Ah, los videojuegos.
Gracias a este respetable meta-arte, muchos de nosotros hemos pasado incontables horas felices, solos o en compañía, viajando a través de increíbles mundos en los que vivir grandes aventuras.
Como ya he comentado contigo en otras ocasiones, una de las principales virtudes que dispone este maravilloso hobby es su extensa variedad en todos los sentidos, ya sea en su género, temática, estilo, e incluso su dificultad. De modo que si nos centramos en este último apartado podemos encontrar títulos que nos permiten elegir entre varios niveles posibles que modifican el grado de peligro que con que cuentan los enemigos que afrontamos en la pantalla o el grado de complicación que mostrarán los obstáculos a superar. De este modo, uno puede seleccionar un grado de dificultad más sencillo para disfrutar de la aventura sin complicaciones y avanzar a un grado superior en cuanto estemos más preparados si lo que deseamos es ponernos a prueba con un reto mayor.
Por otro lado, tampoco faltan los juegos que tienen una dificultad establecida e inmutable, pudiendo encontrar títulos más bien facilitos y otros que atraen con fuerza a quienes desean medir su destreza con un juego que suponga todo un reto.
Sea cual sea la opción con que nos encontremos, este amplio abanico a elegir me parece simplemente maravilloso, pues así cada jugador puede elegir la experiencia que más se adapta a sus circunstancias, como la cantidad de tiempo que podemos invertir en dicho juego (que cada cual y cada cuala tiene sus obligaciones), la paciencia, nivel de destreza, o lo que le apetezca en cada momento, pues hasta los más veteranos disfrutan de vez en cuando con un título que simplemente les sumerja en la historia. En definitiva, que cada uno puede decantarse por lo que mejor se adapte a sus preferencias del momento y eso me parece algo grandioso, pues así nos encontramos con que todos podamos disfrutar alegremente de un buen videojuego.
Dicho de otro modo. Sea porque queramos disfrutar de una historia sin complicaciones, encontrarnos con un desafío moderado que sea difícil sin ser desesperante, o si bien tenemos ganas de afrontar un reto complicado de verdad, de esos en que cuando por fin lo superamos nos sentimos en la misma gloria, hay un título para cada uno.
Y eso las empresas desarrolladoras bien lo saben. Pues sabiendo los distintos tipos de jugadores que existen, y que a más de uno le gusta vivir peligrosamente, a veces aparecen los clásicos títulos que destacan principalmente por ser especialmente difíciles y presentar un desafío considerable para todos aquellos que se atrevan a cruzar el portal dimensional que les lleva a estos mundos. A modo de ejemplo, podría tirar del recurso fácil de mencionar la saga Souls, pero lo cierto es que algunos personajes y franquicias del mundo del videojuego son especialmente famosos precisamente por ser realmente difíciles de superar. Ahora mismo, y de memoria, me viene a la mente mi querida franquicia de Ghouls’n Ghosts, los videojuegos en que Robocop es el protagonista, el reciente juego indie Celeste, y ciertos shooters cuyos niveles de dificultad más elevados son solo aptos para verdaderos titanes.
Vamos, que si tocamos el tema de los juegos difíciles hay mucha tela que cortar y mucho de lo que podría escribirte al respecto. Pero para el siguiente post, me gustaría hablarte de un título en concreto, el cual conocí cuando contaba solo con 9 añitos de edad y lo pasaba en grande con mi flamante Spectrum +128k (experiencia de la que ya tuve el placer de escribirte en un post anterior). Ahora bien, si tenemos en cuenta que los juegos para este formato ya tenían fama de difíciles, imagina lo que supuso para mi de niño el encontrarme cara a cara con un juego que se presentaba a sí mismo como especialmente complicado de jugar y del que muy pocos pueden decir que han llegado a terminarse. De echo, es un título de tal complejidad, que solo el pasarse el primer nivel al jugarlo en videoconsola y con la comodidad de un mando, ya costaba horrores. Así que trata de ponerte en la piel de un niño que decide plantar cara a semejante prueba videojueguíl armado solamente con el teclado de un microordenador. ¡¡La hecatombe mayúscula y suprema, oye!!
Obviamente me estoy refiriendo al videojuego Bart Simpsons Vs The Space Mutants, título que si bien tuvo un número de ventas más que elogiable en sus versiones para Spectrum, Atari ST, Commodore Amiga y 64, NES, Master System, PC DOS, Mega Drive, Master System, y Amstrad CPC, también pasó a la historia por ser endiabladamente difícil y muy pocos son aquellos que pueden sacar pecho y decir “Si, yo me lo he pasado”. Y aunque este no fue mi caso, espero poder sacarme una espinita que tengo clavada con este juego desde hace mucho tiempo gracias a este post y el compartir la experiencia contigo. Porque si bien ya te he traído otros juegos protagonizados por la familia más conocida de Springfield en otras ocasiones, como el Bart Simpson’s scape from Camp Deadly y el The Simpsons Arcade (y no descarto el traerte alguna vez el Bart’s Nightmare), te aconsejo que te abroches bien lo que consideres necesario abrocharte antes de entrar por tu propia voluntad a través del portal dimensional que te he preparado especialmente para este post, porque te invito a que me acompañes en un viaje en el que nos enfrentaremos a unos bichejos de armas tomar.
Sin más dilación, te animo a que te pongas cómodo y te sirvas una reconfortante bebida a tu elección porque esto empieza ya mismo.
Espero que te guste *^_^*.
Ya están aquí…
A día de hoy, es muy discutida la decadencia de los Simpsons en las redes sociales, pero por otro lado, considero que si conservar una serie en antena durante 33 temporadas y más de 720 episodios (al momento de escribir estas líneas) ya es difícil, hacer que siga en el candelero y con la misma calidad durante más de tres décadas ya tiene que ser prácticamente imposible. Y oye, que si una cosa tiene muy clara el negocio del espectáculo es que cuando algo funciona, sigue adelante caiga quien caiga, y sino se va a la cochina calle. Por lo que no me parece arriesgado decir que si esta serie se sigue emitiendo, pues algo tendrá para que siga siendo rentable.
Pero me estoy liando.
Dejando los debates aparte (aunque me encantaría poder hablar contigo alegremente sobre ello en mis redes sociales como Twitter e Instagram si te apetece), lo cierto es que la historia de los Simpsons es cuanto menos curiosa.
De echo, en un principio ni siquiera iban a ser una familia, sino que la idea original era hacer cortos animados sobre los cómics Life in Hell que Matt Groening ya llevaba un tiempo publicando. De este modo, el productor James L.Brooks (al que le debemos películas como Big y Jerry Maguire además de series como Taxi o The Critic) le propuso de llevar su obra a la animación. De entrada puede sonar estupendo el ser dibujante y que te llamen para hacer una serie animada sobre tu trabajo, pero tras pensarlo mejor, Matt Groening no terminaba de verlo claro, pues un proyecto de estas características podría suponer que perdiera los derechos sobre sus propios dibujos, por lo que mientras estaba en la sala de espera de James L.Brooks decidió que en lugar de arriesgarse y usar a sus personajes ya existentes, crearía una familia disfuncional sobre la que seguir haciendo chistes satíricos sobre la vida del ciudadano medio estadounidense. ¿Pero como iba a llamarles? En cualquier momento se abriría la puerta del despacho de James L.Brooks y tendría que presentar el nuevo proyecto y no tenía nada más que una idea, de modo que con las prisas, y sin parar de dibujar, decidió que les llamaría exactamente igual que a su propia familia: el padre Homer, la madre Margaret, una hermana llamada Lisa, y una bebe con el nombre de Maggie. ¿Y el hijo mayor? Bueno… quedaría muy cantón que le pusiera su propio nombre, así que lo bautizó con el improvisado nombre de Bartholomew. ¡Y ya está! Groening entregó a Brooks los bocetos que había terminado hacía apenas unos minutos y al productor le encantó la idea. Tanto, que decidió presentar la nueva serie animada en capítulos cortos que aparecerían en el Show de Tracey Ullman (del que Brooks también era productor)… y a ver como reaccionaría el público. Groening le entregó los bocetos al productor dando por supuesto que los dibujantes y realizadores del show se encargarían de retocarlos, pero no fue así. De este modo, el día 19 de abril de 1987 (que además era domingo), los Simpsons se estrenarían en televisión. Y cual sería la sorpresa de Groening al ver que los dibujantes conservaron el mismo aspecto de la familia Simpson tal cual estaban en los borradores que había hecho deprisa y corriendo antes de reunirse con Brooks.
Aún así, estos breves cortos animados de los Simpsons fueron un pelotazo de los gordos que tuvieron una gran acogida entre el público. Por lo que tras tres temporadas, y viendo que su fama subía como la espuma, se decidió que ya iba siendo hora de que los Simpson tuvieran su propio show al margen del programa de Tracey Ullman. Y así, con un lavado de cara y dibujados de forma un poco menos precipitada, la cadena Fox emitió el primer capítulo de The Simpsons el 17 de diciembre de 1989: un especial de navidad llamado Simpsons Roasting on an open fire.
¿Había nacido una estrella? Pues… ¡todavía no!
Si bien el capítulo tuvo una muy buena acogida, la cosa es que no dejaba de ser un especial navideño de los personajes que aparecían en el programa de Ullman. Y aunque la idea de crear su propia serie estaba sobre la mesa, se produjeron varias diferencias creativas y otras dificultades varias (incluyendo un intento de demanda por parte de Ullman al autoproclamarse el “lanzador” de los Simpsons y que la Fox debía darle una parte de los beneficios) que retrasaron la emisión del que sería, oficialmente, el primer capítulo de los Simpsons, que se emitió por primera vez en mayo de 1990.
Ahora si que sí, había nacido una estrella. Y de las gordas.
De echo, había tanta demanda por parte del público en lo que se refiere a la serie, que en la Fox decidieron emitir el programa al mismo tiempo que en la cadena rival NBC daban La hora de Bill Cosby para hacerle la competencia en lo que audiencias se refiere. ¡Así de fuerte era la confianza que tenían en el proyecto de la que llegó a convertirse en la familia disfuncional más famosa de Estados Unidos. Y ni que decir que desde el mismo comienzo dio mucho de que hablar, creando tal nivel de polémica que hasta el mismísimo presidente George Bush (padre) los puso como un mal ejemplo a seguir por parte de la sociedad norteamericana.
Pero esta… es otra historia.
¿Pero este post va de videojuegos o qué?
Sea como sea, la popularidad de la serie crecía a lo bestia y el merchandasing no se hizo de esperar. Incluyendo el que sería su primer videojuego, y que al fin y al cabo es de lo que va este post: Bart Simpsons Vs The Space Mutants.
El juego apareció en 1991, siendo lanzado por Aklaim Entertainmeny y desarrollado por Absolute, empresa cuya mayoría de trabajadores eran ex-empleados de Activision, famosa por lanzar varios juegos para la Atari 2600 en los ochenta. Entre algunos de los creadores de Absolute se encuentran grandes nombres de Activisión como Gary Kitchen (que llevó a término un gran trabajo con el port de Donkey Kong para la Atari) y David Crane (famoso por ser el desarrollador de Pitfall así como Boy and his Blob). Pero ojo, porque aunque el diseñador de este juego fuera el mismísimo Gary Kitchen, Bart Simpson Vs The Space Mutants fue una colaboración junto a Ocean Software, pues fueron grandes nombres de esta compañía quienes terminaron haciendo la mayor parte del desarrollo del mismo, como por ejemplo Jonathan Dunn (compositor para videojuegos como Mr.Nutz, Push-Over y Jurassic Park 2: Chaos Continues entre otros muchos), Byron Nilsson (que trabajo como programador en Doom, Arch Rivals, y Buster Bros por citar algunos) y, Paul D. Walker (gráficos y arte en títulos como Forgotten Worlds, Predator 2 y Hurricanes).
Pero, ¿de que trata la historia de este videojuego? Pues bien, resulta que unos aterradores mutantes espaciales llegan a nuestro planeta para conquistarlo y convertirlo en su nuevo hogar. Para ello, se camuflan entre la población disfrazados de humanos mientras reúnen los elementos necesarios para construir una super-arma con la que aniquilar la humanidad y quedarse alegremente con nuestro planeta (aunque con un poco de paciencia y al paso que vamos igual les sale mas a cuenta). Pero para su mala suerte, Bart Simpson recién se había comprado una de estas gafas de rayos-x de pega que venden por catálogo, que si bien no hacen lo que se supone que deben hacer, si que son realmente útiles para poder ver quien es humano y quien un pérfido extraterrestre invasor (casi igual que en la muy recomendable película del género ciencia-ficción ¡Están Vivos! de John Carpenter y que te recomiendo de ver).
De modo que Bart descubre el siniestro plan de los mutantes del espacio y se dispone a decirlo a su familia para que hagan algo al respecto. Pero claro, ¿como reaccionaría cualquiera si un niño dijera que hay extraterrestres camuflados entre la población y que están reuniendo piezas con que construir una super-arma para acabar hasta con el Tato? Pues eso, que Bart se ve solo ante el peligro de salvar a su familia, amigos, y demás seres humanos. Por lo que sin dudarlo un solo segundo, se equipa con su fiel monopatín, tirachinas, y sus gafas de “presuntos” rayos X para salvar a Springfield (al fin y al cabo, si la invasión de los mutantes del espacio tiene éxito se cancelaría el Show de Krusty el payaso además de Rasca y Pica… ¡y eso si que no!).
Y aquí es dónde el jugador entra en escena, al tomar el control de Bart Simpson, nuestra misión es recoger o arruinar una serie de objetos para que los extraterrestres no puedan fabricar su malvada maquinaria invasora (cuyo número está contado con el marcador “goals” en cada nivel), al mismo tiempo que reúne pruebas de su existencia para que los demás miembros de la familia Simpson se convenzan de lo que está ocurriendo y se animen a echarle una mano a Bart en el combate al final del nivel. Para ello, y con el uso de sus gafas especiales, Bart puede descubrir quien es un extraterrestre y desenmascararlo solo con saltarle encima, consiguiendo así una prueba de que son reales. Pero ojo, porque si salta encima de una persona inocente, contará como un golpe y estaremos más cerca de perder una de las valiosas vidas con que contamos para llevar a buen término esta complicada misión.
A continuación, permite que te describa los diversos escenarios que deberá recorrer Bart para salvarnos a todos de la aniquilación.
-1er nivel: Las calles de Springfield.
Objetivo: Arruinar todos los objetos de color morado por cualquier modo
Familiar a convencer: Maggie.
Nada más empezar nos damos cuenta de que hay mutantes espaciales repartidos por las calles de Springfield y que están dispuestos a todo (hasta saltar con varios patrones para herir a Bart) con tal de impedir que el joven Simpson les chafe la guitarra. Sin embargo, no contaban con que Bart es un chaval de recursos, por lo que además de usar su monopatín en una carrera contra el propio Jimbo Jones, usar el spray de pintura con que suele hacer varias de sus gamberradas le será de lo más útil para pintarrajear todos los objetos morados que encuentre en su camino. Pero cuando esto no sea posible, deberá hacer más travesuras al arrojar botes de pintura, dar grandes saltos para llegar a sitios altos, usar cabinas telefónicas para llamar al bar de Moe y hacer una de sus clásicas bromas (como preguntar por el señor Pididiot de nombre Stu o Isabell de apellido Ringing), y encontrar varias monedas escondidas que le sirvan para comprar diversos objetos que le serán de gran ayuda, como petardos, fuegos artificiales, silbatos, llaves inglesas de un solo uso, y hasta un imán que no tendrá función alguna hasta el tercer nivel.
Si logramos superar todos los peligros y estropear un mínimo de objetos morados, al final del nivel nos estará esperando el mismísmo Nelson Muntz, matón del colegio de primara de Springfield que ha decidido aliarse con los mutantes del espacio, y al que debemos derrotar lanzándole globos de agua, como en el capítulo de Bart el General (temporada 1 episodio 5).
-2º nivel: El centro comercial de Springfield.
Misión: A la caza del sombrero.
Familiar al que mostrar lo evidente (pues hay marcianitos de estos por todas partes y como para no verlos): Marge.
Pues nada, que en este segundo nivel nos tocará recorrer las tres plantas del centro comercial de la ciudad para pillar todo tipo de sombrero que encontremos en nuestro camino. Y ojo, porque a veces nos encontraremos con humanos inocentes que los llevan puestos y si les saltamos encima contará como que recibimos un golpe, estando así más cerca de perder una de las escasas vidas y del Game Over, teniendo que empezar toooodooo el juego desde el principio (no hay continue que valga en este juego: Game Over es Game Over). ¿Como conseguirlos entonces?, estarás pensando con esta sagacidad que te caracteriza, pues realizando un salto para coger el sombrero desde abajo en lugar de caer encima. Por si todo esto fuera poco, el lugar está petado de malvados mutantes espaciales que pretenden hacernos fracasar en nuestra misión, así como varias secciones de plataformas de lo más peliagudas, y hasta otros enemigos de lo más variado, como zapatos que bailan el moonwalk solitos (supongo que en referencia a Papa loco de atar en el primer episodio de la tercera temporada, capítulo que por cierto fue retirado del Disney+), y al director Seymour Skinner, al cual tendremos que combatir hasta en tres ocasiones. Y ojo, porque en una de estas veces, va ataviado con una bota gigante al más puro estilo del zapato mágico de Super Mario Bros 3.
Si conseguimos llegar al final del nivel de una pieza, ahí nos está esperando Lucille Botzcowski, la baby sitter ladrona (temporada uno episodio 13).
Por suerte, en este nivel abundan los trucos al saltar un determinado número de veces sobre ciertas papeleras, consiguiendo así sombreros extra, monedas, y hasta vidas. ¿Cuales de ellas y cuantas veces hay que saltar?… eso ya lo dejo que lo descubras por tu cuenta.
-3er nivel: Parque de atracciones de Krustylandia.
Tarea: Revienta todo globo que se cruce en tu camino.
Familiar al que presentar las pruebas: Lisa.
Se supone que una feria es un lugar en el que toda la familia puede acudir para pasarlo bien, comer algodón de azúcar (o churros), y pasarlo en grande en las distintas atracciones. Pero tras el intento de invasión por parte de los despiadados mutantes del espacio, veremos que el lugar está lleno de ellos, además de varios payasos con malas intenciones, tener que sortear varias secciones de plataformas mortiferas en la Casa de la Risa, y resolver algún que otro puzzle para poder avanzar. Por si todo esto fuera poco, al final del nivel nos espera el Actor Secundario Bob para ajustar cuentas, pero si recuerdas bien el episodio Krusty va a la cárcel (temporada 1 episodio 12), seguro que sabrás dónde hay que darle para derrotarlo.
Por suerte, a lo largo de este nivel podremos hacernos con el tirachinas de Bart para que la tarea sea más fácil, y podremos participar en varios minijuegos con los que reventar globos además de conseguir varios premios. ¿Recuerdas el imán que compramos en el primer nivel?, pues igual sirve para hacer algo de trampa en la rueda de la fortuna. Además de que esta escalera con trampolines parece estar muy bien situada, ¿no te parece? Justo al lado del juego de “mide tu fuerza”. Vamos… más no te puedo decir.
-4º nivel: Museo de historia natural.
Prioridad 1: Coger los letreros de salida antes que lo hagan los mutantes.
Prioridad 2: Persuadir a Homer de que los alienígenas invasores del espacio exterior no son un bulo.
Bien sabido es que los museos son lugares en los que uno va a aprender cosas interesantes. Y en este juego no es una excepción. De este modo, durante nuestra visita al museo de Springfield podremos descubrir que los rayos láser que protegen las piezas expuestas hacen pupa, que los pozos de brea ardiente y los dinosaurios pueden resultar muy dañinos, que los monos lanzadores de cocos no son cosa de risa, que las venus atrapamoscas comen niños si no hay nada más, y que las momias egipcias eran sumamente peligrosas. Por cierto, la sección de plataformas que imita un bosque (ojo con el agua) me recuerda un montón al juego de Bart Simpson’s escape from Camp Deadly.
Por suerte, podremos encontrar una pistola de dardos que nos facilite la tarea, y al igual que las papeleras del segundo nivel, podremos conseguir algún que otro premio si saltamos -x- número de veces sobre algunas vitrinas. De nuevo, te dejo que investigues por tu cuenta mientras disfrutas de lo lindo del que muy posiblemente sea el nivel más duro de todo el juego. Que lo disfrutes.
Y ojo, que si logras sobrevivir a todos los peligros mencionados y recuperar los carteles de salida necesarios, al final te espera el doctor Marvin Monroe (Hogar, agridulce hogar en el cuarto episodio de la primera temporada) para poner en práctica contigo su nuevo plan de “terapia familiar”.
-5º nivel: La central nuclear.
Final quest: Recoger todas las inanimadas barras de plutonio (como las que aparecen en Homer Espacio Profundo en el episodio 15 de la quinta temporada), y así arruinar definitivamente los planes de los maléficos mutantes del espacio, pues parece que este es el último recurso que puede admitir su máquina destructora de mundos.
¿A quien debemos convencer ahora? A nadie, pues toda la familia Simpson está en la central nuclear para echar una mano a Bart. Lo cual viene de perlas, porque aunque este nivel no sea el más difícil, si es el más laberíntico con diferencia, haciendo muy posible que perdamos una vida por agotarse el tiempo y por lo que no está de más que tengas a mano papel y boli para hacerte un mapa a través de los cinco pisos de la central, que ascensores llevan a cada planta, y como están situadas las escaleras (vamos… como se hacían las cosas en los ochenta y los noventa al jugar videojuegos). De este modo, en lugar de tener un marcador de “pruebas”, ahora contamos con un contador de barras de plutonio que indica cuantas llevamos encima, ya que debido a la toxicidad de las mismas, no podemos llevar más de cuatro a la vez encima. De modo que tendremos que recorrer hasta la última sala de la central nuclear en búsqueda de las 15 barras de plutonio, y en cuando tengamos cuatro, llevarlas al núcleo del reactor en el sótano. Como es de esperar, los mutantes del espacio también están desperdigados por todo el lugar.
Sin embargo, Lisa nos proporcionará valiosos códigos de acceso para abrir determinadas puertas, con una caja de donuts podremos hacer que Homer acabe con todos los enemigos de una habitación, Marge aparecerá de vez en cuando para llevar al sótano las barras de plutonio que llevemos encima (liberando así espacio en nuestro marcador de barras y ahorrándonos un viaje), y Maggie… vaya… ¿me pregunto como nos ayudará Maggie en esta difícil tarea? ¿tendrá algo que ver con que en el reactor haya 16 espacios pero solo encontremos 15 barras? Sea como sea, en cuando la encuentres, recuerda bien dónde está.
Y hasta aquí llegan los niveles de este complicado juego. Aparte de tener el honor de ser el salvador de toda la especie humana (que eso no puede decirlo cualquiera), ¿que recompensa le espera a Bart una vez superado el juego?… eso lo dejo para que lo descubras por tu cuenta, que tampoco te lo voy a contar todo.
Si te atreves a jugarlo, claro está.
¡Mosquis, pero si todavía hay más!
Entre que el juego es difícil de narices, y que los controles son incómodos incluso al jugarlo en consola, la verdad es que el dichoso título supone todo un desafío. Sin embargo, esto no impidió que tuviera una muy buena recepción y que sus ventas fueran bastante buenas. Tanto es así, que en poco tiempo salieron dos secuelas: Bart Vs The World (que también se puso a la venta en 1991) y Bartman meets Radioactive Man (que apareció al año siguiente y también estaba disponible para Game Gear). Sin embargo, es curioso que en Aklaim y Ocean decidieran que los incomodísimos controles que tenía Bart Vs The Space Mutants permanecieran prácticamente inalterados en estos dos juegos posteriores.
Por otro lado, es de agradecer que el juego tenga tantísimas referencias a la serie y sea tan fiel a esta, por lo que aparte de lo mencionado, durante el juego nos encontraremos a otros muchos personajes de la serie e incluso varias referencias directas a algún que otro capítulo. Tanto es así, que incluso se creó una versión del tema musical de la serie para adaptarlo a las plataformas de ocho bits, e incluso se añadieron grabaciones de audio para ciertos personajes (como la de “Eat my shorts” que también podemos escuchar en Scape from Camp Deadly de la Game Boy), aunque en algunas versiones, como la de ZX Spectrum, no podían escucharse debido a las limitaciones de estos sistemas.
Conclusionando: Tal y como se puede ver en otros juegos de los Simpsons, como Bart’s Nightmare o Virtual Bart, parece ser que los juegos protagonizados por la familia estadounidense más conocida del mundo tienden a ser de una dificultad más que considerable. Y este, lejos de ser una excepción, es un claro ejemplo de lo dicho. Eso aparte de que los controles no ayudaban mucho que digamos. Sin embargo, si uno tiene la constancia suficiente como para dedicarle tiempo, se conciencia de que perderá muchas vidas en el proceso de conocerse el juego, y tiene en cuenta que este título salió hace más de treinta años al momento de escribir estas líneas (vamos, que ha envejecido regular y se le nota) lo cierto es que el juego acaba haciéndose de lo más divertido y original, con abundancia de guiños a la serie, y puede ser toda una experiencia, especialmente para aquellos que estén en busca de un juego que desafíe sus habilidades como jugador.
Una cosa está clara. Muchos que lo jugaron se acuerdan de él pese a todos los inconvenientes citados, y lo que es curioso, es que es un juego que tiende a recordarse con cariño incluso por un servidor. Digo yo que por algo será.
Como recomendación de la semana, te dejo un link directo al canal de YouTube U Can Beat Vide Games, quien no solo es un titan que ha logrado terminarse este pedazo de juego y revelar todos sus trucos, sino que además es un chaval la mar de simpático que fue muy amable al permitir que tomara imágenes de uno de sus vídeos jugando a la NES para poder hacerte este post. Lo cierto es que he visto varios de sus vídeos, y puedo decirte que además de ser muy detallados, son muy próximos. Vamos, que uno siente que realmente puede superar cualquier videojuego gracias a sus trabajos. Eso sí, están en inglés, pero te aseguro que valen mucho la pena.
Thank you so much, man !!!!
Link a U Can Beat Video Games.
Y hasta aquí llega el post. De nuevo, quiero recordarte que tú eres la otra mitad de este blog, y sin ti no existiría Tallopis-escribe. ¡Gracias por estar ahí!
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Por cierto, el próximo sábado 30 de abril por la tarde, estaré en la Farga de l’Hospitalet para visitar el Festival Otaku de Barcelona. Si tengo la suerte de dar contigo, me encantaría saludarte en persona.
Y ya me despido de ti hasta el próximo domingo 24 de abril. Hasta entonces, cuídate mucho y pásalo bien.
Salud, ánimo, y éxito.
¡Que ganas de poder pasar y leer uno de tus escritos, querido amigo! Nos alegramos un montonazo que vuelvas con todas esas ganas e ilusión para traernos grandiosos post como este que tantos y buenos recuerdos nos traen.
Y es que este es uno de esos juegos que pudimos disfrutar un montón de veces y en diferentes versiones, tanto a la de Master System como a la de NES, esas máquinazas de 8 bits que tantos ratos de vicio nos regalaron en las diferentes casas que componían nuestro núcleo familiar (que bueno ha sido tener primos a los que también le gustaban los videojuegos). Eso sí, el sitio y la versión daban igual para comprobar de primera mano la dificultad que ofrecía este título, aunque no por ello dejaríamos de intentar completar la misión de Bart frente a estos bichejos espaciales.
A día de hoy y como curiosidad perdimos nuestro cartucho de NES, vete a saber si lo prestamos o fue pasto de alguna limpieza de esas que arrasan recuerdos y los convierten en trastos pero el caso es que la versión de Mastert System de nuestros familiares acabó en casa y la conservamos a día de hoy como oro en paño, disfrutando cuando se puede de alguna que otra partida para recordar buenos tiempos.
Lo dicho, compañero, gracias por deleitarnos con estas gratas palabras que componen tus escritos y pase lo que pase ¡NUNCA DEJES DE ESCRIBIR!
¡Estamos aquí para darte todo el apoyo que necesites!
Nos leemos en el siguiente. Un abrazote.
¡Grandísimo Chef Supremo Presstartcook!
Bienvenido y bienhallado querido amigo.
De verdad que es todo un gustazo leerte y te agradezco un montón este apoyo que me haces llegar. Realmente lo mejor de todo el blog son las buenas gentes que pasáis por aquí a leerme. No tengo suficientes palabras para agradecerte tu ánimo y aliento. De verdad. Las últimas semanas han tenido momentos durillos, pero no veas que ganas tenía de volver a escribir. Es un gustazo haber vuelto *^_^*
En cuanto al juego de Bart Simpson Vs The Space Mutants, lo cierto es que es difícil como él solo y admiro de todo corazón a cualquiera que en su día lograra pasárselo sin guía alguna. Pero por otro lado, mantenía bien vivo el espíritu tan único que mostraba las primeras temporadas de esta mítica serie. Y si, que maravilla tener amigos del colegio, primos, y demás familia a los que también les gustaran los videojuegos (de este modo pude jugar a la Mega Drive de una prima segunda y a la PS de mi primo jejejeje). Y en lo que se refiere a este cartucho para la Master System, ya haces bien de conservarlo en buenas condiciones como el tesoro que es.
Un abrazo bien grande y nos seguimos leyendo 😀