Cine retro: La película de Batman de 1989

  Batman.

  No cabe duda alguna que se trata de un personaje icónico, clave fundamental de la cultura pop. No hay más que ver como resulta de conocido por todos, incluso personas que jamás en su vida han tenido un cómic entre sus manos ni han visto ninguna de las aventuras de este personaje en formato alguno.

  Y es que esta creación del dibujante Bob Kane y el escritor Bill Finger (los cuales ya aparecieron en el post dedicado a Cool McCool), se ha convertido en un verdadero pelotazo desde su primera aparición en el ya lejano marzo de 1939. Fue en la revista Detective Comics (concretamente en el número 27), en la aventura titulada El caso del sindicato químico.

  Desde entonces, el personaje no paró de ganar popularidad e incluso llegó a tener su propia revista. De este modo, es realmente difícil llegar a nuestros días y que alguien no sepa la historia tras este personaje, o del trauma que marcó al joven Bruce Wayne para llegar a convertirse en una de las señas de identidad para DC Comics.

  Sin embargo, el caso de su peor enemigo y némesis absoluta, el Joker, es distinto. De hecho, muy a punto estuvimos de perder a este personaje para siempre nada más empezar, pues el primer diseño presentado por su creador Jerry Robinson, fue rechazado de plano por DC Comics, cuyos ejecutivos pensaron que no tenía sentido alguno el presentar al público un villano con cara de payaso.

  Afortunadamente, tras unos retoques inspirados en la novela The man who laughs de Víctor Hugo, la idea del Joker terminó siendo aprobada y vimos al archienemigo del Hombre-Murciélago aparecer. ¿Pero cuando fue realmente su inicio?, parece mentira, pero algo tan aparentemente sencillo de responder sigue siendo tema de debate aún hoy en día. Algunos señalan que es en el volumen de Detective Comic número 168 (como Red Hood), y otros mantienen que se trata del primer número del cómic Batman. Sorprendentemente, DC también presentó otro personaje llamado The Prankster que podría haberle sustituido.

  Y es que de entrada, el príncipe payaso del crimen que hoy conocemos fue presentado como un villano regular más para Batman. ¿De dónde sale?, pues para que molestarse con explicaciones, estaba ahí y ya, listo para que el héroe de Gotham barriera el suelo con él. Ese era su papel en sus inicios, lejos de ser el reflejo opuesto y némesis absoluta del caballero oscuro que es actualmente.

  Rizando el rizo… ni siquiera existe una historia declarada como oficial sobre el origen de este personaje por parte de DC Comics. Para muchos fans, entre los que me incluyo, la historia más popularmente aceptada como el nacimiento del Joker es la que se nos presenta en el maravilloso cómic de Brian Bolland y Alan Moore titulada La Broma Asesina (recomendadísimo). Sin embargo, DC Comics sigue, erre que erre, en que esta no es la historia oficial tras el origen e identidad del personaje… pero es que tampoco presenta ninguna que lo sea.

  Y para no perder costumbre, ya me estoy liando de nuevo.

  Volviendo a lo que nos interesa para este post, lo cierto es que no tardaríamos en ver a Batman y Robin en la pantalla. Pues, contrariamente a lo que suele pensarse, la mítica serie de los setenta (protagonizada por Adam West) no fue la primera aparición de estos personajes en un medio audiovisual, sino que en los años cuarenta se presentó un serial cinematográfico de unos 15 episodios que llevó a cabo Columbia Pictures.

  Pero en lo que se refiere a una película propiamente dicha, lo cierto es que el Batman de Adam West fue el primero en tener un largometraje, que fue emitido por primera vez en Estados Unidos en 1966. Desgraciadamente, esta película no pudo estrenarse en España debido a la censura de la época, y no llegó a nuestro país hasta 1979, momento en que la serie ya no tenía el calado que tuvo originalmente y por tanto la película pasó un tanto desapercibida.

Igualmente, tuvimos que esperar hasta el año 1989 para ver a estos personajes en el cine. Fue en este momento en que por fin se pudo ver a Batman en la pantalla grande, dónde este terminaría de confirmar su estatus de personaje reconocido en la cultura popular. Dirigida nada más y nada menos que por el señor Tim Burton (que venía de hacer Beetlejuice) y con guion de Sam Hamm (Los lobos no lloran, Batman Returns, Monkey Bone, y El ejército de los muertos) junto a Warren Skaaren (Fuego con fuego, Superdetective en Hollywood II, y la ya mencionada Beetlejuice), la trama de esta producción fue tal y como te describo a continuación.

  Ponte cómodo y disfruta.

  Para poder describirte adecuadamente esta historia, debo hablarte primero de la ficticia ciudad de Gotham City. Una inmensa metrópoli portuaria, un gigante urbano de aspecto un tanto siniestro, y cuyo índice de criminalidad se encuentran entre los más altos de Estados Unidos.

  En verdad, la situación para los habitantes de esta gran ciudad es prácticamente insostenible. La policía no da abasto y muchos de sus agentes, cansados, agotados, y asustados, han terminado siendo mayormente corruptos para poder sobrevivir, mientras que los jefes de las diversas familias del crimen organizado se reparten la ciudad entre ellos y se pasean por Gotham City como Pedro por su casa. Al frente de ellos encontramos a Carl Grissom (interpretado por Jack Palance), un despiadado capo mafioso que gobierna los bajos fondos de la ciudad, y, por ende, es uno de los hombres más poderosos de esta corrompida urbe. Todo ello gracias en parte al trabajo llevado a cabo por su mano derecha, un individuo llamado Jack Nappier (interpretado por Jack Nicholson y por Hugo E.Blick en su versión más joven), un delincuente astuto e inteligente pero tan ambicioso como desprovisto de remordimientos, hasta el punto de rozar la psicopatía.

  Pero de un tiempo a esta parte, empieza a recorrer un extraño rumor entre los carteristas y malhechores de la ciudad, los cuales están cada vez más asustados ante la idea de salir de noche a realizar sus “golpes”. Pues se dice que una especie de hombre-murciélago de gran tamaño sale de noche para atacar a todos aquellos que actúen al margen de la ley. Dicho “ser” recibe el sobrenombre de “Batman” (Michael Keaton) por parte de la prensa y los testigos de sus avistamientos son cada vez más numerosos. De hecho, el joven e intrépido periodista Alexander Knox (Robert Wuhl), decide formar equipo con la fotógrafa Vicky Vale (Kim Bassinger) para trabajar juntos en esta historia, y tratar de averiguar quién o qué se esconde realmente tras la identidad de este “murciélago humano”.

  Sin embargo, una gran amenaza se cierne sobre la ciudad la noche en que el capo Carl Grissom envía a Jack Nappier y sus hombres a la fábrica de productos químicos Axis para que destruyan unos documentos comprometedores. Todo el plan resulta ser una trampa del traicionero Grissom para que Nappier vaya a la cárcel, acontecimiento que atrae poderosamente al misterioso hombre murciélago de los rumores, el cual resulta ser muy real.

  En un temible encontronazo, Jack y Batman luchan el uno contra el otro bajo el tiroteo de la policía, dando como resultado que el malvado criminal caiga en un barreño lleno de vertidos tóxicos tras herirse en el rostro, mientras que el hombre murciélago logra escapar. Y aunque Jack logra sobrevivir a este terrible accidente, emerge desfigurado y con su psique seriamente dañada por el shock, dando lugar a una nueva personalidad tan impredecible como peligrosa, un villano desquiciado sediento de venganza contra quienes le convirtieron en el monstruo en que se ha convertido, y deseoso de dar rienda suelta a su furia asesina sobre los habitantes de toda la ciudad: El Joker.

  Y hasta aquí voy a contar. Si aún no has visto la película y quieres saber cómo sigue esta historia, ya sabes lo que te toca.

  Siempre que se adapta al cine una historia originalmente ideada para otro formato, ocurre siempre lo mismo. Da igual que sea una novela, un cómic, un videojuego… eso es lo de menos, pero absolutamente siempre, la historia original sufre toda una serie de cambios más que considerables para que esta se adapte a la gran pantalla, y llegue a la mayor cantidad de público posible para que la película resulte cuanto más rentable mejor.

  Eso, oh lectores y lectoras de bien, es inevitable y hasta comprensible. Pues por muy fiel que se quiera llevar a cabo una película basada en un título de formato original distinto, algunas cosas deben retocarse forzosamente precisamente por tratarse de un traspaso a una plataforma diferente al material original en que se basa dicha película. O puesto más sencillo, no es lo mismo modificar un libro que un videojuego, o un cómic, porque son modos narrativos distintos.

  Razón por lo que, con frecuencia nos encontramos con verdaderas castañas y decepciones, quedando insatisfechos tanto los fans del trabajo base como aquellos que no tienen ni idea de que va la cosa, que tantas veces se quedan con la sensación de que se les ha explicado la historia a medias.

  Pues bien, esto no es lo que ocurre en esta película, y debo decir que es toda una sorpresa a nivel narrativo. Por un lado conserva maravillosamente bien la naturaleza del cómic en que se basa e incluso muestra de forma sobresaliente la corrupción, clasismo, y decadencia evidentes de la gran ciudad de Gotham City, pero por otro lado, se permite varias licencias creativas: como ciertos detalles de los valores morales de Batman, creando algunos personajes nuevos muy interesantes, cambiando algunos aspectos de la historia sobre como Bruce Wayne llegó a ser lo que es, aparte de proponer su propia versión sobre el nacimiento del personaje de Joker (la cual tiene interesantes similitudes con lo que se muestra en el comic anteriormente nombrado de La broma asesina). De este modo, vemos que esta producción honra y respeta a la historia y caracteres que todos conocemos, pero al mismo tiempo toma su trabajo para apropiarse de la historia y transmitirte tanto un estilo como personalidad propios.

  Lo cual se nota especialmente en esta estética tan “burtoniana” que vemos por todas partes durante la película, pero también por la genial actuación de Jack Nicholson, el cual se convierte sin duda alguna en la razón de ser de esta genial película y la atracción principal alrededor de la cual tiende a girar todo y todos. De hecho, este podría ser (discutiblemente) el mejor Joker que hemos visto jamás en la gran pantalla.

  Pero ojo, que con esto no quiero decir que todo el mérito de la película sea exclusiva de este actor (en mi humilde opinión: uno de los verdaderamente GRANDES que queda aún con vida al momento de escribir estas líneas). Pues a pesar de las críticas que recibió la película en un principio por la elección de Michael Keaton para el papel protagonista, cuando este hombre casi siempre ha hecho comedia, y que encima se le ve “encajonado” en el traje de Batman (no hay más que ver como mueve tronco, cuello, y cabeza en un solo bloque para poder mirar a los lados), lo cierto es que también logra hacer un buen papel, y además aquí podemos disfrutar por primera vez de la actuación de Michael Gough en el papel del fiel mayordomo Alfred (este hombre lo borda). Además, me sorprendió positivamente el personaje de Vicky Vale, tanto por el significado que tiene esta en la historia personal de Bruce Wayne, como lo que se insinúa al respecto de ambos al final (hay un corte de la película muy interesante al respecto).

  Pero al margen del buen trabajo llevado a cabo por el elenco principal y el modo en que se ha tejido la historia narrada en esta película, todo lo que se nos muestra visualmente está muy bien orquestado, reflejando claramente que se hizo todo lo posible para que esta película fuera puro espectáculo y lanzando la casa por la ventana en lo que se refiere a los medios de la época. ¿Qué el traje de Batman que aparece en esta película podría haber sido mejor y más cómodo para el actor?… pues mira, sí. Pero fíjate en todos los cacharretes y gadgets que usan tanto villanos como héroes: la pistola de cañón extensible, la flor de ácido, la caja con el ramo, el anillo-buzzer fulminante, el guante de boxeo extensible, el bat-móvil, el bat-plane, la pistola de garfios y su complemento para el cinturón, las bombas de humo… son solo unos pequeños ingredientes de un gran todo que nos confirman que se ha intentado reflejar lo más fielmente posible el universo del cómic, respetando la identidad, personalidad, y modo de proceder de cada uno de los personajes. Pero en dónde quiero remarcar mi aplauso, es en la construcción de escena, casting, vestuario, y el maquillaje… la caracterización de personajes (incluyendo secundarios como Knox el periodista, Bob el matón, el teniente corrupto Eckhardt, o Alicia) es una auténtica pasada.

  Además, la película es ágil y dinámica (sus más de dos horas de duración no se hacen nada pesadas), logrando mantener el interés, dando un toque novedoso a ciertos aspectos de este universo, pero sin que ello sea confuso o extraño para los más profanos de los cómics. Al contrario, todo el conjunto de la producción nos ofrece una experiencia divertida que te captura desde el primer momento, ofreciendo acción, toques de comedia negra, aventura, misterio, y unos personajes solidos en un entorno oscuro muy logrado. No con razón se convirtió en un exitazo de taquilla, cuya banda sonora, interpretada mayormente por el artista conocido en aquel momento como Prince, nos dejaba temas muy pegadizos como este Partyman, que podemos escuchar cuando Joker hace su entrada en el museo.

  De hecho, de las cuatro películas sobre el hombre murciélago que se estrenaron entre 1989 y 1997 (Batman, Batman Vuelve, Batman Forever, y Batman & Robin), me atrevería a decir que, a título personal, esta primera producción es sin duda la mejor de todas ellas, seguida de cerca por Batman Vuelve. ¿Me preguntáis por la trilogía de los Nolan?, con todos los respetos, pero está en otra liga (vivas, bravos, e hiphiphurras en abundancia a esta maravillosa The Dark Night).

  Por lo que no es de extrañar que esta producción de 1989 tuviera no poco merchandising para disfrute y goce de los fans, incluyendo posters, artículos en revistas, camisetas, y hasta un videojuego para… ¡¡Spectrum+128k!! entre otras plataformas (juego que por cierto tuve y sigue siendo una de mis espinitas clavadas al morder el polvo siempre en la última fase… pero un día caerá, ya veréis).

  En definitiva. Este clásico del cine ochentero sigue siendo una película perfectamente disfrutable hoy en día. Y aunque en algunos aspectos chirria un pelín (lo siento, no puedo con el traje de Keaton, hay escenas en que este pobre hombre tiene que moverse como un playmobil), es de resaltar el colorido general de la película que, combinado con su juego de luces y sombras, nos ofrece un aspecto visual de lo más interesante que te acompaña durante esta nueva revisión de la historia conocida por todos. Divertida, emocionante, llena de acción, y disfrutable para diversas generaciones de buenas gentes frikinales. ¿Ya tienes preparadas tus palomitas?

   Y hasta aquí llega este post.

  Como recomendación de la semana, quiero hablaros de la última tienda frikinal que he descubierto casualmente por Barcelona. La cosa es que me encontraba paseando por Sants, cuando paso por enfrente de un local cuyo nombre me cautivó al instante: SOLO FRIKIS. Ni que decir que mi instinto natural me ha empujado irremediablemente a su interior para echar un vistazo, y aunque la tienda es pequeñita, no he quedado decepcionado en absoluto ni mucho menos: camisetas, sudaderas, peluches, muñecos, figuras, carteras, llaveros, tazas, funkos, alfombras, y otros productos de merchandising que me hicieron tilín de inmediato. Puedo asegurarte que me habría llevado toda la tienda, porque hay montón de material del bueno al que echarle el guante. Buena muestra de ello es un muñeco de Arale Norimaki (de mi queridísima Dr.Slump) y una taza con la imagen del disco Highway to Hell de los grandes AC/DC que han terminado siendo parte de mi colección. Además, el dependiente ha resultado ser muy buena gente y atento. En definitiva, un lugar al que os aconsejo que visitéis si estáis de paso por Barcelona, y al que muy seguramente volveré para pillarme alguna que otra camiseta, porque las había con muy buena pinta. Encontraréis la tienda SOLO FRIKIS en C/Sants número 2, muy cerca de la estación de metro Plaça de Sants (líneas azul y roja), o bien podéis visitar su Facebook o página web para más información.

tiendasolofrikis.com/

  ¿Aún no te he mencionado nunca en la “recomendación de la semana”?

  ¿¡Pues a qué estás esperando!?

  Si tienes un local u organizas alguna actividad de cara a la cultura pop y friki, si sabes de algún evento interesante, o si eres creador de contenido (podcast, blog, youtube, etcétera), déjame un mensaje en la caja comentarios o escríbeme un mensaje privado por twitter (twitter.com/TALlopis). El próximo en aparecer en la “recomendación de la semana” de futuros posts de este blog podrías ser tu.

  Además, publico bastante contenido en twitter casi a diario.

  Si lo deseas, también puedes participar activamente en el blog a través de la caja de comentarios, ya sea explicándome cualquier cosa que quieras compartir conmigo y los demás lectores, o bien echándome una mano con las páginas “Fechas frikis” y “Curiosidades” con este dato tan genial que te sabes.

  Por último, si te ha gustado el contenido de este post, te quedaría muy agradecido si le dieras al botón “Me gusta” y si lo compartieras en tus redes sociales, o recomendaras a tus amigos, familia, compañeros de estudios, del curro, y otros seres queridos que tengas a mano.

  También puedes apoyar al blog mediante la aplicación “invítame a un café” que se encuentra en la barra derecha de widgets del blog.

  Como siempre, te recuerdo que puedes visitar el apartado de “Relatos” para disfrutar de distintas historias de terror, fantasía, y ciencia-ficción (que voy escribiendo cuando el tiempo me lo permite *^_^*), y que acostumbro a publicar nuevo contenido todos los domingos, de modo que, si nada lo impide, volvemos a vernos el próximo día 6 de diciembre.

  Sin más que añadir, cuídate mucho y pásalo bien.

  Salud, ánimo, y éxito.