Televisión // Retro: El mundo de Beakman.

  Cuando uno es niño, el asunto de divertirse y/o ver dibujos animados es tomado muy en serio.

  Si a esto le añadimos que la mayoría de programas para televisión destinados a un público infantil que se arriesgaban a mezclar los conceptos “aprender” y “divertido” no suelen ser muy buenos que digamos o bien están pensadas para un público más bien de preescolar. Por lo que no es raro que muchos niños algo más mayores de todas las generaciones tiendan a relacionar estas mezclas con algo pesado de ver y terminen expresando su desagrado con una mueca de sospecha.

  Otra cosa eran las series de acción y aventuras en que al final aparecían los protagonistas dando buenos consejos a la audiencia con la intención de educar en valores, pero esto no era el centro del show y apenas duraba unos pocos minutos. Algunos ejemplos bien conocidos pueden ser la primera serie de Sonic el Erizo (esta y todas las demás protagonizadas por el erizo azul están muy bien descritas en el post en colaboración con Presstartcook que puedes encontrar aquí en este mismo blog), así como la serie Ghostbusters y He-Man, ambas pertenecientes a Filmation.

  Sin embargo, hay varias excepciones que lograron combinar ambas cosas con un resultado más que satisfactorio, e incluso lograron dejar muy buenos recuerdos en aquellos que las vieron durante la infancia.

  Creo que la mayoría de nosotros estaremos de acuerdo si digo que uno de los programas que más triunfaron en este campo de instruir deleitando fue sin duda Barrio Sésamo (o “Plaza”, o “Calle”, según desde dónde me estés leyendo).

  Y otro programa de televisión que también logró cumplir dicho objetivo a las mil maravillas, sería este:

  Beakman’s World, o El mundo de Beakman.

  Basado en la tira cómica creada por el dibujante Jok R.Church llamada You can with Beackman and Jax que al principio aparecía publicada en el Marin Independent Journal. La página tuvo tanto éxito que tiempo después se publicó una serie de libros recopilatorios llamados Science stuff you can do, los cuales dieron lugar a tres títulos más: Best of Beackman and Jax, Beackman and Jax Microscope Book, y Beackman and Jax Bubble Book.

  Ni que decir que estos libros gozaron de una gran popularidad, convirtiendo su adaptación para una serie de televisión en simple cuestión de tiempo.

  Y así fue como nació el programa que hoy vengo a presentarte. En él, los personajes formaban un original equipo de personal en un laboratorio que daba amenas explicaciones acerca de cuestiones científicas como la densidad, la presión atmosférica, como funcionan ciertos objetos, la electricidad, y muchas otras más. Para ello, se enseñaban manualidades y experimentos sencillos que los niños podían hacer en casa, dando varios consejos sobre cómo llevarlos a cabo de forma segura. Sirva de ejemplo un estrambótico grafiti que indicaba “Hacer con la supervisión de un adulto” antes de describir el experimento en cuestión, o la “¡Alerta de lápices!” cada vez que se iba a dar un listado de todo lo necesario para realizar el experimento o manualidad en cuestión. Todo ello en un contexto dinámico, muy cercano, y cargado de un humor desenfadado en que los diversos actores del programa llevaban a cabo toda una serie de divertidos sketches, bromas, e incluso fingían alguna desavenencia entre algunos personajes para dar pie a distintos chistes entre ellos.

  Además, los distintos actores (especialmente el protagonista), se esforzaban para darle al programa este aire tan imprevisible y original sin perder el contexto científico. Y por supuesto, cada personaje lucía una personalidad propia muy marcada. Veamos quienes eran.

  –Doctor Beakman: ¡Bada bing, bada bang, bada boum! El protagonista indiscutible es un excéntrico científico de ropas estrambóticas entre las que destacaba especialmente su llamativa bata de laboratorio de color verde chillón, por no hablar de su disparatado peinado, el cual daba la sensación de que Beackman recién había metido los dedos en un enchufe. Lejos de comportarse como el tópico de científico aburrido de los programas infantiles, Beakman era excéntrico, entusiasta, dinámico, juvenil, y muy divertido a la par que sabio. No se cortaba un pelo a la hora de disfrazarse, tocar diversos instrumentos musicales, o hacer los experimentos y manualidades del programa él mismo. Ni que decir que su actor Paul Zaloom hacía un trabajo extraordinario y se le notaba que lo pasaba en grande.

  –Ayudante de Laboratorio: Una chica joven e igualmente vestida con ropas de colores llamativos y de forma desenfadada. Sentía una admiración reverencial hacía su jefe que rozaba el enamoramiento, además de ser la voz de la sensatez cuando las cosas tendían a desmadrarse. Su trabajo consistía básicamente en asistir a Beackman en sus explicaciones, aportar material, leer cartas, y pelearse con el tercer miembro del grupo. Este personaje fue llevado por tres actrices distintas a lo largo de la duración que llegó a tener el show, siendo Josie (interpretada por Alana Ulbach) la primera de ellas y haciendo este papel durante toda la primera temporada. Durante las dos siguientes, este rol cayó en el personaje de Liza (Eliza Schneider), y finalmente en Phoebe (Senta Moses).

  –Lester: Siguiendo con la dinámica de tomar los tópicos alrededor de la ciencia y los científicos para presentarlos en una forma cómica y disparatada, tiene sentido que el tercer integrante del grupo fuera una rata de laboratorio gigante. Este era Lester (interpretado estupendamente por Mark Ritts), mi personaje favorito. No solo era el músculo del equipo, sino que además era el principal desencadenante de las risas en el programa. Normalmente era muy bruto, perezoso, y protestón (“claro, el trabajo duro que lo haga el tipo disfrazado de rata, ¿verdad?”), y a menudo le gustaba hacer enfadar a la ayudante de laboratorio, además de que con frecuencia se negaba a participar en los experimentos, problema que Beakman resolvía fácilmente ofreciéndole comida. Eso por si un tipo de expresión cómica, tatuajes en los brazos, robusto y canoso disfrazado de rata ya no fuera suficientemente gracioso de por sí. El capítulo en que Lester creía que la taza del váter podía explotar al usarse, fue sencillamente tronchante.

  En España se convirtió en un programa muy popular que se emitió principalmente en cadenas autonómicas a mediados de los 90, cosechando un gran éxito de audiencia. La verdad es que no éramos pocos quienes lo veíamos y que aún hoy en día guardamos un buen recuerdo del mismo, como este servidor que os escribe.

  Como en aquel momento, la cadena autonómica de las islas Baleares IB3 aún no existía, yo lo veía a través de TV3 o bien Canal 9 (sí, en las islas llegaban ambos canales). Pero también fue emitido en Telemadrid, TVG, ETB, Canal Sur, y años más tarde (a principios de los 2000) se emitió de nuevo en Cuatro.

  Sin embargo, y como ya supondréis, este programa empezó a emitirse originalmente en Estados Unidos. La serie en total consta de cuatro temporadas y llegó a tener más de 90 episodios. Salió en el aire por primera vez en setiembre de 1992 en la cadena TLC, para que apenas un año después pasara a ser emitido en la cadena CBS como parte de su programación infantil.

  Ni que decir que esta serie tuvo un éxito arrollador no solo en Estados Unidos, sino en todo el mundo, llegando a emitirse en casi cien países y cosechando una inmensa cantidad de premios, hasta que en 1998 dejó de emitirse, y debo decir que me cuesta entender cómo llegó a bajar la audiencia hasta el punto de que decidieran cancelarlo. ¿Quizá porque con el paso del tiempo la fórmula del programa dejó de tener gracia?, no lo sé. Pero el actor Paul Zaloom siguió apareciendo en shows y eventos durante un montón de años, e incluso aún hoy por hoy, en pleno 2020, sigue haciendo pequeñas actuaciones como Beackman.

  ¿Y qué más os puedo explicar?, Personalmente me encantaba el programa. Y después de tantos años, aún recuerdo divertidos momentos del programa, como Lester rompiendo listines telefónicos con sus propias manos para explicar el efecto de la presión en un punto concreto de un cuerpo sólido, como crear tu propio submarino a hélice con una botella de refresco, o ver a Beakman romper una regla de plástico con una hoja de papel y un martillo para explicar el desplazamiento del aire.

  En definitiva, El mundo de Beackman no solo cumplía con su función de enseñar, sino que además lo hacía de una forma hilarante y divertida que lograba generar auténtico interés en el tema de cada uno de sus episodios de apenas 20 minutos. ¿Qué se puede esperar de un programa presentado por dos pingüinos? Solo podía ser bueno.

  Y hasta aquí llega este post.

  Como recomendación de la semana, quiero hablaros del Rex Arcade Bar de Sabadell. En este local podrás encontrar todo tipo de pinballs, futbolines, y sobre todo, gran cantidad de máquinas recreativas, cada una de ellas con más de cien juegos míticos de diversos géneros como el Golden Axe, Ghosts’n Goblins, The Simpson Arcade, y muchísimos más. Sus precios son más que razonables y con unos pocos euros puedes echar varias partidas a distintos juegos. Además de que cada vez que he ido me lo he pasado en grande y ponen buena música, te puedes quedar a comer. Solo echa un vistazo a su carta, y dime si no te cuesta elegir entre todo lo que ofrecen. Para saber más sobre este estupendo local, puedes echarle un ojo a su web. Igual un día coincidimos si decides ir. rexarcadebar.com/

  Como siempre, recordaros que acostumbro a publicar nuevo contenido todos los domingos, de modo que si nada lo impide, volvemos a vernos el próximo día 19 de julio.

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  Salud, ánimo, y éxito.