en sus manos para ayudarles aunque sea a su manera. De hecho, más que un personaje deliberadamente corto de entendederas y falto de empatía, en realidad es un pez fuera del agua atrapado en medio de dos generaciones con ideales muy distintos. Pues como la misma serie nos relata, este estilo de vida en que uno construye una familia sin devorar a sus hijos es una idea “muy radical y novedosa”, pues hasta hace cuatro días los dinosaurios todavía vivían en la llamada Época Oscura como animales salvajes sin civilizar, por lo que el patriarca Sinclair en realidad hace lo que puede en una era de cambios que le pillan por sorpresa la mayor parte del tiempo. De hecho, incluso acabamos descubriendo que tiene una cierta sensibilidad y de joven aspiraba a ser un gran bailarín, solo para abandonar este sueño con tal de empezar a trabajar cuanto antes para cuidar de su madre enferma. Vamos, que en el fondo es un trozo de pan.

–Francine “Frannie” Philipps (a medio camino entre un dilofosaurio y un alosaurio). Abnegada ama de casa, entregada madre y devota esposa, Frannie es el estereotipo de mujer dedicada por entero a su familia y amistosa, aparte que tiende a tener mucho más carácter y sentido común que los demás personajes e incluso es muy abierta de mente pese a tener sus propias convicciones tradicionales. Aunque por otro lado… ¿Recuerdas cuando en la infancia tu madre te llamaba por el nombre completo cuando te habías metido en un lío? Pues posiblemente fue Frannie quien patentó la técnica. Ni que decir que cuando llega al punto de “hasta aquí hemos llegado”, todo el clan Sinclair se pone firmes a la de ya.

Además, su madre Ethyl vive con todos ellos y se lleva fatal con Earl, por lo que las pullas no se hacen de rogar para desgracia del patriarca y regocijo nuestro, pues vaya si la abuela Ethyl es un personaje de armas tomar con el que hacernos no pocas risas.


–Robert “Robbie” Mark Sinclair (su especie es bastante discutida por los fans aunque podría ser un hypsilophodon). Habitual espectador de la cadena musical Dino TV (en clara alusión a la MTV), el bienintencionado hijo mayor del clan es el típico adolescente con poco entusiasmo hacía los estudios y que empieza a descubrir cuanto le gustan las chicas. Y sin embargo, también resulta ser el personaje más disconforme con su sociedad, por lo que con frecuencia se atreve a cuestionarse “porqué hacemos esto o lo otro” y señalar con el dedo las cosas que son mejorables en el supercontinente de Pangea a través de observaciones muy agudas, ingeniosas y consideradas como conflictivas o tabú en su entorno, por lo que es habitual que choque con Earl a pesar del cariño que hay entre ambos. Si hay algún revuelo en la comunidad debido a una idea rompedora, o una causa justa por defender, puedes apostar dobles contra donuts a que Robbie estará en el ajo.

–Charlene Sinclair (perteneciente a la especie conocida como protoceratops). A la hija mediana de Frannie y Earl tampoco es que le apasionen las clases en el Instituto de Secundaria Bob Labrea. Siguiendo con los estereotipos de la edad, tiende a ser materialista y una obsesa de la moda, la popularidad, y que siempre está al día de todos los cotilleos entre sus compañeros de estudio. Sin embargo, bajo esta capa tan superficial encontramos que se siente muy insegura, no está del todo de acuerdo con los tiempos que le han tocado vivir, y que mantiene el papel de recordarnos a los espectadores que ya peinamos alguna cana que afrontar todos los cambios que conlleva la adolescencia no es tarea para nada fácil. Suyos son momentos tan memorables como el demostrar que la Tierra no es plana sino redonda, y que los cavernícolas son seres sintientes más complejos de lo que parecen.

–Peque Sinclair (hay quien dice que también es un megalosaurio mientras que otros aseguran que su especie no está clara ¿qué piensas tú?). Debido a un descuido burocrático, el bebé de los Sinclair fue nombrado legalmente como “Agh Agh Me Muero Idiota Sinclair” durante un tiempo cuando fue inscrito por sus padres en el registro civil de Pangea… ¡suerte que al final eso pudo ser corregido y quedarse como Peque! Si recuerdas la serie, estoy seguro que estabas esperando que llegara este momento, pues no cabe duda de que es el personaje más emblemático así como el protagonista de muchos chistes recurrentes en <<Dinosaurios>> (como cuando sale volando por los aires y al aterrizar grita “¡Otta ve!”), y el autor de varias frases icónicas de la serie, incluyendo el archiconocido “¡Tú no Mami!” (o “No la Mamá” según desde dónde me estés leyendo) mientras golpea a su padre Earl con cualquier trasto a su alcance. Revoltoso y travieso hasta la médula, aporta el punto más cómico al show sin discusión. Curiosamente, está basado en Ethan, el tercer hijo del creador Bob Young, que al parecer debía dar mucha guerra en sus primeros años de vida.

Y estos serían los protagonistas, aunque también encontramos otros bastante habituales como el presentador de noticias Howard Marioneta, el tiranosaurio Roy Hess (el mejor amigo de Earl y que además de ser un solterón empedernido tiene complejo por tener los brazos cortos), el pandillero Spike (compañero de fatigas de Robbie), o Mónica DeVertebrae (una brontosaurio divorciada que trabaja en una agencia inmobiliaria).


Además, podemos comprobar que el entorno en que se mueven todos ellos es dinámico, detallado y lleno de vida con tal de reflejar la sociedad occidental del momento al mismo tiempo que mantienen un estilo muy personal. De este modo, vemos que celebran “El Día de la Nevera” en lugar de la Navidad, que los días en el calendario están colocados en modo inverso (por aquello de que todos los años antes de Cristo restan años en lugar de sumarse) entre otros muchos detalles con que dar forma a su mundo, así como el modo en que imita la cultura popular estadounidense con montones de referencias de lo más reconocibles como a la película de <<El Exorcista>>, el programa <<America’s Funniest Videos>>, la propia cadena televisiva <<ABC>>, la serie del caballo parlante <<Mister Ed>> de los años 60, el cuento popular <<Ricitos de Oro y los Tres Ositos>> (que adaptan como <<Ricitos de Oro y los Tres Herbívoros>>), la banda de rock <<Genesis>>, e incluso mostrar al mismísimo Godzilla como una celebridad.
Vamos, que <<Dinosaurios>> se siente cercana a más no poder.
“Eso piensas porque son marionetas, porque es un programa con una estética infantil. Pero el diálogo es mordaz e ingenioso y con un incuestionable atractivo”.

Con estas palabras que nos dedica el mismísimo Earl mientras nos mira directamente, en una de las diversas roturas de la cuarta pared que nos ofrece esta sitcom, pasemos ahora a uno de sus apartados más sorprendentes: los temas que trata en su narrativa como medio descarado de hacernos reflexionar entre carcajadas y el modo en que estos se nos muestran. Aunque debo advertirte que si recuerdas a <<Dinosaurios>> como una serie cándida e inocente de “muñequitos que bailan graciosamente”, ya te puedes ir preparando para que estas memorias se te hagan añicos.
Aunque pensándolo bien, cuando esta serie llegó a España gracias a cadenas como la 1 de Televisión Española y su complementaria Clan TVE, era lógico que de niños la viéramos como algo simplemente divertido mientras se nos escapaban varios de los potentes mensajes que nos pretendía hacer llegar. De modo que si te animas a revisitarla con la barrera de los 18 años superada, es muy posible que en más de una ocasión se te caiga la mandíbula al suelo mientras te preguntas asombrado si, en aquella o la otra escena, se están refiriendo a lo que crees que se están refiriendo “en este programa para los más peques”.
Y ya puedo adelantarte que la respuesta a eso es un SÍ rotundo.

Vamos, que nos encontramos ante otra de estas obras en que cambia totalmente la percepción de la misma a medida que uno va sumando renovaciones del DNI.
De este modo, comprobamos que en <<Dinosaurios>> se plantean cuestiones que podríamos considerar como habituales en este tipo de programa, incluyendo lo difícil que puede ser la relación con la familia política, las pésimas consecuencias de tomar drogas, la desigualdad entre clases sociales, los abismos generacionales, la ambición empresarial sin escrúpulos (que se muestra más de una vez), el peligro que tiene la sobreexplotación de la naturaleza sin control y que las guerras son algo terrible, por poner unos ejemplos.

Eso mientras también nos muestra de forma un tanto disfrazada (aunque evidente) otros temas más adultos entre los que se encuentran el trato a personas de la tercera edad y como suelen ser “apartadas” por la sociedad, la cirugía estética (escuchar a la abuela Ethyl hablando de «colas chuchurrías con los años” no tiene precio), la “guerra de sexos”, los medios de comunicación y su influencia en el público, cómo a veces se afronta la búsqueda de algunas respuestas (el capítulo del “Patataísmo” es algo magistral), los prejuicios raciales, y hasta hacer alusiones al considerado como el “oficio más antiguo del mundo”. En serio, hay que verlo para creerlo.
Que a ver, dentro de lo que cabe sigue siendo un producto con tintes familiares y no es que estemos hablando de <<El Delirante Mundo de los Feebles>> (1989) precisamente, que al fin y al cabo <<Dinosaurios>> solía emitirse en horarios infantiles. Aún así, todo esto y más está a la espera de que lo descubras, pues una de sus características es la sátira a la sociedad occidental de los años noventa a través de unos guiones audaces, agudos, bien repletos de frases lapidarias con mucha garra y, sobre todo, de lo más divertidos que encima dan marcha a tus neuronas.

Y aún con todos estos paralelismos suavizados, no es de extrañar que la serie estuviera envuelta de cierta polémica, hasta el punto que varios episodios no fueron emitidos en reposiciones posteriores al considerarse que no eran aptos para todos los públicos.
Cambiando de tercio, <<Dinosaurios>> también nos ofrece un apartado técnico en el que todo cuanto vemos está hecho por medios artesanales de estos que personalmente me chiflan. Y es que dar vida a todo el clan Sinclair y su entorno supuso todo un despliegue de medios que, sin exagerar, algunos son una verdadera obra de ingeniería.
Para empezar tenemos a Peque Sinclair y la abuela Ethyel, los cuales eran elaboradas marionetas de mano similar a los muñecos de ventrílocuo cuyo movimiento era dado por un operador situado fuera de encuadre, mientras que un segundo controlaba la cabeza por control remoto.

Y ojo cuidado, porque esta fue la parte fácil, pues todos los demás personajes (salvo quizás a excepción de Mónica) requerían de tres profesionales para que se les diera vida ante las cámaras.
A saber:
-Uno para el movimiento corporal, que estaba embutido en unos pesados trajes (confeccionados por Peter Brooke junto a Bill Barreta) que pesaban cerca de 100 kilos en algunos casos, y que además de dificultar el movimiento daban un calor espantoso, por lo que las pausas para que pudieran descansar e hidratarse tenían que ser frecuentes sí o sí para que no les diera un jamacuco.


-Un actor o actriz de voz.
-Un operador técnico que dirigía la expresión facial desde un complejo tablero de mandos a distancia. Pues cada cabeza era un complejo animatrónico que implicaban un trabajo manual y de diseño impresionantes en su elaboración. De hecho, cada una era construida como un pesado armazón alrededor de una especie de casco de ciclismo que los actores de movimiento llevaban puestos y que incluían un pequeño auricular con el que poder recibir instrucciones así como un micrófono con el que comunicarse con los demás miembros del reparto y el equipo técnico. Desgraciadamente, estas «cabezas» les cubrían los ojos y no veían un pimiento, salvo que sus respectivos personajes tuvieran la boca abierta, siendo este el momento en que podían observar su entorno. Razón ésta por la que los personajes suelen suspirar, tener los labios entreabiertos de la sorpresa u otra emoción, refunfuñar o hablar mientras andan. Sin embargo eso no era suficiente para poder maniobrar con naturalidad y sin chocarse constantemente unos con otros o el mobiliario del plató, por lo que cada actor de movimiento debía contar con exactitud cuantos pasos necesitaba para ir de un lugar a otro y en qué dirección además de memorizar todo cuanto había a su alrededor.

A eso añádele títeres de guante con que dar vida a las pequeñas criaturas con que interactuaban los protagonistas (creados individualmente y con características estéticas que los hacían únicos) así como las trampillas de acceso en los escenarios para accionarlos, el uso de maquetas tridimensionales para el barrio donde está la casa de los Sinclair, que el equipo de hasta 19 guionistas pudiera escribir y editar los diálogos, los elaborados escenarios y objetos de atrezo, el mantenimiento de equipos y animatrónicos… en fin, suma y sigue.

Al final, entre una cosa y la otra, no es de extrañar que a veces hubiera más de cuarenta personas a la vez en el plató para hacer que las cosas funcionaran, que las jornadas semanales de trabajo superaran las 65 horas con tal de emitir cada capítulo a tiempo, y que el presupuesto de cada uno alcanzara la cifra de los 6 millones de dólares.
Si, lo has leído bien: 6 millones de pavos ¡por episodio!
No obstante, los resultados hablan por sí solos y <<Dinosaurios>> se convirtió en un fenómeno nunca visto antes en la pequeña pantalla, algo único jamás repetido.
Vaya, que uno podría pensar que estaba destinada a durar… ¿verdad?

–Conclusionando: Pues tristemente tengo que dar un final agridulce a este viaje, pues como ya sabrás, la serie fue condenada a la extinción. Pues entre los signos de agotamiento que ya se percibían a finales de la tercera temporada y los altos costes de producción, la serie dejó de ser rentable y por tanto cancelada.
Al recibir esta noticia, el equipo de <<Dinosaurios>> tomó una decisión drástica que se convertiría en historia de la televisión: Si los Sinclair iban a desaparecer, desde luego no lo harían en silencio por la puerta de atrás, sino con la cabeza bien alta y un rugido metafórico capaz de meter el corazón de los televidentes en un puño.
Llegamos así al 20 de junio de 1994, momento en que se estrenó el último episodio con el título de <<Naturaleza Cambiante>> y que pilló a los espectadores con la guardia baja. Pues tras tres años de lecciones, líneas de diálogo memorables y situaciones hilarantes con las que partirse de risa pero muy humanas, <<Naturaleza Cambiante>> nos ofrecía una conclusión sumamente dramática junto a un mensaje final que, curiosamente, no desentona del todo con lo que se nos ha dicho antes en cada uno de los 64 episodios anteriores si lo tomamos en su conjunto con la propia naturaleza del show… casi como si nos hubieran estado preparando para ello sutilmente.
El resultado salta a la vista, pues 31 años después (a fecha de publicar esta entrada), no son pocos quienes recuerdan a <<Dinosaurios>> y su impacto en el momento es innegable.
Para muestra un botón, pues no hay nada más que ver la ingente cantidad de merchandising que se puso a la venta y que va desde promociones para las Happy Meal de McDonalds, pasando por pequeños juguetes, muñecos de Peque Sinclair casi a tamaño natural y con sonido, camisetas, dos comics, un CD musical que incluía el tema de los créditos compuesto por Ray Colcord y Bruce Broughton así como la canción <<I’m The Baby, Gotta Love Me>>, y hasta funkos… vamos, la tira. Incluso hubo planes para lanzar un videojuego para la SNES que al final no llegó a nada, aunque sí existió una máquina de bolsillo parecida a una Game & Watch comercializada por la marca Tiger.

Con todo lo dicho, no es de extrañar que los Sinclair, al igual que sus congéneres de la vida real, sigan muy vivos en el recuerdo de tantos por muchas razones. Por lo que en cierto modo, nunca han llegado a desaparecer del todo.
¡Y hasta aquí llega este post!
¿Pero qué opinas tú al respecto del viaje que acabamos de realizar? ¿Viste la serie en su momento? ¿Qué te parecía? ¿Se te viene a la mente alguna escena en particular? ¿Hay algún dato que se me haya quedado en el tintero que debería haber incluido? Para todo aquello que quieras compartir, ya sabes que la Caja de Comentarios está a tu entera disposición y que me encanta leerte, así que dale caña alegremente.
Como Recomendación, quería hablaros nuevamente acerca de una de estas iniciativas solidarias que tanto me gustan, y que vienen a señalar que el frikismo no es incompatible (ni mucho menos) con realizar buenas obras que benefician a quienes más lo necesitan. Me estoy refiriendo a VIDEOJUEGOSPORALIMENTOS.ORG, una asociación sin ánimo de lucro que cambia videojuegos y periféricos a cambio de alimentos no perecederos para repartir entre las familias en riesgo de pobreza o exclusión social. Nada de dinero. Solo kilos de alimentos y te llevas un juego para casa, además de contribuir a una noble causa. ¿Qué más se puede pedir? En su web podréis encontrar una amplia descripción de su actividad y presencia en próximos eventos para que puedas ir a hacerles una visita.
También quiero mandar un AGRADECIMIENTO ESPECIAL a todas las buenas gentes lectoras de bien que colaboran con el blog a través de la CAFETERÍA DE TALLOPIS-ESCRIBE, comprando mi libro de relatos cortos de ciencia-ficción <<Los Otros Tú>> o mi novela <<Wae’hazu: El libro de Niel>>. ¡¡Mil gracias por vuestro apoyo y ayuda en lograr que esta bitácora salga adelante!! Todo lo aportado servirá para sufragar los costes del blog, invertir en mejoras, novedades, y nuevos proyectos.

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“Buenas noches. Adiós”.
