Cine: La Milla Verde (1999)

-¿Cómo se llama?

– John Coffey, señora.

-Como el café, pero se escribe diferente.

-Si señora, se escribe muy diferente.

-He soñado con usted. Soñé que estaba perdido en la oscuridad. Y yo también. Y nos encontramos. Nos encontramos en la oscuridad.

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¿No te ha pasado nunca que entras en un sitio por primera vez en tu vida y por alguna razón te empiezas a sentir incómodo?  Nadie te ha dirigido la palabra, no te ha ocurrido ningún percance, pero eso no te quita la sensación de que algo no va bien. 

   Algunos podrían pensar que se debe a algo que intuimos de algún modo pero que de entrada no nos percatamos de lo que es. Otros, más espirituales, podrían asegurar que es debido a las intensas emociones que se han dado en la zona y cuyo rastro afecta a quienes ponen un pie ahí, o puede ocurrir que solo por el hecho de saber que ha sucedido algo desagradable en dicho lugar baste para que la sugestión se dispare hasta dejar intranquilo a cualquiera.

   Sea como sea, en muchas narraciones de ficción para diversos medios nos encontramos con que sus personajes se mueven en una serie de emplazamientos como los comentados anteriormente y que pueden ponerle a uno la piel de gallina solo con imaginar cómo nos sentiríamos en caso de estar ahí en persona. Lugares aterradores que tienen su inspiración en lo que llamamos la vida real, y que ponen a prueba el temple de todos los que se encuentren en ellos debido a la atmósfera opresiva que se respira en el ambiente.

   Pero al mismo tiempo, en estos tétricos escenarios, que sacan lo mejor de algunos y lo peor de otros, se produce un caldo de cultivo especial que da pie a que se produzcan historias realmente asombrosas y muy humanas que logran impactar con fuerza.

   Pues hoy vamos a visitar uno de estos lugares.

   De modo que sin más preámbulos te invito a que respires hondo, te relajes (si te es posible), te quites los zapatos, pongas los pies en alto y te sirvas una agradable bebida a tu elección que te acompañe durante la lectura del presente post que va dedicado a la película de 1999 conocida como The Green Mile en su país de origen, también llamada Milagros Inesperados o La Milla Verde según desde dónde me estés leyendo.  

  Sin embargo, debo avisarte de que en el camino seguramente nos encontraremos con algún spoiler (te avisaré con tiempo cuando estos se acerquen) y que algunos de los temas tratados en dicha producción no son aptos para algunas audiencias al tratarse de asuntos bastante delicados, de modo que sigue leyendo bajo tu responsabilidad.

  ¡Quien avisa no es traidor!

  De modo que escrito lo escrito, vamos al asunto y cuando quieras puedes cruzar libremente el portal dimensional que ya se encuentra abierto para ti.

Espero que lo disfrutes.

<<¡Hombre muerto! Aquí llega un hombre muerto ¡paso al condenado! Hombre muerto>>

Para poder narrarte la trama de esta cinta debemos remontarnos al año 1999 de un universo alternativo muy parecido al nuestro y visitar la residencia geriátrica de Georgia Pines donde vive nuestro anciano protagonista Paul Edgecombe (interpretado por William “Dabbs” Greer que trabajó en no pocas películas en la década de los cincuenta e incluso tuvo un papel menor en la serie original de El Fugitivo), quien tiene la costumbre de realizar pequeñas escapadas hasta un lugar abandonado de los alrededores. Intrigada por estas furtivas salidas que lleva a cabo Paul, su mejor amiga Elaine Connelly (a quien le da vida la actriz Eve Brent quien aparecía en varios films clásicos de Tarzán entre otras producciones) le pregunta al respecto y, como suele ocurrir con quienes guardan un gran secreto durante mucho tiempo, decide confesarle toda la verdad relatando su historia acerca de los increíbles acontecimientos de los que fue testigo en 1935.

En ese año, Paul (Tom Hanks) rondaba los cuarenta y se ganaba la vida como carcelero en la prisión de Cold Mountain en Louisiana. Para ser más exactos, Paul estaba al cargo del Bloque -E- de dicha prisión, envuelto en un aire aterrador que no es de extrañar si tenemos en cuenta que allí se encuentran las celdas de los presos condenados a muerte que esperan recorrer la milla del suelo color verde lima que les llevará directos a la vieja Chispas, la silla eléctrica que acabará con sus vidas.

La vida en dicho lugar no es nada fácil para Paul, quien muy sabiamente opta por mantener el orden a base de ser estricto cuando es necesario pero sin poner más tensión a los reclusos de la que ya llevan para evitar que causen daños mayores, hablando con ellos con tal de calmarles. Sin embargo, Paul no se encuentra muy bien de salud que digamos y encima debe lidiar a diario con presos realmente violentos y problemáticos como William “Billy el niño” Wharton (Sam Rockwell) que le pondrá en más de un apuro. Por si esto fuera poco, en el mismo lugar trabaja como guarda Percy Wetmore (Doug Hutchison), que en palabras del propio Paul es <<cruel, insensible y estúpido: una mala combinación>>. A todo esto hay que añadir el hecho que Percy encima resulta ser un sujeto engreído, vago, cobarde y desagradable que para colmo está muy bien relacionado al contar con un “enchufe” de los gordos que no solo le sirvió para conseguir el puesto, sino que no duda en amenazar a sus compañeros con chivarse a sus contactos con tal de seguir maltratando e incluso agredir impunemente a los presos. De hecho, su más grande ambición es estar al cargo de una ejecución para poder ver en primera fila como la vieja Chispas hace su trabajo. Vamos, que es uno de estos villanos al que da gusto tener tirria precisamente por lo creíble que resulta y Hutchinson lo clava dando vida a este personaje.

Por suerte, no todo son iguales en el Bloque -E-, pues aunque no son precisamente unos angelitos, hay presos como el viejo Toot-Toot (Harry Dean Stanton) y Eduard Delacroix (Michael Jeter) que se muestran más colaboradores y además Paul puede contar con varios de sus compañeros cuando las cosas se ponen especialmente difíciles. Estos son su mejor amigo Brutus Howell (David Morse) al que todos llaman “Mole” por su altura y corpulencia pese a tener un gran sentido común y un gran corazón, el viejo Harry Terwilliger (Jeffrey DeMunn) y el joven Dean Stanton (Barry Pepper).

Sin embargo, la vida de todos los trabajadores del lugar, y la de Paul en especial, cambiará por completo una vez llega un nuevo recluso llamado John Coffey (Michael Clarke Duncan). Un tipo enorme, exageradamente musculoso y lleno de cicatrices que llega a intimidar por su descomunal corpulencia que le permitiría usar a “Mole” como llavero si quisiera. Pero lo que le hiela a uno la sangre es saber de qué se le acusa a Coffey, pues a pesar de su carácter extremadamente dócil e incluso mostrar dificultades para entender lo que ocurre a su alrededor, fue encontrado llorando y gritando como un poseso mientras no paraba de repetir <<no pude evitarlo>>, cubierto de sangre junto al cadáver de las dos niñas gemelas Diettrick que mostraban signos de haber sido violadas recientemente. Pero al poco de llegar a prisión y por sorpresa de todos, Coffey empieza a dar muestras de poseer cualidades sobrenaturales. Algo alucinante que solo puede ser definido como milagroso, poniendo a prueba las convicciones de los trabajadores en la Milla Verde.

Y hasta aquí te puedo contar. ¿Cuál es el secreto del anciano Paul? ¿Cómo se desarrolla la vida de internos y guardias en el Bloque -E- a partir de este punto? Y sobre todo, ¿Qué increíbles habilidades muestra John Coffey mientras está a la espera de sentarse en la vieja Chispas? Si quieres conocer la respuesta a todas estas preguntas y alguna más, ya sabes lo que te toca: ver la peli y comprobarlo por tu cuenta, pues yo no te lo voy a decir.

De hecho, ¿Qué gracia tendría que lo hiciera?

Erase un hombre pegado a un teclado…

  Lo que si te puedo explicar es de dónde sale la idea para esta película, que resulta ser la adaptación de una historia de mi admirado Stephen King (del que ya tuve el placer de escribirte en uno de mis primeros posts), y que originalmente fue publicada por entregas en forma de seis volúmenes de aparición mensual entre marzo y agosto de 1996, siendo este el cuadragésimo trabajo publicado del autor de Maine, el cual no veríamos en forma de un solo libro hasta el año 2000.

  Estas seis entregas, ordenadas cronológicamente, llevarían los siguientes títulos:

  -Las gemelas asesinadas.

  -Un ratón en el pasillo.

  -Las manos de Coffey.

  -Una ejecución espeluznante.

  -Viaje nocturno.

  -La hora final de Coffey.

  Ya que estamos con esto, lo cierto es que la historia de como este autor se decidió a hacer una novela por entregas no deja de ser curiosa, pues todo empezó como un comentario de lo más casual. La cosa es que un viejo amigo de King, el agente de derechos en el extranjero Ralph Vicinanza, alquilo una casita en Long Island y mientras cerraba el trato con el agente inmobiliario este proclamó que <<la casa parece sacada de una novela de Charles Dickens>> como si tal cosa y eso dio mucho en que pensar a Vicinanza. De modo que posteriormente sacaría el tema con el editor Malcolm Edwards, y hablando largo y tendido, terminaron llegando a la conclusión de que sería interesante que un autor contemporáneo retomara la costumbre de escribir una novela destinada a ser publicada por entregas tal y como hacía Dickens en sus tiempos. Y aunque lo cierto es que sí hay otros escritores recientes que han llevado a cabo proyectos similares, Vicinenza llamó un tiempo después a King para sugerirle una serie de propuestas entre las que se encontraban el conceder una entrevista a la edición japonesa de PlayBoy, realizar un viaje de promoción con todos los gastos pagados a las Repúblicas Bálticas o escribir una novela serializada en varios volúmenes. De todas estas propuestas, el escritor de Maine creyó que sería interesante esta última, y aprovechando que ya tenía la idea del personaje John Coffey rondándole por la cabeza, se puso manos a la obra aún con el peligro añadido de que este era un proyecto que le ponía sobre las espaldas la responsabilidad de cumplir no con uno sino varios plazos de entrega, además de que nada garantizaba el éxito de este proyecto y que debería terminar pasara lo que pasara. Aunque también estaba el travieso aliciente de que los lectores no podrían “hacer trampas” al tratar de adelantarse a los acontecimientos de la trama saltándose capítulos o leyendo primero la conclusión de la historia.

  Al final, La Milla Verde, o El Pasillo de la Muerte como fue titulada inicialmente, resultó ser un éxito de ventas que además le supuso a King ganar el Bram Stoker Award entre otros reconocimientos que recibió por este trabajo literario.

  Curiosamente, esta no es la clásica historia de Stephen King y no deja de resultar sorprendente como un autor que está acostumbrando a aterrorizarnos hasta el tuétano con sus historias a través de personajes como el payaso Pennywise, la enfermera Annie Wilkes, los monstruos que habitan en La Niebla, Randall Flagg o Leland Gaunt entre otros, nos demuestra que es muy capaz de escribir una trama dramática con elementos sobrenaturales que no deja de ser sobrecogedora en algunos momentos pero que resulta ser muy emotiva en general. De hecho, durante una entrevista que se le concedió de cara a la promoción para la película de La Milla Verde, y en la que tuvo la oportunidad de sentarse en la vieja Chispas además de celebrar su 51 cumpleaños en el set de rodaje, King decía lo siguiente:

«El espíritu humano sigue vivo incluso en las circunstancias más difíciles. Y creo que, a veces, cuanto más difícil es la vida —y no puede haber un lugar en el que la vida sea mucho más difícil que en el corredor de la muerte—, más posibilidades tiene el espíritu humano de brillar. Y, sin duda, hay aspectos de esta historia que son difíciles de asimilar porque son muy horribles, pero creo que ese mismo trasfondo pone en primer término que la gente se esfuerza por hacer lo mejor posible. Le da una especie de pureza y alegría».

Y como de costumbre ya me he vuelto a liar.

Volviendo a la película, cabe decir que es una de las adaptaciones más fieles de un libro al cine que he visto junto con la que se hizo de <<El club de los poetas muertos>> de la autora N.H.Kleinbaum. Por supuesto que en toda adaptación cinematográfica de una novela siempre se deben acortar algunas partes, suprimir ciertos personajes… en fin, lo habitual en estos casos. Sin embargo, a pesar de haber varios cambios menores, lo cierto es que todos los momentos importantes del material literario original están ahí y se nota un trabajo más que digno con el guion de esta película.

Permiteme que te comente algunas diferencias existentes de una versión a otra, y mucho ojo buena persona lectora que habitas en el universo al otro lado de la pantalla, pues esto significa que de nuevo entramos en…

————————-La Dimensión Spoiler————————-

  ¿Sigues ahí? ¿Hay alguien leyendo esto que no haya visto la peli todavía? Si es así, estás a tiempo de avanzar el post para evitar destriparte la historia.

 Bueno, pues vamos al turrón.

  -Brad Dolan, el maquiavelico auxiliar de la residencia Georgia Pines donde vive el viejo Paul Edgecombe, no aparece en la película. De igual modo, el personaje de Curtis Anderson, que sustituye por un breve espacio de tiempo al alcaide Moores en sus funciones ni el recluso Arthur Flanders al que todos apodan <<El presidente>> aparecen en el film. Por otra parte, el personaje del sherif Homer Cribus es sustituido por Rob McGee, quien ejerce de ayudante de Cribus en la novela

-Durante la narración literaria, el ratón Señor Jingles es conocido como Cascabel después de ser llamado <<Willie, el del barco de vapor>> en homenaje al corto animado <<Steamboat Willie>> que se estrenó en 1928. Al fin y al cabo, la acción principal de la historia acontece tras la Gran Depresión, momento en que se proyectó por ptimera vez dicho corto. Y ya que hablamos de este simpático roedor, en el film vemos como sigue respirando al concluir la historia mientras que en el material original fallece tras una vida exageradamente larga para lo que es lo habitual en este tipo de animales.

-La silla eléctrica es llamada La Freidora en vez de la vieja Chispas, como vemos en la película.

-En el libro se aportan más argumentos que respaldan la inocencia de Coffey, más allá de la visión que este comparte tras ser agarrado del brazo por Wharton en el film.

-La escena del pan de maíz y Paul disfrutando de una noche apasionada con su esposa Jan tras el primer milagro son fragmentos añadidos expresamente para la película, así como la secuencia de Coffey en el cine como última voluntad.

-Brutus Howell es llamado <<Mole>> solo en el film y en su doblaje al español. En el material impreso, es este personaje, y no Paul, quien tiene el siguiente diálogo <<El día en que muramos y acudamos ante Dios, ¿qué le vamos a decir cuando nos pregunte porqué matamos a uno de sus genuinos milagros? ¿Que hacíamos nuestro trabajo?>>.

-En la novela se especifica el destino final de prácticamente todos los personajes salvo Paul, que sigue vivo hasta no se sabe cuando una vez finaliza la historia. Además, este escribe la historia como si la explicara al lector en vez de narrarla enteramente a Elaine como se ve en la adaptación cinematográfica.

-En el trabajo original se explica la razón por la que Toot-Toot y Delacroix están en prisión. Al parecer, Toot-Toot mató a un hombre durante una discusión por un par de botas mientras que Delacroix violó a una mujer, la mató, y al tratar de quemar el cadáver para no dejar pruebas, provocando accidentalmente un incendio que afectó a un edificio cercano y causando la muerte de seis personas más en el proceso. Supongo que esto se eliminó de la película para que los espectadores pudieran empatizar más con el personaje y su desgarrador final.

-Ya para terminar con el tema de las diferencias, la historia escrita por King tiene lugar en 1932 mientras que la adaptación ocurre en 1935. Esto se cambió expresamente para poder añadir las secuencias de la película clásica <<Top Hat>> que se estrenó precisamente en 1935 y  en dónde se puede ver a la bailarina y actriz Ginger Rogers junto a Fred Astaire, quien canta el tema Cheek to Cheek (I’m in heaven), escrita por Irving Berling expresamente para este film.

——–Saliendo de la Dimensión Spoiler——–

Construyendo la Milla Verde

La película que nos ocupa es un trabajo conjunto entre las productoras Castle Rock Entertainment, Dark Woods y distribuida por Warner Bros, siendo dirigida por Frank Darabount que además de ser uno de los productores junto a David Valdes y escribir el guion, resulta que es un cachondo de cuidado y alguna vez ha proclamado entre risas que <<tiene la especialidad más breve del mundo al hacer principalmente películas de Stephen King que suceden en una cárcel en el pasado>>. Pues aparte de trabajar en producciones como el remake de The Blob/La Mancha Voraz (1988) o la imprescindible Frankenstein de Mary Shelley en 1994, también dirigió Cadena Perpetua/Sueños de Fuga que se estrenó ese mismo año, la cual resulta ser una historia carcelaria basada en un relato de… bueno, ya imaginas quien.

De hecho es precisamente gracias a esta última película que vemos a Tom Hanks (¿qué puedo decirte sobre este señor? Philadelphia, Apollo 13, Big, Camino a la Perdición, Esta casa es una ruina, la reciente Elvis del 2022, Náufrago… el palmarés de este actor habla por si solo) en el papel principal en La Milla Verde, pues al momento de estar rodando Cadena Perpetua, el director Frank Darabount le pidió de hacer el papel protagonista y Hanks tuvo que rechazar la oferta por estar en pleno rodaje de Forrest Gump, por lo que terminó aceptando el papel del joven Paul Edgecombe casi como un favor personal al director. Aparte de que Darabount ya escribió el guion pensando en Hanks para el rol protagonista.

Y si bien reunir a Hanks y al resto del elenco no fue una tarea que presentara muchos problemas en general, sí que tuvo su miga el encontrar al actor adecuado para interpretar al gigantesco John Coffey. Finalmente la respuesta llegó gracias a Bruce Willies, quien se enteró del proyecto y recomendó al actor Michael Clarke Duncan con quien había trabajado en Armageddon, estrenada el año anterior. Tras un par de llamadas, Duncan se presentó al casting y el resto ya te lo puedes suponer… hizo una labor tan impresionante que Darabount no dudo en darle el papel enseguida y suerte que lo hizo, pues Duncan demostró ser el actor perfecto para el papel no solo por su físico sino que durante el rodaje lo bordó con su interpretación, tal y como se puede apreciar en la película. De hecho, su actuación en La Milla Verde le supuso estar nominado al premio Óscar y al Globo de Oro como Mejor Actor de Reparto el año 2000, que si bien no se llevó tales galardones a la saca, si que se alzó con el Premio de la Crítica Cinematográfica al Mejor Actor de Reparto y bien merecido que lo tiene. Y eso que no lo tuvo fácil, pues Duncan declaró posteriormente que pasó auténtico miedo durante la escena en que es descubierto con las gemelas Katie y Cora Detterick (que en realidad son dos muñecas). Además, tenía que andar sobre unos andamios situados fuera de cámara en el set de rodaje, entre otros trucos como el uso de ciertos planos o que la cama de su celda fuera notablemente más pequeña, para dar la sensación de ser mucho más alto que los demás actores y darle el aspecto de un gigante cuando en realidad Duncan es casi tan alto como el actor David Morse que interpreta a Brutus Howell, o James Crowell que da vida al alcaide Harold Moores, y que también tiene su peso en la historia (sus alturas son de 1’96m, 1’92m y 2’01m respectivamente… vamos, que bajitos no son).

Casi igual de anecdótica es la contratación del actor Robert Williams Greer, pues esta no estaba prevista en un inicio ya que el plan original era maquillar a Tom Hanks para que pareciera mucho mayor, pero las pruebas al respecto no quedaban muy convincentes y esta es la razón de que dieran el papel de un envejecido Paul a Greer.

Pero ojo, que no todo el mérito de esta producción pesa sobre el director/guionista y al elenco, que lo tienen, pues es justo alabar el impecable trabajo que lleva a cabo el diseñador de producción Terence Marsh junto a su equipo para recrear los escenarios, o el del actor y especialista coordinador de animales Boone Narr que, junto a sus ayudantes, trabajó durante cuatro meses para entrenar a los cerca de 15 ratones reales (solo en una escena se usó un animatrónico) que dan vida al entrañable Señor Jingles y que también se convierte en un elemento importante de la trama con personalidad propia.

Por supuesto, si menciono a tan buenos profesionales que se quedan tras la cámara, no puedo dejar de mencionar al compositor Thomas Newman, encargado de la muy acertada banda sonora original de este film y que nos trae temas que van desde lo simpático con el tema Mouse on the Mile hasta lo dramático y sobrecogedor con composiciones tales como Foolishment o Condemned Man, y otras pensadas para anunciar peligro como en Scared of the Dark.

Con semejante equipo técnico y reparto, el resultado no podía ser menos que un éxito. Con un presupuesto de 60 millones de dólares, esta producción consiguió recaudar la nada desdeñable cifra de 286 millones además de quedarse grabada en la memoria de tantos que la han visto.

Conclusionando: Ahora podría enrollarme cual persiana y seguir explicándote las dos secuencias grabadas que no se incluyeron en el montaje final, como cuando Paul está con su esposa Jan (Bonnie Hunt) en la iglesia o esta otra en que el protagonista se arrodilla para rezar mientras sus compañeros Howell, Stanton y Terwilliger se quitan la gorra en señal de respeto. O incluso rizar el rizo con un detalle como que la “salpicadura de chocolate” se rodó con una manguera situada fuera del encuadre o como la narración y ambientación logran transmitir a la perfección la miseria y los prejuicios tan presentes de aquellos tiempos convulsos posteriores a la Gran Depresión originada por el crack de la bolsa en 1929, tanto o más de lo que se siguen dando actualmente por desgracia. Pero en lugar de eso, solo puedo añadir que si aún no la has visto, no puedes perdértela.

Es dramática como no te imaginas, sí. Pero que esto no te lleve a emitir un juicio prematuro, pues también te digo que dentro de su fuerte emotividad y hasta ocasional espiritualidad, esta es una película que sacude al espectador una y otra vez sin piedad alguna, llegando a mostrar escenas que pueden resultar difíciles de ver y que van desde lo angustioso y salvaje hasta lo desgarrador para ofrecerte una historia cruel y desoladora que también se permite un toque de esperanza. Todo con tal de mostrar una historia impresionante y convertirse en un pedazo de peliculón que te hará dar vueltas a la cabeza durante mucho tiempo. Vamos, de esas que deben ser vistas por lo menos una vez en al vida… a ser posible con una caja de pañuelos cerca.

Brillante y brutal a partes iguales.

Y hasta aquí llega el post.

Pero, ¿qué me cuentas tú al respecto del viaje que acabamos de realizar? ¿Has visto esta película? ¿qué te pareció? ¿Está en tu montón de “Pendientes”? Para todo aquello que quieras compartir, ya sabes que la Caja de comentarios está a tu entera disposición y que me encanta leerte.

Como Recomendación Especial, sepas que del próximo 20 al 25 de febrero podrás disfrutar del Japanese Film Festival World Tour 2024 que llega a la Cineteca de Madrid (Plaza de Legazpi, 8) y al Cinemes Girona (C/Girona, 175), pudiendo comprar entradas para ambas ciudades en el siguiente link. 

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De nuevo, quiero recordarte que tú eres la otra mitad de este blog, y sin ti no existiría Tallopis-escribe. ¡GRACIAS POR ESTAR AL OTRO LADO DE LA PANTALLA!

También quiero mandar un AGRADECIMIENTO ESPECIAL a todas las buenas gentes lectoras de bien que colaboran con el blog a través de la CAFETERÍA DE TALLOPIS-ESCRIBE, comprando mi libro de relatos cortos de ciencia-ficción <<Los Otros Tú>> o mi nueva novela <<Wae’hazu: El libro de Niel>>. ¡¡Mil gracias por vuestro apoyo y ayuda en lograr que esta bitácora salga adelante!! Todo lo aportado servirá para sufragar los costes del blog, invertir en mejoras, novedades, y nuevos proyectos en los que estoy trabajando. 

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  Ánimo, salud, éxito y un abrazo bien grande.