Cine Retro: Alien – El octavo pasajero (1979)

  ¡Saludos, oh buenas gentes que vivís en el universo situado al otro lado de la pantalla!

  ¿Qué tal te va todo? Me alegro de poder escribirte nuevamente. Pero no te quedes ahí. Pasa, pasa, ponte cómodo y sírvete una agradable bebida que te acompañe en la lectura. Sin embargo, antes de empezar creo que es necesaria una advertencia sobre el contenido de este post, pues vamos a vernos las caras con un ser de lo más aterrador y con muy mala uva, pero al mismo tiempo es tan icónico que ha logrado traspasar los límites de su medio de origen para formar parte de la cultura popular de finales de los setenta y principios de los ochenta. Tal es su fama que es de sobra conocido por todos, e incluso a día de hoy sigue dando mucho de lo que hablar. Me estoy refiriendo al xenomorfo, la criatura alienígena que sirve de antagonista habitual en la franquicia cinematográfica de Alien. Y claro, para poderte escribir en condiciones acerca de la primera película en que aparece este bicho, así como del universo que le rodea, ha sido necesario tocar temas un tanto escabrosos e incluir alguna imagen de contenido violento explícito en el siguiente texto, por lo que este no está recomendado a menores ni a personas sensibles ante el género de terror. Además, ten en cuenta que habrá algunos spoilers. De este modo, queda bajo tu criterio el seguir adelante. ¡Quien avisa no es traidor!

  Dados los saludos que exige la buena educación, y los avisos que manda el sentido común (que luego yo no me hago responsable de tus pesadillas si decides ver la película), solo me queda daros la bienvenida.

  Sin más dilación, recibe un fuerte abrazo, asegúrate de que tu lanzallamas tiene combustible suficiente por si las cosas se ponen especialmente feas y vamos al lío, que hoy hay mucha tela que cortar.

T.A.Llopis

Personal de abordo, un gato y un polizonte

Para adentrarnos en esta historia, debemos desplazarnos hasta el año 2122 de un universo alternativo en que la Tierra ha perfeccionado la explotación minera en otros planetas para conseguir recursos. Mas concretamente, viajamos hasta la nave espacial terrestre U.S.C.S.S. Nostromo (número de registro 180924609 ), propiedad de la corporación Weyland-Yutani y que está de regreso a la Tierra con un cargamento que asciende hasta los 20 millones de toneladas en mineral.

  Sin embargo, el ordenador de a bordo conocido como Madre,  decide variar el rumbo de la nave y despertar a la tripulación de abordo de su hipersueño 10 meses antes de lo previsto. ¿La razón? Que Madre ha detectado una señal acústica proveniente del lejano planeta LV-426. Pese a que tanto la función de la nave como de la tripulación se limita al transporte comercial de mercancias, nuestros protagonistas se ven obligados por contrato a investigar todo posible rastro de vida inteligente y deben tomar tierra en el desconocido planeta a regañadientes para descubrir el origen de dicha señal.

  Permíteme que te presente a los siete miembros de la tripulación (sin contar el gato Jonesy) que se encuentran a bordo de la Nostromo.

 -Gilbert. W. Kane: Oficial ejecutivo y copiloto (interpretado por John Hurt).

–Joan. M. Lambert: Navegante (Verónica Cartwright).

–Arthur. J. Dallas: Capitán y oficial en jefe (Tom Skerritt).

–Dennis. T. Parker: Ingeniero jefe (a quien da vida el actor Yaphet Kotto y que anteriormente interpretó el rol del villano Kananga en la película de James Bond <<Vive y deja morir>> de 1973).

–Ellen Ripley: Suboficial y piloto (interpretada por una jovencísima Sigourney Weaver que hasta entonces solo había trabajado en teatro y aparecido como extra en la cinta Annie Hall de 1977).

–Samuel. E. Brett: Ingeniero técnico (Harry Dean Stanton).

–Ash: Oficial científico y médico (Ian Holm).

  Tras tomar tierra en LV-426, un equipo formado por Lambert, Kane y Dallas se desplaza a pie hasta el lugar desde el cual se emite la señal acústica recibida. Una vez ahí, descubren asombrados los restos de una nave espacial de origen extraterrestre que contiene el cadáver de un ser alinenígena con el pecho destrozado y toda la pinta de llevar mucho tiempo ahí. A medida que siguen investigando el lugar, Kane desciende por la nave hasta que encuentra un área llena cubierta por una extraña niebla y repleta de huevos pertenecientes a una especie desconocida. Fascinado por el hallazgo, el copiloto se acerca a uno de dichos huevos para investigarlo más de cerca, cuando de repente se abre liberando a una terrorífica criatura arácnida que rompe su casco y se adhiere fuertemente a su cabeza dejándolo en coma.

  Con tal de salvarle la vida, la mayoría de sus compañeros decide saltarse las normas de cuarentena y llevar a Kane hasta la enfermería de la Nostromo para tratar de quitarle este ser parasitario, solo para descubrir horrorizados que la extraña criatura tiene un potente ácido en lugar de sangre y que es prácticamente imposible extirparlo sin hacer daño a Kane.

  A partir de este punto, los miembros de la tripulación descubren que este parásito (llamado face hugger o abrazacaras) es solo una fase intermedia en el ciclo biológico de una criatura aterradora que trata de cazar a todos los miembros de la nave uno por uno.

  Asediados por este ser depredador, inteligente y mortífero, los miembros de la tripulación harán lo posible por salvar sus vidas al enfrentarse al alien, ignorando que uno de ellos tiene intereses ocultos en dicha criatura.

  Y hasta aquí puedo escribir. Si nunca has visto esta película y quieres saber como acaba todo este follón ya sabes lo que te toca: ver esta Alien de 1979 para comprobarlo por tu cuenta, pues yo no te lo pienso contar. ¿Te atreves?

Weyland-Yutani: Recursos Humanos

¿Pero de dónde sale este clásico del terror y ciencia-ficción con toques de thriller?

 Para responder a esta pregunta debemos remontarnos hasta el año 1974, fecha en que se estrenó la película de serie -B- Dark Star. En esta producción participó el señor Dan O’Bannon interpretando a uno de los personajes principales (Pingback), además de realizar el montaje de la misma y escribir el guión junto a nada más y nada menos que John Carpenter, el maestro del terror que más adelante nos traería películas como el remake de The Thing en 1982, Halloween en 1978 o They Live de 1988 por citar unas pocas, y que en esta Black Star también fue director y compositor musical.

Si tu intención es hacerte unas risas viendo una película de bajo presupuesto, Dark Star es el título que buscas (está entera en You Tube al momento de escribir estás líneas y con doblaje español), pero al parecer, a Dan O’Bannon no le terminó de agradar eso de filosofar con bombas y dar escobazos a una pelota de playa-mascota extraterrestre en esta primera película de Carpenter (quien hasta la fecha solo había realizado cortometrajes). Por lo que O’Bannon se puso manos a la obra con un nuevo proyecto y toda la intención de crear una película de corte más serio, con un monstruo que representara una amenaza más real para dejar atrás la comedia de bajos recursos. Este trabajo recibió el nombre de Memory y trataba sobe una tripulación espacial que sufre una avería en su nave tras aterrizar en un planeta desconocido desde el que reciben un mensaje de socorro. Sin embargo, O’Bannon tuvo que aplazar la escritura de este primer borrador para ponerse a trabajar en una adaptación de la novela Dune del autor Frank Herbert y que iba a ser dirigida por Alejandro Jodorowsky.

Pero al cabo de seis meses, esta producción fue cancelada y entonces… llámalo destino, llámalo suerte… un libro ilustrado cayó en manos de O’Bannon y este quedó fascinado con el trabajo del autor responsable del mismo, que resultó ser el artista de origen suizo Hans Rudolf Giger, más conocido como H.R.Giger. Este libro, conocido como Necronomicon (el de H.P.Lovecraft no, este es otro) contenía un material gráfico que entusiasmó a O’Bannon, especialmente las ilustraciones Necronom II, IV, y V, por lo que decidió reescribir el guión de Memory basándose en estos diseños para crear a la criatura que sirviera de antagonista y este nuevo guión fue llamado Beast Star. Para terminarlo, pidió ayuda a su amigo Ronald Schusett y se inspiraron en películas clásicas de ciencia ficción como Forbidden Planet de 1956, Invasion of the body snatchers (1956) o Creature from the Black Lagoon del 1954. Al finalizar el borrador, este ya incluía a casi todos los personajes de la película que hoy conocemos, solo que con otros apellidos  y sin especificar si eran hombres o mujeres para poder cambiarlo a su conveniencia, además de contar con una conclusión mucho más oscura en la que no se salvaba ni el apuntador.

Sin embargo, Schusett y O’Bannon se enfrentaban a un problema. Y es que no tenían ni idea de como hacer que el villano alienígena se colara en la nave de los protagonistas, hasta que se les ocurrió inspirarse en ciertos tipos de insectos que nacen de huevos pero cuyas larvas se desarrollan en el interior de otros seres vivos hasta dañar o matar al huésped. De este modo surgió la idea para el método de reproducción de los xenomorfos y su forma de entrar en la nave <<infectando>> a uno de los personajes, además de crear una sensación de terror e incomodidad a la audiencia al dar a entender que cualquiera podría ser víctima de un estrujacaras/alien, y de paso romper el estereotipo de víctima femenina que se ve en la mayoría de películas de terror.

Finalmente, y tras una nueva reescritura, Schusett sugirió que el guion se llamara Alien en referencia a la cantidad de veces que aparecía esta palabra en el texto.

¡Y ya estaba casi listo el guión de la película destinada a convertirse en todo un éxito de taquilla además de ser todo un referente del cine terror y la ciencia-ficción! Vamos, que venderlo a alguna productora sería pan comido, ¿verdad? Es decir, que cualquiera que lo leyera podría oler que se trataba de todo un pelotazo en ciernes. Y es que además, para dar a conocer su proyecto, Schusett y O’Bannon presentaban su idea diciendo que <<es como la película Tiburón pero en el espacio>>. ¿Cómo no se los iban a rifar las productoras?

Pues la verdad es que no fue la cosa tan fácil. Es verdad que estuvieron a punto de llegar a un acuerdo con Concorde-New Horizon Films (la productora del director de cine Roger Corman al que le debemos producciones como La máscara de la muerte roja de 1964 o La carrera de la muerte del año 2000 de 1975), pero la cosa no llegó a nada. Entonces, un amigo común de O’Bannon y Shusett presentó el guion a los productores David Giller y Walter Hill, quienes trabajaban en una filial de 20th Century Fox y no solo se interesaron por el guion de Alien, sino que además propusieron una serie de cambios e incluso introdujeron al personaje de Ash, estableciendo su papel en la película tal y como quedo en el producto final. Sin embargo, y a pesar de los retoques del guion propuestos por Hill y Giller, en la Fox no es que tuvieran mucha fe en una película de ciencia-ficción que digamos, por lo que el tiempo pasó mientras Alien acumulaba polvo en un cajón. O al menos así fue hasta que en 1977 se estrenó Star Wars, convirtiéndose en todo un éxito de taquilla y desatando una auténtica espaciomania. A la luz de estos hechos, los productores de la Fox, muy vivos ellos, decidieron subirse al carro aprovechando las aventuras de Luke Skywalker y compañía para sacar una película cuya trama tuviera lugar en el espacio sea como sea. ¡Y fíjate tú que casualidad!, el único guión de estas características que tenían a mano resultó ser el de Alien, al cual se dieron buena prisa en aprobar y asignar un presupuesto inicial de 4’2 millones de dólares, que a finales de los 70 era una pasta larga.

  El siguiente paso fue encontrar al director para la película, lo cual supuso un chasco para O’Bannon, pues se las veía muy felices al dar por supuesto que esta responsabilidad recaería sobre él, pero de eso nada de nada. Los productores de la Fox trataron de tentar al productor Walter Hill (que anteriormente ya había dirigido El caso de Thomas Crown y posteriormente nos trajo trabajos como The Warriors o Límite 48 horas), pero este rechazó el ofrecimiento alegando que no se sentía cómodo trabajando en una historia de ciencia-ficción, por lo que al final se asignó la dirección de la película a un joven e inexperto Ridley Scott, que hasta aquel momento solo había rodado anuncios publicitarios y la película The Duellists de 1977. Pero ojo cuidado, pues tampoco se puede decir que Scott estuviera loco de alegría que digamos, ya que tampoco simpatizaba con el género de terror y no pocas veces ha declarado que considera que Alien es un thriller de ciencia-ficción.

  Sin embargo, Scott aceptó el reto y se reunió con Dan O’Bannon, quien le presentó el guion que había escrito junto a Shusett haciendo especial énfasis en los diseños de H.R.Giger para la criatura, y ahí ya la cosa cambió y el director empezó a ver el proyecto con otros ojos. Tanto es así, que realizó un storyboard (ya sabéis, el resumen secuencial de una película a través de viñetas o dibujos) tan impresionante, que los productores de la Fox duplicaron el presupuesto de la película quedándose en 8’4 millones de dólares. Que si bien no llegaban a los 13 que pedía Scott, no está nada mal.

  Bueno pues. Tenemos guion, un presupuesto más que respetable y un director. El siguiente paso fue llevar a cabo el casting para los actores y actrices que interpretaran a la tripulación de la Nostromo. De nuevo, la cosa no fue nada fácil, pues el director Ridley Scott quería hacer una película que se alejara de los tópicos idealistas sobre el futuro que aparecen en otras producciones, por lo que quiso que los protagonistas fueran interpretados por actores con poca experiencia en general, que inspiraran cercanía al espectador, que fueran de mediana edad y quedaran creíbles con trabajos corrientes. Al fin y al cabo, por muy futurista que pretendiera ser Alien, la Nostromo no deja de ser una nave comercial y sus tripulantes unos simples transportistas. En el espacio, que mola más, si, pero transportistas. Por si fuera poco, Scott también pretendía recrear una atmósfera lo más incómoda posible entre los miembros del reparto para que sus personajes transmitieran una mayor sensación de nerviosismo al espectador, alimentando la tensión de los actores delante y detrás de las cámaras. Para ello tomó una serie de curiosas decisiones, como decantarse por actores que no se sintieran a gusto con el género de la película de antemano (como era el caso de Harry Dean Stanton que interpreta a Brett) o pedir que fueran antipáticos los unos con los otros. Un buen ejemplo de esto último ocurrió con Yaphet Kotto (Parker) el cual no solo tenía serias dudas sobre si debía aceptar el papel, sino que Ridley Scott le pidió que fuera desagradable adrede con Sigourney Weaver incluso fuera de las cámaras, improvisara sus líneas de diálogo con ella, la interrumpiera constantemente durante la grabación, o que fuera distante con la actriz. Años después, Kotto aseguraría en varias entrevistas que esto le fue terriblemente difícil ya que Weaver era amable y cortés con todos. Sin embargo, Scott no se detuvo ahí, ya que en una escena eliminada que si aparece en varias ediciones especiales de la película, se puede ver a Lambert (Verónica Cartwright) sacudiendo a Ripley. Para dicha escena Scott pidió a Cartwright que le diera un golpe de verdad a Weaver para dar más veracidad a la escena, lo que no hizo mucha gracia a Weaver, que además de ser la última en ser elegida era la que tenía menos experiencia.

  Pero esto no es todo, ya que con otros miembros del elenco también hubo varios problemas. Para empezar, Tom Skerritt estuvo a punto de abandonar el proyecto al dar por supuesto que esta sería una producción de bajo presupuesto y no se decidió en aceptar el papel del capitán Dallas hasta saber que la película contaba con un importante apoyo económico, o el caso de la actriz Veronica Cartwright, que en un principio fue seleccionada para el papel de Ripley, la heroína de la película, pero en el momento de hacer las pruebas de vestuario le dijeron que en realidad interpretaría a Lambert, personaje que la actriz detestaba por considerar que se pasaba todo el rato gimoteando. La cosa llegó a tal extremo que Scott tuvo que convencerla diciéndole que su papel representaba la reacción del público ante la amenaza a la que se enfrentan los protagonistas. Por último, faltó muy poco para que John Hurt tampoco participara en el rodaje, pues se encontraba trabajando en otra película y fue inicialmente sustituido Jon Filch, que cayó gravemente enfermo y no pudo continuar. Al final, después de que a última hora se cancelara la película en la que iba a trabajar John Hurt, y tras una reunión a puerta cerrada con O’Bannon y Scott, terminó aceptando el rol de Kane en Alien.

  Para rematar la faena del todo, también hubo dificultades con la banda sonora. El compositor elegido por la productora no fue otro que el talentoso Jerry Goldsmith (poca broma con este buen señor, pues puso música a películas como La Profecía, Poltergeist, Rambo o Papillon), pero Ridley Scott mantenía fuertes diferencias creativas con él y prefería al japonés Isao Tomita. Finalmente se concedió la composición de la banda sonora de la película a Goldsmith, aunque Scott se reservó el derecho de sustituir el tema de los créditos finales creado por Goldsmith por la sinfonía número 2 de Howard Hanson sin previo aviso. Esto sumado a que Ridley Scott insistía en que el sonido ambiental de la nave debía destacar por encima de la música, y que Goldsmith tuvo que rehacer su trabajo casi por completo para complacer al director, no es que estuviera precisamente contento.

  Vamos, que entre una cosa y la otra, el director se salió con la suya al querer mantener un ambiente de tensión durante el rodaje.

  Sabiendo todo esto, es sorprendente que la producción saliera adelante.

Fabricar pesadillas no es tan fácil como parece

   Como te comentaba antes, ni la nave Nostromo (llamada así por la novela homónima de Joseph Conrad) ni su tripulación están preparadas para la lucha. No son soldados que han pasado mil horas mazándose en el gimnasio y entrenando juntos. Solo son compañeros de trabajo con grandes diferencias de carácter, personas corrientes que se preocupan por cosas tan habituales como el salario que van a percibir o si tal o cual faena está está en sus contratos laborales, que encima deben pasar mucho tiempo fuera de casa sin más compañía que ellos mismos y que hacen lo que buenamente pueden para sobrevivir al ataque del alienígena con los medios que tienen a su alcance, como lanzallamas caseros y detectores de movimiento improvisados.

  Y como es de suponer, los sets de rodaje que representan el interior de la nave comercial debían fomentar esta idea, por lo que fueron creados con la intención de dar a entender que ahí se hacía vida habitual pero que también es un lugar de trabajo, siendo esta la razón de que veamos tanto zonas comunes (cómo el comedor que también sirve de sala para reuniones) como otras muy técnicas con un estilo industrial, siendo estas últimas construidas con partes de aviones desguazados, fuselajes viejos, y hasta piezas de chatarra.

Para ello, construyeron los interiores de la Nostromo en los estudios Sheperton (cerca de Londres), conectando las diversas salas de la nave entre sí y poniendo varios espejos al final de algunos corredores para que estos parecieran más largos de lo que eran en realidad y dar la sensación de que es una nave con grandes pasillos. De hecho, es tanto el esmero que se puso en la creación de los decorados que los supervisores de efectos especiales Nick Alder y Brian Johnson crearon varios de los elementos que vemos en la película para que funcionaran realmente, como por ejemplo el transportín del gato Jonesy, las partes móviles en las unidades de hipersueño, el movimiento de los asientos, las pantallas de ordenador, las puertas y mucho más. ¡Menuda currada! Es tal la atención al detalle que se ha puesto en la dirección de arte y escenografía de esta película, que la empresa Weyland-Yutani para la que trabajan los protagonistas no es nombrada en ningún momento por los protagonistas pero si puede verse su nombre y logo en latas de cerveza, pechera de los uniformes, y en algunas pantallas. ¡Hasta crearon todo un juego de señales rectangulares que se muestran en las paredes y puertas de la Nostromo!

  Pero para trabajo bárbaro el que tuvieron los ilustradores Chris Foss y Ron Cobb al diseñar la nave Nostromo y los demás sets de la película, pues como no sabían que aspecto debían tener

estos, llegaron a crear cientos de bocetos con posibles diseños. Que por cierto, Chris Foss también realizó el primer diseño del Alien antes de que Giger se ocupara de ello.

  Y hablando de H.R.Giger, este señor no solo diseñó al temible xenomorfo que persigue a los protagonistas, sino que también dibujó el interior y exterior de la nave alienígena (que acabó sustituyendo a la pirámide que aparecía en los primeros borradores del guion), los huevos de alien, el face hugger o abrazacaras y el cadáver del extraterrestre también conocido como space jockey, además de participar activamente en la construcción de todo ello, con elementos muy orgánicos, muy en el estilo de este artista sueco y en contraposición al diseño más humano que muestra la Nostromo.

—-ENTRANDO EN LA DIMENSIÓN SPOILER—-

  Lo cual me lleva a una de las partes del post que más ganas tenía de escribirte: los efectos especiales. ¿Y qué mejor que entrar en este tema que rompiendo un mito que se ha repetido incontables veces sobre esta película? Me estoy refiriendo a la famosa escena de la muerte de Kane cuando la cría de xenomorfo sale de su pecho. Según la leyenda que gira entorno a Alien, solo el actor John Hurt (Kane) sabía lo que iba a pasar durante esta secuencia, siendo una sorpresa para todos los demás miembros del reparto con tal de lograr reacciones de terror más auténticas en los actores. Lo cierto es que esta es una verdad a medias, pues la muerte de Kane aparece en el guion y la escena necesitó más de una toma. Aparte de que todos los preparativos para llevarla a cabo eran evidentes para todos los miembros del equipo y del elenco que estaban allí presentes, incluyendo los cinco operadores de cámara que grabaron este momento desde distintos ángulos.

Para rodar dicha escena se construyó una mesa con doble fondo para que el actor John Hurt asomara su cabeza por encima de un falso torso y el marionetista que controlaba la cría de xenomorfo (un títere con forma de guante) pudiera hacer su trabajo. Lo qué no sabían los actores y actrices, y que sí les pilló por sorpresa, es que el torso postizo estaba relleno con vísceras de animales que le daba un mayor realismo a la escena, y que serían salpicados con sangre falsa mediante una bomba de presión, la mayoría de la cual cayó sobre la actriz Verónica Cartwright. Eso sí, no puede negarse que John Hurt tiene sentido del humor, pues colaboró de buena gana en la película Spaceballs, también conocida como La loca historia de las galaxias, La guerra de los esféricos o S.O.S: Hay un loco suelto en el espacio según desde dónde me estés leyendo, realizando una parodia de sí mismo y esta escena en particular.

Algunos trucos parecidos se utilizaron en las escenas en que se descubre que Ash (interpretado por Ian Holm) es un androide. Para lo cual se crearon dos torsos falsos: uno para cuando la cabeza del robot se queda colgando, y otro para cuando el personaje es interrogado. Para este segundo, en donde se ve el fuselaje interno de dicho personaje, se utilizaron peras y tubos de plástico rociados con leche, lo cual no fue muy del agrado de Holm debido a que no le gusta nada la leche.

Pero ojo, porque no acaban aquí los ingeniosos efectos especiales a la antigua usanza que se usaron durante el rodaje, pues la parte carnosa del face hugger (cuando es examinado por Ash) fue construida con tripas de pescado y varios tipos de moluscos, del mismo modo que el interior del huevo de alien estaba compuesto por casquería diversa, y que el movimiento que se aprecia desde el exterior es recreado por un operario técnico con guantes a través de una trampilla inferior fuera del encuadre.

Como curiosidad añadida, antes de salir de la Dimensión Spoiler, en una de las escenas eliminadas se descubre que el destino de algunos tripulantes es peor de lo que imaginábamos. Pero se eliminó porque cortaba el ritmo de la cinta, aunque dicha escena se puede ver el el director’s cut de la película.

—-SALIENDO DE LA DIMENSIÓN SPOILER—-

Todo esto está muy bien, pero llegó el momento de hablar de lo que supongo muchos de vosotros estáis esperando. Sabemos que H.R.Giger diseñó al xenomorfo en base a algunos de sus trabajos previos, pero ¿Cómo se dio vida al alien que da nombre a la película?

Pues no fue moco de pavo, la verdad. H.R.Giger creó un traje a medida de Bolaji Badejo, un diseñador gráfico de origen nigeriano que, con sus 2’18m de altura y su complexión delgada, era perfecto para vestir dicho traje. Además, para hacer que la criatura tuviera una aura más tétrica, Badejo tomó clases de tai-chi para moverse lentamente con fluidez al llevar el traje puesto. Sin embargo, este no fue el único que se fabricó, pues se crearon dos más a la medida de los dobles de riesgo para las escenas en que la criatura se muestra colgando o descendiendo del techo.

También es digna de mención la labor a la hora de crear los trajes espaciales que visten los protagonistas y que fueron creados por John Mollo (quien anteriormente había sido el diseñador de vestuario para Star Wars). Para los que tomó inspiración de varias viñetas del historietista Jean Giraud <<Moebius>>. Sin embargo, varios miembros del reparto se mareaban con ellos puestos debido a las altas temperaturas que se generaban en el interior del estudio de grabación y a que dichos trajes apenas tenían ventilación.

Pero el verdadero desafío supuso diseñar las partes móviles en la cabeza del alien, como la mandíbula, los labios enseñando los dientes o la pequeña boca que tiene en el interior. Aquí es donde Carlos Rimbaldi (que posteriormente trabajó en el diseño de E.T. El extraterrestre) hace su magia al crear piezas que funcionaban por control remoto. Sin embargo, dichos mecanismos necesitaban una lubricación constante para funcionar adecuadamente, que de paso sirvió para crear el efecto del alien babeando.

Pese a todas las dificultades, está claro que el resultado valió la pena, tal y como demuestra el merecido premio Óscar a la Mejor dirección de arte y Mejores efectos visuales que fue concedido a la película.

Informe final

  Tras un desafiante rodaje de catorce semanas y un montaje en postptroducción que solo llevó otras 20, pues Fox metía prisa al equipo técnico debido a que tenían unas ganas de estrenar la película que se volvían micos, Alien se estrenó en los cines de Estados Unidos en mayo de 1979.

¿El resultado? Una enorme reacción del público en la época gracias al terror minimalista (la criatura apenas sale unos pocos minutos en pantalla) pero efectivo de la cinta, el modo en que juega con lo desconocido y su ritmo lento, pero en constante crecimiento, que dota a los últimos momentos de la cinta con una tensión de auténtico infarto. Lo que se tradujo en una recaudación superior a los 180 millones de dólares en todo el mundo, convirtiendo a Ellen Ripley en una de las grandes heroínas de acción en el cine y catapultando la cinta a lo más alto. Y no es para menos, pues al margen de que te guste más o menos (lo cual es muy respetable), no cabe duda alguna de que Alien se convirtió en una película que crearía escuela dentro de los géneros de terror, thriller y ciencia-ficción además de crear verdaderas legiones de fans por méritos propios.

Es más. Fue tanto su innegable impacto entre el público y posterior presencia en la cultura popular, que en 2002 fue seleccionada para su preservación en el Registro Nacional de Cine de EEUU. No es algo que pueda decir cualquiera, la verdad.

Puedo asegurarte que he disfrutado un montón al revisionar esta película para escribirte este post, y es que pese a sus casi 45 que tiene Alien al momento de escribir estas líneas, sus efectos especiales han envejecido pero que muy bien. ¿Qué es fácil y hasta tentador hacer el chiste fácil sobre una nave espacial que parece funcionar con MS-Dos?, no te digo que no, pero sigue conservando todas las cualidades que la hacen una producción imprescindible en la que se han cuidado hasta los más mínimos detalles,  ganándose el cariño del público tal y como se puede observar a través de la ingente cantidad de merchandising que rodea a esta película, incluyendo videojuegos a porrillo, figuras, pósters, camisetas, muñecos de acción, juegos de mesa oficiales, la extensión del universo de Alien a través de cómics y la unión con el lore de Depredador… vamos, ¡la tira! No es de extrañar que a partir de esta primera película se crearan tres secuelas y dos precuelas bastante recientes.

Y es que los xenomorfos siguen en plena forma.

Personalmente, queda más que recomendada a todos los que disfruten del terror, y del cine bien hecho en general.

Pero, ¿Qué me cuentas tú al respecto? ¿has visto esta película? ¿qué te pareció? Ya sabes que la caja de comentarios está a tu entera disposición y que me encanta leer vuestras historias.

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